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Mostrando entradas de septiembre, 2022

¿DIOSES FALSOS? ¡NI TANTO!

1 Reyes 18:39 “Cuando todo el pueblo lo vio, se postraron sobre su rostro y dijeron: El SEÑOR, Él es Dios; el SEÑOR, Él es Dios” A más de algún teólogo de la vieja escuela le asustará este título. Si, le va a hacer creer que he caído en apostasía y seguramente me juzgará por lo que está escrito en el encabezado, pero si continúa leyendo se dará cuenta de lo que trato de plasmar en esta ocurrencia de hoy. Y es que para nosotros los evangélicos todo es satanizado, como dijo el fundador de Vox Dei, Estuardo Meza, director del grupo atrevido a romper paradigmas originarios de Argentina.  Hemos caído en el error de menospreciar a otras personas que no adoran ni predican lo que nosotros adoramos y predicamos. Los evangélicos somos gentes racistas y tan racistas que entre nosotros mismos no nos aceptamos. Es por eso que los no creyentes en Cristo no quieren saber nada de nosotros. Lo satanizamos todo, incluyendo a los que no van a nuestra iglesia. Si van a otra, no son cristianos. Si no

EL FAMOSO PERFUME

  Marcos 14:5  “Porque este perfume podía haberse vendido por más de trescientos denarios, y dado el dinero a los pobres. Y la reprendían” El hermano se me acercó un día de culto en la Iglesia y me llamó aparte para decirme algo que “sentía” en su corazón.  Me dijo que el Señor le había hablado y que nosotros, los encargados de la Iglesia debíamos hacer algo por los que pasan hambre en los parques del centro de la ciudad y que debíamos empezar un ministerio de alimentarlos como manda el Señor Jesus. Cuando le pregunté qué proponía, me respondió que la Iglesia tiene la obligación de usar el dinero de los hermanos para eso.  Que se levantara una ofrenda especial cada mes para cumplir con ese mandamiento de dar de comer al hambriento. Me quedé pensando en esa sugerencia que a simple vista parecía buena.  Parecía salir de un corazón noble y muy cristiano.  Claro, hablar es una cosa pero hacer es otra.  Cuando, ya a solas conmigo mismo pensé en esa plática debo confesar que me sentí u

LUGARES ALTOS

1 Reyes 11:7 “Entonces Salomón edificó un lugar alto a Quemos, ídolo abominable de Moab, en el monte que está frente a Jerusalén, y a Moloc, ídolo abominable de los hijos de Amón” 1 Reyes 13:33 “Después de este hecho Jeroboam no se volvió de su mal camino, sino que volvió a hacer sacerdotes para los lugares altos de entre el pueblo…” Desde siempre, no se sabe cuando en la historia del hombre empezó la creencia idólatra del Dios de las Tormentas.  Este era un dios pagano que se hizo de un nombre en las culturas del antiguo oriente. Esta creencia llenó la mente y el corazón de todos los habitantes de aquellos lugares de tal manera que incluso los hebreos, que adoraban a un solo Dios, cayeron en esa idolatría. El asunto nació porque los hombres, al ver que las tormentas venían de lo alto, empezaron a practicar el culto a ese dios desconocido, sin nombre y sin rostro que les inundaba sus tierras y a veces los dejaba sin alimentos, por lo que empezaron a ofrecerle sacrificios para calm

TESTIMONIO

Filipenses 3:17 “… y observad a los que andan según el ejemplo que tenéis en nosotros…” Van de tres en tres o de dos en dos. Tocan puertas, detienen a la gente en medio de la calle. Les ofrecen sus tratados que casi nadie lee. Unos, por educación los guardan en el fondo de sus bolsas, otros los tiran a la calle.  Otros, más osados, se suben a los buses que circulan por la ciudad y les predican a los pasajeros que algunas veces ni los voltean a ver, otros quizá porque no tienen mejor cosa que hacer, los observan sin ponerles atención.  La mayoría no les escuchan.  Son los evangelistas que las iglesias evangélicas envían a convertir a las personas a que acepten a Jesus como su Salvador personal. La mayoría tienen un Ministerio de evangelización y que disponen de suficientes recursos financieros como para alquilar o tener en propiedad algún bus que los lleva a otros lugares fuera de su jurisdicción para presentar el plan de Salvación.  Son los que se han enamorado de su ministerio y d

¿QUE HACE USTED ALLI?

