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Mostrando entradas de diciembre, 2021

BRUTALMENTE SINCEROS

  Gálatas 4:16 “¿Me he vuelto, por tanto, vuestro enemigo al deciros la verdad?” Bueno, la verdad duele. A veces duele en el alma cuando la persona con la que usted compartía un buen amor, de pronto le resulta diciendo que ya no le ama. Eso duele. O cuando el esposo que por tantos años estudió su post grado a costa del trabajo de su esposa que lo ayudó a alcanzar su meta, y ahora resulta que se va con una compañera de estudios más joven y bonita que ella. Eso destroza la fe. O que tal ir al médico y escucha el resultado de la biopsia: Es cáncer. Y del malo. Arregle sus cosas porque le quedan seis semanas de vida. Eso duele mucho. O la hija que ha crecido con sus padres por tantos años que parecía una niña bien portada con ellos, estudiosa y aplicada a sus materias, pero de pronto se convirtió en una señorita que en la universidad fue apetecible a los depredadores y de repente llega con la noticia devastadora: Estoy embarazada y el muchacho huyó al extranjero.  Todo se hizo añic

TUS PECADOS TE SON PERDONADOS...

  Mateo 9:2  “Y le trajeron un paralítico echado en una camilla; y Jesús, viendo la fe de ellos, dijo al paralítico: Anímate, hijo, tus pecados te son perdonados” Bueno, vamos a ser francos con nosotros mismos.  Porque sabemos esconder bien las cosas feas de nuestra vida. Nos disfrazamos con un buen traje, un buen perfume, maquillaje y un excelente recorte de uñas. Por decirlo de alguna manera, somos maestros del disfraz.  Sabemos fingir una vida de excelencia, para que otros que también hacen lo mismo, crean de nosotros lo que queremos mostrar.  Especialmente en público.  Porque dentro de nuestras cuatro paredes todo es distinto.  Allí se cae el maquillaje, nos quitamos el traje de superhombres o supermujeres y nos convertimos como aquellos personajes de Jekyll y el Señor Hyde, en unos simples mortales, personas de doble moral o doble vida. Y es que eso lo traemos desde la niñez en donde nuestros propios padres nos enseñaron a fingir.  En el súper, mamá nos decía: “cambie e

PIEDRAS EN VEZ DE PAN

Mateo 4:3 “Y acercándose el tentador, le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan” Sin entrar en asuntos teológicos, todos sabemos que el pan es figura no solo de la Palabra pero también de la Persona de Jesus.  Él es el Pan de vida.  Sin ese pan estaremos siempre hambrientos, buscando saciar nuestra hambre en cualquier cosa, incluyendo las algarrobas de donde comen los cerdos. Usted puede viajar por las calles de nuestra ciudad y verá una cantidad enorme de antros de vicio, cervecerías y licorerías abiertas hasta altas horas de la noche llena de jóvenes, hombres y mujeres tratando de saciar el hambre de sus almas, buscando como llenar sus estómagos emocionales con toda esa clase de placebos sociales que les brindan un poco de calma a sus atormentadas vidas. ¿Qué buscan esas personas? Un antídoto contra sus dolores internos. Una anestesia que les haga olvidar por unos momentos la soledad de sus oscuras vidas, un matrimonio a punto de fracasar o ya fra

TRADICIONES

  Hechos 16:21 “…y proclaman costumbres que no nos es lícito aceptar ni observar” Mmmmm… sé que voy a caer mal, sé que seré una piedra en el zapato de muchos de mis compañeros pastores y que lo que escribiré hoy será un insulto a sus creencias, tradiciones y costumbres evangélicas. Pero creo que si me quedo callado, muchos seguirán equivocados con respecto a vivir en un cristianismo oscuro, pobretón, mediocre, sin crecimiento espiritual y muchas falencias más. Hay dos maneras de leer la Biblia: Profesionalmente y Devocionalmente. La mayoría de pastores que conozco y sé que hay otros que no conozco, la leen profesionalmente.  La abren horas antes de ir a predicar un mensaje a los que esperan que el sacerdote les enseñe a guardar los mandamientos del Señor. Y, en lugar de darles el Pan de vida, les dan piedrecitas.  Piedras en lugar de pan. Son los maestros de teología que dan clases magistrales en las aulas de los institutos bíblicos, se saben los vericuetos de la Biblia y de

