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Mostrando entradas de octubre, 2016

HUIR

Hay situaciones en nuestra vida que muy pocos se quedan... La mayoría huye. Huye a la cantina para pedirle ayuda al licor para nebulizar sus sentidos y hacerse creer que no pasa nada. Otros huyen a las drogas. Se adormecen para esconderse en las tinieblas de la negación de la realidad. Hay mujeres que huyen y se esconden en la prostitución para calmar la tormenta que aqueja su alma. Mientras más duela mas se olvida. Más se paga. Mientras más abajo se llegue menos realidad hay en la vida... Pregùntele al hijo pródigo. Llegó al fondo para olvidar su dolor. Su traición a su Padre. Su madre no aparece en la historia. Quizá porque había muerto y el joven busca donde llenar ese vacío. Y cree que puede valerse por sí mismo. Quiso  pagar su autosuficiencia. No necesito de nada ni de nadie -se había dicho- pero se equivocó. Tuvo hambre y ni los cerdos quisieron compartir su comida con él... Huir del dolor. Muchos optan por hacerlo. No nos gusta el dolor. A Jesus le dio temor el dolor de la Cr

NOTICIAS

No voy a hablar de los periódicos... Ni de los noticieros de la noche... Hablo de lo cotidiano. De lo que nos toma por sorpresa. De lo que de pronto nos hace caer en abismos de temor y duda. De lo que los médicos ven en las radiografías y nosotros no entendemos nada. Tratamos de ver lo que ellos ven pero para nosotros son solo sombras blancas y negras... Pero cuando èl las lee nos tiemblan las manos. Se nos seca la boca y nuestro estómago empieza a constreñirse avisándonos que viene en camino una mala noticia. O por lo menos no agradable. El estrés llena nuestras entrañas y un sudor frío empieza a recorrer nuestra espina dorsal... Si no me cree, vaya a cualquier hospital a la una o dos de la madrugada y observe a cualquiera que tenga un familiar en una camilla de emergencias esperando el veredicto médico... Si es privado es doble el veredicto: El valor de la consulta y los exámenes y el diagnóstico médico de qué va a pasar con el paciente... La noticia más funesta: Lo vamos a ten

AGENDAS

¡Sorpresa...! Ese es el grito de derrota para muchos que manejamos agenda para nuestras actividades... Es mas, casi todos tenemos una agenda diaria de actividades. Aunque no sea electrónica ni de papel, en mente tenemos un programa de actividades para el día o para la noche... ¿Le suena familiar? ¿Recuerda cuando usted quería dormir toda la noche y su bebe empezó a llorar inesperadamente? ¿Recuerda cuando tenía planeado ponerse al día con su trabajo en la cocina y de pronto le llegaron visitas que le arruinaron su agenda? ¿Recuerda cuando tratò de aprovechar el sábado para descansar un rato y se recordó que tenía que hacerle ruedo a su falda para usarla el domingo? Cuando su hija la vio hacer eso, también le sacó su ropa para aprovechar su hilo y su aguja... Todo se desarmò... Relájense, amigos. A Jesus también le ocurrió lo mismo... Este escrito le puede ayudar a asimilar ese misterio... Jesus sabe cómo se siente. Piense en esto y ùselo la próxima vez que su mundo pase de la c

¿POR QUE...?

No lo podemos negar... A menos que haya transcurrido un buen tiempo en nuestro caminar cristiano, léase bien: cristiano, no evangélico, podremos dejar de preguntar el ¿por qué, Dios? Es una pregunta que nos hemos hecho todos en algún momento después de nuestra conversión... Y, repito, mientras no alcancemos cierta madurez en Cristo volveremos una y otra vez a hacer la misma pregunta... Es que no nos gustan las cosas al azar. Queremos estar enterados de todo. Cuando nacimos, donde viviremos, con quien nos casaremos, como nos irá en nuestros estudios, donde moriremos... Pero cuando las cosas se ponen imprevistas, cuando nos suceden cosas que no nos gustan y nos mueven nuestra zona de confort, es entonces cuando surge la pregunta... ¿por qué...? Ayer escribí sobre la tristeza. Muchos lectores se vieron retratados en ese artículo. Yo mismo me identifico con lo que escribo. Por eso me salen del alma las palabras y mis pensamientos se arroban cuando me siento ante el teclado y dejo flu

