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Mostrando entradas de agosto, 2014

JONAS...

Las rosas de la tarde, las rosas ya marchitas, las rosas del crepúsculo, las rosas que se mueren... Su aroma ya no llena el ambiente, su  perfume ya no existe. El dolor acompaña la vida como la madre al hijo que tanto ha deseado. Los besos castos han desaparecido de los labios del profeta, ese profeta que fue enviado por su Maestro a cumplir una misión pero él decidió otra cosa... Y allí está. Pereciendo en esa oscuridad que todo lo anula. Una oscuridad tenebrosa, una oscuridad que desalienta, una oscuridad que mata. Mata la esperanza. Mata la virtud. Mata la fe. Mata la vida... Jonas ha huido a otros rumbos. El mar lo ha engullido como el horizonte engulle el barco a donde había ido a refugiarse para no cumplir su cometido. Como nos traga la vida, como nos engulle el dolor, como nos engulle el pasado... Cada día perdemos algo de vida... La vida nos quita la vida... Y hoy Jonas está en tinieblas. No habla porque no hay nadie con quien hablar. Solo piensa. Está solo. Solo y e

RESURECCIÒN

...La mujer ha estado velando toda la noche.  Espera con ansias que amanezca. Espera con ansiedad los primeros rayos de luz que el anhelado sol empiece a lanzar sobre las colinas de Jerusalem... No soporta la idea que su Amado no sea ungido como debe serlo. Primero, porque el amor que siente por Èl la arrastra a una pasión invencible de ternura que no encuentra dique que la detenga. Segundo, porque tiene que demostrar que es agradecida por todo el bien que recibió mientras Èl vivió en su tierra... Su Benoni. Su Maestro. Su Salvador. Su Redentor... Ahora está en una tumba y por la prisa con que lo encerraron, no hubo tiempo de ungirlo. Y ahora ella está ansiosa por cumplir ese precepto de la Ley. La misma Ley que le prohibe caminar antes de que termine el Shabbat. Y esa prohibición terminará con los primeros rayos de luz de ese eterno amanecer. Lo último que recuerda del viernes fatídico en que colgaron a su Maestro fue ver a la madre doliente que lloraba, lloraba muy triste al pie

EL CADALSO

La cárcel es dolorosa. Huele a soledad. Huele a escarnio. Huele a humillación. Especialmente si los que entran en ella lo único que han hecho es amar... El amor también puede encarcelar las almas inocentes que se entregan incondicionalmente a él... El amor... ese sentimiento que no se puede detener una vez ha roto el dique del alma... Así están estos dos valientes. Han caído bajo el peso de la ley del hombre, pero en la Ley del Cielo están libres. Libres como las tórtolas que hacen sus nidos en los dinteles de los palacios. Los han acusado de lo que no es cierto. Así es el veneno de los que no entienden el amor. "Para el sucio todo es sucio" dice la Escritura. Por eso debemos cuidar mucho lo que vemos o sentimos... porque podemos encarcelar a los valientes que se atreven a demostrar su amor sin ambages y no debemos olvidar que el escándalo, como el rayo, estalla con más fuerza en las alturas... Mientras más alto está el acusado más alto serà su sonido... Hechos 16:25 nos

CENIZAS

La tarde está cayendo sobre el hogar de este patriarca que ama a Dios por sobre muchas cosas... Un canto de grillos se escucha a lo lejos mientras él y su esposa se preparan para sentarse a la mesa a disfrutar la cena del día... Los últimos rayos del sol se ocultan detrás de las montañas que rodean su casa. Todo está en silencio y las miradas de los dos ancianos se entrecruzan como hablàndose en silencio y dejando escapar palabras sin sonido. Porque cuando se ama basta una mirada para decir muchas cosas. Cuando se ama no se necesitan palabras. Estas se dicen en silencio, en el silencio de la mirada... El anciano ha vivido una larga y próspera vida hasta ahora. Su Dios lo ha cuidado sobremanera y para él tomarse de la Mano del Invisible es cosa de todos los días... Disfruta la compañía de Jehová al máximo... ¿Cómo no disfrutar la belleza del cielo si no se lleva el cielo en el alma?  Y su alma está pletórica de ese cielo que lo cobija bajo el manto cuajado de estrellas... Pero ignor