Marcos 5:18-19  “Al entrar Él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que lo dejara acompañarle.   Pero Jesús no se lo permitió, sino que le dijo*: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho por ti, y cómo tuvo misericordia de ti” Bueno, la verdad es que no todos quieren a Jesus. Ni cerca ni lejos. Muchos son indiferentes a la oferta de la salvación que él ofrece. Claro que es una pena porque los cristianos quisiéramos que todos, como dijo Pablo en aquel juicio, fueran como nosotros, pero eso no es posible. Y claro que Jesus, como todo un caballero que es, no obliga a nadie. Él ofrece, ¿no quieren? no hay problema, es decir, no hay problema para él pero si para aquellos que no quieren.  Pero eso ellos no lo saben. El otro problema es que porque algunos no lo quieran eso no significa que otros si lo deseen. Y eso es lo que vemos en la historia del gadareno.  Como Jesus sabía que su Palabra nunca iba a regresar vacía, dejó siempre u

¡¡GRACIAS!!

1 Tesalonicenses, 5:18 “…dad gracias en todo…” El signo más distintivo de un verdadero cristiano es la lealtad. La lealtad no es un sentimiento ni tampoco una consecuencia de algo. Tiene que ser un fruto. Porque dar gracias, para un hijo de Dios es algo que debe nacer desde el fondo del corazón, primero a Dios por todas sus maravillas hechas en su vida, pero también con su prójimo cuando recibe un don o un regalo cualquiera que sea su naturaleza. Dar gracias a Dios por cualquier cosa que pasa a ser nuestra por su misericordia, es algo que no debe faltar en nuestras vidas.  La gratitud es la forma de fe más grande que existe. Cuando damos gracias estamos creyendo y confesando que no hay otro Dador que Dios.  Y no hay nada más hermoso que una persona agradecida. Es una persona que refleja fe, amabilidad, de frutos dignos del Padre.  Diez leprosos fueron sanados y solo uno regreso a dar gracias y Jesus preguntó ¿en donde están los otros nueve? También no hay otra forma más ingrata e

AMARNOS

Gálatas 5:14 “Porque toda la ley en una palabra se cumple en el precepto: AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO” Juan 13:34 “Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; que como yo os he amado, así también os améis los unos a los otros” Bueno, ¿a quien le hacemos caso? ¿A la ley de Moises o a la Ley de Cristo? Tenemos que saber que Jesus no vino a anular la Ley de Moisés pero vino a cumplirla.  Y su manera de cumplirla en algunos aspectos se nos ha pasado por alto.  Estamos tan acostumbrados al mandamiento de Moisés de amar al prójimo “como a nosotros mismos” que hemos obviado lo que enseña Jesus al respecto. Ahora podemos entender por qué nos es tan difícil amar a nuestro prójimo como manda la Palabra.  Y es que debemos ser francos: No nos amamos a nosotros mismos. Para empezar no olvidemos que muchos de nosotros hemos venido de un mundo de pecado, es decir, de pecados voluntarios. De esos tan feos que nos da vergüenza confesarlos en un lugar tan público como este

CIVILIZACIÓN

  1 Corintios 9:16  “…¡ay de mí si no predico el evangelio!” La mayor tragedia del ser humano es no saber qué vino a hacer a esta tierra. La mayor frustración del hombre en general es no saber para qué es útil, para quien fue creado, para qué y como desarrollarlo. Adan y Eva vivían en un mundo perfecto. Su vida era aburrida. No tenían nada de qué preocuparse, no tenían ningún desafío para crecer, para vivir para algo y para alguien. Cuando decimos que todo esta perfecto queremos decir que ya todo está terminado. Que ya no hay nada más que hacer para mejorar algo. Adán y Eva llevaban vidas aburridas, sistemáticas, perfectas en todo sentido. Hasta que les llegó un problema: El pecado. La fruta o lo que usted quiera ponerles en el camino. A partir de ese momento, las vidas de Adan y Eva ya no volvieron a ser aburridas. Todos los días se levantaban con un deseo de hacer algo. De mejorarse mutuamente. Un deseo de vencer obstáculos, de vencer su propia inclinación al mal.  Cuando habl

LOS SUEÑOS DE JACOB

Génesis 28:12  “Y tuvo un sueño, y he aquí, había una escalera apoyada en la tierra cuyo extremo superior alcanzaba hasta el cielo; y he aquí, los ángeles de Dios subían y bajaban por ella…" Génesis 28:20 "Entonces hizo Jacob un voto…” Génesis 31:10-13  “Y sucedió que por el tiempo cuando el rebaño estaba en celo, alcé los ojos y vi en sueños; y he aquí, los machos cabríos que cubrían las hembras eran rayados, moteados y abigarrados.  Entonces el ángel de Dios me dijo en el sueño: «Jacob»; y yo respondí: «Heme aquí».  Y él dijo: «Levanta ahora los ojos y ve que todos los machos cabríos que están cubriendo las hembras son rayados, moteados y abigarrados, pues yo he visto todo lo que Labán te ha hecho.  Yo soy el Dios de Betel, donde tú ungiste un pilar, donde me hiciste un voto. Levántate ahora, sal de esta tierra, y vuelve a la tierra donde naciste” No hay nada más peligroso que perder el enfoque en las cosas de Dios. Porque fácilmente olvidamos nuestro primer amor, olvida