TRISTEZAS

"...reza por mis tristezas..." dice el verso de mi juventud... La tristeza es un sentimiento que nos llega a todos. Nadie está exento de vivirla y llevarla a cuestas. Es un momento de dolor y sufrimiento extremos que nos hunde en una vorágine de aislamiento en donde nadie más entiende nuestros dolores... Escuché la triste historia de una familia en donde su hijo de cuatro años murió de leucemia. Era un niño robusto cuando nació. Era el milagro hecho realidad de la pareja que me lo contó. De pronto en su cuna, en vez de juguetes de peluche y motivadores de movimientos, empezò a llenarse de jeringas, agujas, frascos de sueros y tubos de oxigeno... Poco a poco el niño fue cayendo en un abismo de dolor. Los padres empezaron a perder las esperanzas de que su hijo tanto tiempo deseado y amado les fuera dejado en sus brazos y en su mundo. Y así fue. Su universo se resquebrajó cuando el niño dejó de respirar. Todo se perdió. Cuatro años apenas y una noche que el niño se quedó dor

LLORAR

¡Aquí no queremos llorones...! fue la expresión del pastor de una iglesia a la fui invitado a predicar en algún lugar del planeta... No quieren gente que llore. No quieren gente que haga ruidos de lloros, ni que derramen lágrimas de dolor, tristeza o de alegría... Son los teólogos de la nueva generación... Los duros de corazón. Los que no se enternecen ante la dulce mirada de un hijo que los admira. O de una esposa enamorada. O de un amigo que le extrañaba hacia mucho tiempo... Me dan lástima porque no lloran con los que lloran ni ríen con los que ríen... Su teología los ha endurecido tanto que se han vuelto insensibles ante las emociones que poco a poco van formando un callo en su corazón y en su interior en vez de amor y ternura hay dureza y frialdad... Todo lo contrario a Jesus. Creo que no hemos leído bien lo que dijo el Maestro en su evangelio: "Ejemplo os he dado..." Por eso es que en muchas iglesias no se predica el evangelio de Cristo sino el evangelio del pastor.

SEGUIDORES

Mat. 16:24 "Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame." La mayoría de cristianos nos hemos equivocado totalmente... Estamos viviendo un evangelio que no es el de Jesucristo. Vivimos el evangelio del pastor, del maestro o de la iglesia en donde nos congregamos... Es por eso que, primero, no somos discípulos de Jesus. Tampoco vamos en pos de Èl. Y, por último, no tomamos nuestra cruz... En consecuencia, no somos sus seguidores... Seguimos modas. Seguimos impactos sociales. Lo que está de moda. La risa santa. La caída santa. El pastor chistoso. La iglesia llena. El templo elegante. En todo esto no aparece Jesus. Ha quedado tan lejano en el tiempo y la distancia que aunque nos predican la Palabra de Jesus, no somos seguidores de Jesus. Porque no quieren herirnos diciéndonos la verdad. Ya no nos hablan de tomar su Cruz como condición para ser sus seguidores... No pretendo sentar tesis sobre esto pe

HERMANOS

Los hermanos no siempre se llevan bien... Siempre hay y habrá diferencias entre los hermanos... Yo tengo cinco hermanas y dos hermanos.  Todos viven en USA. Y una vez al año, por lo menos hasta este año visité a mis hermanas para compartir con ellas un poco de tiempo... Bien. Somos hermanos porque procedemos de la misma familia.  Tenemos el mismo padre y la misma madre. Estoy seguro que ha habido ocasiones cuando no habrían querido llamarme hermano, pero no han tenido más remedio que hacerlo. Desde muy joven me hice cargo de ellos cuando nuestro padre emigró a Norteamerica y tuve que jugar ese papel... ¿Se imaginan? ¿Un hermano mayor disciplinando cinco mujeres y otros hombres más pequeños? Lógico. Por momentos les caí mal. Lo comprendo... Pero dado el parentesco, la sangre y el techo no tuvieron más remedio que aceptarme aunque sea a regañadientes... Es lo mismo que debiera suceder con los cristianos. No siempre nos caemos bien, pero el hecho de que otros llamen a Dios Padre y

INCONFORMIDAD

La gente que viaja en avión y la gente que se sienta en las sillas de la iglesia tienen mucho en común... Están de viaje. La mayoría se porta bien y están bien vestidos.  Algunos dormitan y otros miran por las ventanas.  La mayoría, si no todos, están satisfechos con una experiencia predecible... Para muchos, lo mismo es un buen vuelo que un buen culto. Eso es todo. No aspiran a más. Suben y bajan igual. Entran y salen igual... Excepto los inconformes. Los inconformes quieren más. Quieren conocer más y saber más. Son los pocos. Quizá los contados con los dedos de una mano y aún sobran dedos... Eso me sucedió en uno de los vuelos que realice este año. Todos estábamos tranquilos antes de terminar el vuelo. Nos acercábamos a la terminal del aeropuerto y esperábamos que se abrieran las puertas de la nave para salir a la rampa cuando entre las filas de pasajeros un padre de familia siguiendo a un niño de unos nueve años iban pidiendo permiso para pasar en medio de todos. Pensé que iba