ESCOMBROS

...La noche está ya en su pleno apogeo. No hay estrellas en el cielo. Nubes negras, tan negras como el miedo acechaban el camino destruido de la ciudad amada del triste y desolado caminante... Su cabalgadura tropezaba a cada instante a causa de los escombros del camino. Grandes piedras quemadas y trozos de ellas entorpecían el paso... Su corazón, devastado y angustiado observaba en silencio aquella desolación dolorosa y vergonzosa. Su amada ciudad, aquella en la que había crecido estaba ahora destruida y sus muros caídos... Escombros era todo lo que quedaba de aquella gloria del pasado. Escombros. Cada piedra le recordaba momentos ya idos y nunca olvidados de su niñez junto a sus amigos y compañeros de barrio... Un lúgubre sonido del viento triste también, llenaba el ambiente... Nehemìas está solo. No quiso que nadie le acompañara a observar el destrozo de aquello que una vez fue hermoso. Lea sus palabras: "Salí de noche por la puerta del Valle hacia la fuente del Dragón y hacia

LA NOCHE

...El profeta se alejó con pasos cansados, agotado por el esfuerzo de tener que confrontar a su rey con su pasado y su pecado... Y el rey quedó solo. Solo con sus remordimientos. Solo con su alma apesadumbrada por haber querido creer que era omnipotente, que podía hacer lo que su alma quería... Pero la presencia del santo profeta le había hecho ver la cruda realidad... Había pecado contra el Señor de su vida, había caído insolentemente en la carnalidad al enamorarse de la mujer de su mejor amigo y defensor... Una tristeza profunda lo sumió como en un abismo de locura y de ansiedad. Su cuerpo temblaba de miedo y terror al pensar en lo que sus oídos acababan de escuchar: "Tù eres ese hombre..." Sus rodillas flaquearon, su pulso se aceleró, escondió su cabeza entre las débiles piernas que casi ya no le sostenían y, desde el fondo de su corazón elevó, como una triste paloma, su oración al Cielo, clamando en un susurro... "No quites de mí tu Santo Espíritu. Devuèlveme el

¡ENTRA, MI AMADA...!

¡Entra, mi amada! el ambiente está callado, cubre con tu manto color de duelo tu virginal semblante, que así parecerás ante tu Amado, como una estrella en enlutado cielo...! ¡Entra! y lleva solitaria mis plegarias ante el Trono de la Gracia, a Jesucristo donde sentado entre sus querubines recibe todo el incienso quemado en el altar de mi corazón cada mañana... ¡Entra, mi amada! y lleva entre tus brazos la torcaz de mis lágrimas y ruega por mis tristezas. Lleva mi clamor y presenta mi humillación ante el Trono de la Gracia para que de allí venga mi socorro... ¡Entra, mi amada! el ambiente está callado... Y dile que en las tinieblas en que lucho, no hay más luz que sus Ojos, que no hay más sonido que Su voz, que no hay más perfume que su Presencia... Así le rogué esta madrugada en lo íntimo de mi corazón a la Oración... Esa compañera mía desde hace muchos años y quien es el canal para enviar mis peticiones al Señor cada día... ¡Cómo me duele, dijo el hijo pródigo, cómo me duele

LA CUEVA

Momentos difíciles. Momentos dolorosos. Momentos que se hacen eternos. La soledad nos llega y de pronto nos sentimos abandonados. ¿Abandonados dije? Sì, pero en una simbiosis de hechos: Abandonados pero seguros que Alguien está a nuestro lado. Pero no lo vemos. Es una certeza abstracta que nos hace sentir y creer que ese Alguien no nos abandona y que siempre está atento a nuestros estados de animo... Hay días en que nos sentimos como la alondra tomando el sol en el cable de la luz. Solitaria, calentando sus plumas y preparando sus alas para volar al infinito en compañía de su pareja. Como el gorrión que remueve su plumaje mientras toma el sol de la mañana para calentar su frágil cuerpo y prepararse para el día... Así el alma humana espera con ansias la mañana para empezar a vivir, a soñar, a experimentar las sorpresas del momento... Elevar una plegaria al cielo en busca de respuestas. Elevar los ojos al firmamento plagado de estrellas en donde la aurora empieza a hacer clarear el d

EL REGRESO...

Suaves, graves, ¿dos torcaces que anduvieran sobre un suelo húmedo y extraño? ¿Dos palomas que del muro aledaño de algún polvoriento camino emprendieran largo vuelo paralelo bajo el cielo azul turquesa? Armoniosas, silenciosas, todas llenas de misterio  las dos débiles mujeres desfilaron ante todos... De los lirios de sus manos pendían sus pocas propiedades, y entre sus dedos, como amaestrados por un ritmo, se tomaban ambas mujeres.  Sus labios se movían con una amorosa piedad... musitaban silenciosos ruegos, se diría que las plegarias volaban de sus bocas,  revoloteaban en torno de ellas, como abejas escapadas de un panal, agitando sus alas líricas en el oro del crepúsculo... La una, anciana, magra, casi incorpórea, con dos ojos fatigados, sin brillo, de un glauco opaco, como el de los hongos casi marchitos, una boca austera, de labios exangües y un aire de consunción  en toda su persona, alta y erecta de un porte distinguido y señorial... la más joven, que lo era mucho, atraía la

GRACIAS...