SOMOS IMANES

Romanos 8:28 “Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien…” ¿Por qué será que siempre me junto con la misma clase de personas en mi camino? ¿Qué maldición me persigue para que siempre me toquen esa clase de gentes mal agradecidas, ingratas y traicioneras?  ¿Que he hecho para que siempre me dejen abandonado sufriendo el dolor de volver a estar solo? Son preguntas dolorosas y angustiantes que afectan el corazón humano. Y nosotros los cristianos no estamos exentos de sufrir esa agonía.  Se repite una y otra vez.  Llega gente a nuestra vida que por momentos nos hacen sentir bien, nos sentimos amados y respetados. Son personas con un carisma tal que poco a poco se van introduciendo en nuestra vida íntima. Se vuelven nuestros amigos. Salimos a comer y a disfrutar de una buena charla que nos deja edificados la mayoría de las veces.  Como dijo Jesus, son personas que comparten nuestro pan y hablamos de nuestro Dios. Pero de pronto ¡Pum! nos llega el golpe d

¿Y...LLORAN LOS REYES, PUES?

2 Samuel 19:1  “He aquí, el rey llora…” Si algo enferma el cuerpo es retener el dolor interno.  No son las heridas físicas como por ejemplo un accidente, una rotura de hueso o un golpe en algún deporte.  Esas heridas se sanan con un poco de reposo y que el cuerpo reponga lo que se ha roto internamente. Pero hay un dolor más profundo dentro del hombre, es el dolor del alma. Ese dolor que no sana con calcio ni con medicamentos. Ese dolor, cuando se reprime causa problemas internos al corazón, las arterias se llenan de colesterol que poco a poco van minando la función de las mismas hasta que llega el colapso. Enferman el hígado que acumula la bilis retenida por tantos años de estar allí, hasta que empiezan a aflorar emociones de rabia, enojo y depresión porque nunca hubo un momento de desahogo interno. No se necesita ser médico para conocer los resultados físicos del cuerpo humano cuando éste es sometido a presiones a las que nuestro Dios no lo ha creado.  El hombre, especialmente,

LA TENTACIÓN

1 Corintios 10:13   “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea común a los hombres; y fiel es Dios, que no permitirá que vosotros seáis tentados más allá de lo que podéis soportar, sino que con la tentación proveerá también la vía de escape, a fin de que podáis resistirla” ¿Usted creyó que es el único a quien Satanás está tratando de empujar para que haga lo incorrecto?  ¿Usted cree que es el único que está siendo puesto a prueba en la tentación para llevarlo al pozo de la inmundicia?  No, mi amigo. Usted no es el único. Quien escribe esto también ha tenido que pasar por esos momentos de angustia, momentos de duda de si realmente soy cristiano o pastor.  Porque la tentación no es exclusividad de los santos como Pablo, también nosotros los que tenemos el enorme privilegio de ser llamados por Dios para ser sus mensajeros. Tristemente muchos que cayeron en tentaciones no volvieron a levantarse pero no fue porque el Señor los haya dejado allí tirados, o porque Satanás es más fu

LA LEALTAD

Génesis 50:25 “Luego José hizo jurar a los hijos de Israel, diciendo: Dios ciertamente os cuidará, y llevaréis mis huesos de aquí” Éxodo 13:19 “Y Moisés tomó consigo los huesos de José, pues este había hecho jurar solemnemente a los hijos de Israel, diciendo: Ciertamente os visitará Dios, y entonces llevaréis de aquí mis huesos con vosotros” Estamos viviendo una época en que la lealtad se está diluyendo. Nuestras vidas están siendo afectadas por la frialdad, la falta de sinceridad y el compañerismo entre nosotros los hermanos en Cristo se han perdido.  No sé en qué momento de la historia actual hemos perdido el sentido de ser fieles a nuestras palabras, a nuestros compromisos y a nuestros valores. Somos una generación que ya no cumple sus promesas ni tenemos sentido de fidelidad ni a Dios ni a los hermanos. Jetro, por ejemplo, cuando Moisés fue comisionado por Dios para que fuera a Egipto a liberar al pueblo que estaba esclavizado por esa nación, ofreció a Moisés que mientras él gu