PRIORIDADES

2 Timoteo 4:13 “… y los libros, mayormente los pergaminos” Este lunes pasado, 13 de Diciembre 2021 hice un viaje relámpago a Guatemala, después de dos años y pico de no salir debido a la pandemia y las restricciones para viajar. Pero me urgía hacerlo porque necesitaba cumplir un deber: Visitar y almorzar con mi pastor Vlady Vasquez.  Normalmente nos encontramos en algún restaurante para compartir unos minutos de su sabiduría y conocimiento de la Palabra de Dios, pero ahora, debido a los problemas que todos conocemos, no había podido cumplir con ese deber. Mi esposa y yo nos pusimos de acuerdo en que tenía que hacerlo antes que terminara el año. Fueron momentos de mucho conocimiento. Vlady, como siempre que lo visito, drena mucho de su conocimiento y me enriquece mi acervo espiritual agregando sus enseñanzas a lo que el Señor me regala personalmente. Visitar a mi pastor, entonces, es un alto honor que tengo ya que es un hombre de Dios accesible, que no escatima tiempo ni distan

BUSCANDO ASNAS

  1 Samuel 9:4 “Y Saúl pasó por la región montañosa de Efraín y recorrió la tierra de Salisa, pero no las hallaron. Luego pasaron por la tierra de Saalim, mas no estaban allí. Después atravesaron la tierra de los benjamitas, pero no las encontraron” Bueno, estamos terminando un año más.  Que lo estemos terminando no es el problema, el problema, como cantó mi paisano Arjona, es cómo lo estamos terminando. Eclesiastés dice: Mejor es el final de un asunto que el principio. ¿Será eso verdad a la hora de hacer un recuento de como estamos terminando este dos mil veintiuno? Porque muchos pasaron el año buscando sus asnas.  Buscando -algunos-, lo que perdieron: un matrimonio, un empleo, una esposa, un hijo, una buena cantidad de dinero.  Otros pasaron el año buscando el amor, buscando venganza por aquel daño que alguien les causó. Buscar asnas, como Saúl, demuestra que no estamos interesados en buscar algo más, algo que trascienda, algo que realmente nos llene el corazón, la vida, q

POR ALLÍ DICEN...

  Apoc. 22:17 “Y el que tiene sed, venga…” ¡Pastor, que bueno verle. Lástima que usted está vedado, porque si no, lo podría invitar a predicar en mi iglesia! Ese fue el saludo y las palabras que un pastor que yo consideraba mi amigo me expresó en un lugar donde nos encontramos frente a frente. Hasta ese momento, yo no sabía que estaba vedado.  Y no lo sabía porque siempre he contado con el favor del Señor sobre mi vida.  Sigo predicando su Palabra a donde él me indica que vaya.  Su respaldo me acompaña y me hace partícipe de su Naturaleza cuando ministro a las personas que se presentan al Altar cuando les llamo. Entonces, las palabras de aquel pastor imprudente me dejaron con una pregunta: Vedado, ¿por quien? ¿Quien se ha tomado la libertad de declarar que un predicador sin fama, sin dinero ni toda esa parafernalia evangélica puede ser vedado, o sea, que no está autorizado para hacer la Obra de Dios? Y claramente debo declarar que me dio lástima. Lástima porque no ha leído l

NADA ES NUESTRO

Levítico 25:23  “La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra mía es…” Se matan por ella. Hermanos, familiares y parientes se pelean constantemente por un pedazo de tierra. Un rey quiso que uno de sus conciudadanos le vendiera su viña. Éste le dijo que no podía aunque el comprador fuera el rey del país. Llegó triste a su casa por el enfado de no haber logrado lo que quería.  Su esposa le aconsejó que dejara ese asunto en sus manos. Tramó una mentira y orquestó que el dueño de la viña fuera ejecutado para que su esposo el rey pudiera tomar la viña como propiedad suya. Es la historia de Nabot. Está en la Biblia.  Lo único que Nabot deseaba era mantener la orden del Señor: Que la tierra no podía venderse. Era una herencia de sus ancestros, por lo tanto, había que respetar lo que Dios había dicho.  No, no se puede vender. Lo lamento. Hoy la historia no ha cambiado.  Hoy no se trata de no vender la tierra.  Se trata de no vender el honor.  El honor de un nombre, de una es

RECORDAR

Levítico 23:42-43 “Habitaréis en tabernáculos por siete días; todo nativo de Israel vivirá en tabernáculos, para que vuestras generaciones sepan que yo hice habitar en tabernáculos a los hijos de Israel cuando los saqué de la tierra de Egipto. Yo soy el SEÑOR vuestro Dios.” No.  Los jóvenes de hoy no saben nada de lo que sus padres pasaron antes que ellos nacieran. Hoy estamos viendo una generación de “pantallas”.  Las pantallas de sus celulares, iPads y Laptops.  Son los aparatos que interactúan con sus hijos. He visto a muchos padres que para que sus hijos los dejen “tranquilos” les dan su celular para que jueguen. Y lo peor de todo, es que lo hacen en horas en que supuestamente la familia se sienta en la mesa de comedor para compartir las experiencias del día. Entonces vemos con tristeza que los padres están comiendo aparentemente tranquilos, mientras sus hijos juegan con sus aplicaciones o sencillamente están platicando con sus amigos virtuales quienes les comparten a sabe q