La tarde caía y ella notó que algo faltaba en aquella casa... El Maestro, el día anterior le había hecho sentir cosas que nunca, ningún hombre había provocado en su corazón y en su interior... Era la Mirada límpida y diáfana de aquellos ojos que penetraron todo su ser... Volvió a su casa perdonada. Liberada de su pasado tormentoso. Pasado que la condenaba a un infierno de culpa y maldición. Pero Èl la había mirado en esa como etérea estrella que iluminó su vida como un fugaz meteorito que atraviesa el firmamento, así fue traspasada su alma... Y quitó la culpa. Y quitó la condenación. Quitó el tormento. Y el infierno de su pasado quedó olvidado. Olvidado para siempre... ¿Como dar gracias? El Hombre está inalcanzable. Sus discípulos lo rodean para que nadie, menos una mujer del vulgo se acerque a Èl. Podría mancharlo con sus impurezas. No le permiten hablarle, el sonido de su voz pecadora puede ensuciar aquella Santidad que vive en Èl... Pero, ¿como agradecer esa liberación que ahora

MELODRAMA...

El corazón. ¿Quien lo conocerá? pregunta el Todopoderoso. Y responde: Yo, Jehová... El es el Unico que puede conocerlo. Es una parte nuestra que nos engaña, nos induce al pecado, nos lleva por callejones tortuosos de pecado y nos convence de que lo que hacemos es lo correcto cuando en realidad es todo lo contrario... Nos dice que esa flor del jardín ajeno puede ser nuestra. Que esa tórtola ajena puede anidar en nuestros brazos, como Betsabè y David... Tragedia humana. ¿Es que algún humano lo puede conocer? Sabemos que, al igual que la lengua, es un abismo de gloria y lodo... Por un lado amamos apasionadamente pero como la moneda, la otra cara odia apasionadamente. El corazón humano es la parte del hombre que nos enseña que no podemos hacer nada. Nada, a menos que Jesucristo nos lo cambie. Y aún así, pasará mucho tiempo para que sea realmente renovado y quede como nuevo... Lamentablemente la religión nos ha engañado hacièndonos creer que con una pequeña oración de conversión ya nu

LA MUJER...

Mucho se ha escrito sobre ella... Poetas, filósofos, pensadores, detractores, defensores, cineastas y muchos más. Han habido culturas en donde era pecado ser mujer. "Gracias, Señor, porque no me hiciste ni perro ni mujer..." era la oración de una de ellas en el pasado. Otras las mutilan. Otras más las ven como objeto de uso sexual. Menospreciadas, vilipendiadas, rebajadas a la mínima expresión... Hoy hay negocios que mueven millones de dólares utilizando la figura de la mujer. La figura de su cuerpo es explotado al máximo para sacar provecho de las ventas de cualquier cosa. Los bancos las usan para vender sus tarjetas de crédito. Los fabricantes de llantas las usan para convencer que se compre tal o cual tipo de llanta. Los hoteles hacen sus campañas publicitarias sacando la foto de una linda mujer en la piscina, como si eso fuera todo en el edificio. No importan las habitaciones, no importa la comida, no importa el servicio... lo que importa es esa mujer en la piscina.

EL AMOR...

Los agnósticos tienen un problema. Ellos no creen en Dios. No voy a entrar en detalles sobre esto porque yo sí creo en Dios. Y mucho. Es mi vida. Es el motivo por el que amanezco cada mañana dando gracias y levantando mi manos porque he amanecido sano, respiro, tengo a una bella esposa a mi lado y estoy listo para entrar a la selva de cemento con fuerzas nuevas... Y me pregunto: ¿Cuantas personas hoy no abrieron sus ojos? ¿Cuantas personas ya no despertaron de su sueño y partieron para la eternidad? ¿Cuantas personas, al querer ponerse de pie se dieron cuenta que la mitad de su cuerpo no respondió? Pero yo me puse de pie y todo mi sistema funcionó. Mi cara amaneció como siempre: pareja. No tengo ningún rictus de derrame en mi rostro... Todo eso y muchas cosas más me hacen ser feliz. Amo a Dios y él me ama. Y me ha dado un nuevo día para vivirlo a plenitud. Dios y el amor es lo mismo. Negar a Dios es negar el amor. Nadie que ame a alguien, no importa si es un perro, una mascota o un