POEMAS

Voy a abrir mi corazón ante ustedes... Soy por naturaleza un amante de la poesía... Desde que yo recuerdo, siempre me han gustados los poemas. Mi padre adoptivo me enseño a estudiar poesía y a veces, a hacer mis pininos escribiendo uno que otro verso. Recuerdo perfectamente cuando me hizo estudiar las antologías poéticas de Latinoamérica.  Siempre tengo en mi mente uno que otro verso que quedó impregnado en mi interior... Hasta la fecha no sé si le molestará al Señor que eso siga estando allí. En algún recóndito lugar de mi ser todavía resuenan a veces "los versos más tristes esta noche..." O que decir de Neruda: "Volverán las oscuras golondrinas"  o Darío y su "Marcha Triunfal", o también Batres Montùfar: "Yo pienso en ti, tú vives en mi mente..." Bueno, pero les abro mi corazón hoy de esta manera porque acabo de aprender algo con respecto a los poemas... Les explico: Las Escrituras comparan a la iglesia con un poema. "Porque somos

COSAS

Zaqueo. El fariseo que se trepa a un árbol para ver de cerca a Jesus. No sabía que Jesus lo estaba esperando desde hacía mucho tiempo. Y no para verlo sino para tratar con él. Para cambiarle su perspectiva de la vida... Zaqueo. Afanado por juntar todas las cosas que el mundo ofrece. Tener cada vez más. Nunca estar satisfecho. Mucha hambre por lo material. Mucho interés en reunir cosas. Más televisores y más grandes. Más refrigeradoras para más comida. Casa más grande para llenarla de cosas más grandes. La grandeza de Zaqueo no está en su desarrollo. Esta en sus cosas. Es bajo de estatura y para compensar su complejo necesita tener cosas grandes. Para sentirse "grande..." Pero se encuentra con Jesus... Y Jesus pone las cosas en su justo lugar. Sin decir una sola palabra, solo poniendo sus Ojos que todo lo ven, hace que Zaqueo se de cuenta que no necesita llenarse de más ropa, libros, carros, juguetes electrónicos ni teléfonos celulares inteligentes. Que el inteligente d

¡CÒMO ME GUSTARÍA...!

No estoy descubriendo el agua azucarada, pero debo empezar este escrito recordando que la vida tiene carreteras en las que muchas veces caemos sin darnos cuenta en alguna de sus curvas y nos encontramos de pronto con algo que viene contra nosotros... Una deuda inesperada. Sin estar preparados nos llega una nota de alguna parte diciendo que tenemos veinticuatro horas para cancelar una cuenta que se nos había archivado en alguna gaveta de la mente y el departamento jurídico esta listo para embargarnos lo que puedan... Una enfermedad que nos toma por sorpresa. Creemos que es una simple fiebre y de pronto, a la una de la mañana nos agravamos y sin saber cómo y por qué, resultamos en la cama de un hospital... El hijo empezó con un pequeño dolor de estómago. Lo lógico: algo comió que le cayó mal. Alka Seltzer con agua y listo... Pero no funcionó y el dolor aumentó hasta que nos dicen que es apendicitis y que hay que operar ya. Sin demora. ¡Ah! y la operación cuesta Quinientos Dólares a

¿FELICES...?

No quiero ser un aguafiestas ni ave de mal agüero, pero este escrito es para quienes piensan que el fin de la vida del cristiano es ser feliz... Nada más lejos de la verdad... En su Biblia usted nunca encontrará ni una sola referencia a que Dios quiere que seamos felices. No señor. Eso es un invento de los predicadores que quieren congraciarse con sus ovejas para que vayan por el mundo en busca de la felicidad... Dios lo que quiere es que seamos bendecidos. Ser bendecidos y ser felices son dos cosas muy distintas. A saber: La felicidad es efímera. Es producto de tener un montón de cosas materiales, dinero, fama, un buen trabajo, una esposa bonita y joven, un pastor multifacético y otras cosas más... Pero vea bien la lista. Todo eso pierde su significado ante la realidad de la vida. Nada de lo que mencioné arriba sirve para solucionar los momentos críticos que llegan gratuitamente para madurarnos y hacernos entender el verdadero significado de la vida en Cristo... La bendición,

SIN RESPUESTA...

La vida puede ser cruel para algunos, mientras que para otros es placentera. En un lugar del universo brilla el sol mientras en el otro lado hay tinieblas. Tsunamis están arrasando vidas inocentes. Tormentas están destruyendo hogares en las Islas mayores. Asesinos escondidos en las esquinas oscuras de nuestra ciudad están al acecho de sus víctimas... Jóvenes escolares están siendo asesinados solo por vivir en el otro lado de la linea divisoria. Madres que están quedando frustradas y enojadas porque les arrebataron a su hija de quince años para descuartizarla en un barranco... Dolor. Tragedia. Lagrimas. Impotencia... Eso no es nuevo. Ni es propio de nuestra tierra... El dolor sin respuesta también llena las páginas de la Biblia.  Pensemos en la historia de Job. Escuchemos a Satanàs hablando con Dios: "Veamos, Dios, te quieres hacer el bueno, pero la verdad es que nadie te ama.  Y nadie te teme en realidad..." (paráfrasis mía). Y Dios le respondió. Le mostró a uno de sus si

¡VETE, DOLOR...!

Tengo el honor de servir a Su Majestad, el Señor Jesus en varias congregaciones a donde me envía a predicar su Palabra. Conozco de primera mano el sufrimiento y el dolor que viven buena cantidad de pastores, esposas e hijos porque la vida no les ha resultado como ellos esperaban... En los Seminarios Teológicos preparan a los hombres a servir al Señor desde los púlpitos, pero nunca les enseñan como servir a sus esposas y familias... De manera que cuando llega la crisis vestida de cualquier forma, no saben como enfrentarla. Claro, pueden aconsejar a cualquier persona de su congregación. Pueden resolver múltiples dilemas y problemas de personas que asisten a sus reuniones, pero, créalo o no, no saben como resolver los conflictos de sus propias esposas. Y estas se sienten abandonadas. Y los hijos están esperando a que su papá tenga tiempo para llevarlos algún día a un río en donde ven que él bautiza a sus nuevos convertidos, que los lleve a ellos a darse un chapuzón... Pero la respuest

VERGUENZA -2

Incapacitados no son solo aquellos que se movilizan con dificultad físicamente. No son solo los que andan en sillas de ruedas o apoyados en muletas o andaderas... Hay una innumerable cantidad de cristianos a las que la vergüenza transforma en discapacitados a causa de adicciones secretas... La vergüenza de lo que sucedió en nuestra niñez nos lleva una y otra vez a cometer el mismo pecado... Y si caemos repetitivamente ya no nos sentimos merecedores de la Gracia de Dios y nos hundimos más y más en la ciénaga del vicio, cualquiera que éste sea... Incluso, algunos viven con una falsa culpa por el sufrimiento que les causò el ser víctimas de abusos sexuales.  Por lo general, la culpa sigue una linea establecida, un ciclo de autorecriminaciòn y mentiras que acaba con una vida tras otra. ¡Ah! y hablo de cristianos. De gentes de Biblia. De gente que canta coritos en las iglesias y asiste a vigilias y diezma y ofrenda. Pero es una realidad  que dentro de sus corazones y detrás de sus sonri

VERGUENZA-1

No nos engañemos... Todos, en alguna ocasión, hemos sentido vergüenza por nuestros actos pasados. Hay una sensación como de culpa por lo que hicimos y sabemos que estuvo mal. Cosas que sucedieron sin que estuviéramos conscientes de nuestro mal proceder. Eramos parte de la masa que nos llevaba por los derroteros en los que ellos iban. Seguíamos al rebaño hacia el precipicio y sin darnos cuenta caímos una y otra vez en asuntos vergonzosos... Hoy, años después, cuando escuchamos alguna canción, una esquina que atravesamos, un almacén que vemos con disimulo, una cuadra por donde pasamos y hasta un tipo de comida que saboreamos nos traen a la mente los recuerdos que nos ocasionan vergüenza... ¿Cómo pudimos hacer tal cosa? ¿Cómo fui capaz de enamorarme de aquel muchacho que no tenía nada de atractivo? O, ¿Como pude ser tan incauta y creer en aquel muchacho que resultó vicioso y me dejó huellas imborrables en mi corazón de niña? Y nosotros los hombres también tenemos nuestras vergüenzas o