EL AMOR...

Los agnósticos tienen un problema. Ellos no creen en Dios. No voy a entrar en detalles sobre esto porque yo sí creo en Dios. Y mucho. Es mi vida. Es el motivo por el que amanezco cada mañana dando gracias y levantando mi manos porque he amanecido sano, respiro, tengo a una bella esposa a mi lado y estoy listo para entrar a la selva de cemento con fuerzas nuevas...

Y me pregunto: ¿Cuantas personas hoy no abrieron sus ojos? ¿Cuantas personas ya no despertaron de su sueño y partieron para la eternidad? ¿Cuantas personas, al querer ponerse de pie se dieron cuenta que la mitad de su cuerpo no respondió? Pero yo me puse de pie y todo mi sistema funcionó. Mi cara amaneció como siempre: pareja. No tengo ningún rictus de derrame en mi rostro... Todo eso y muchas cosas más me hacen ser feliz. Amo a Dios y él me ama. Y me ha dado un nuevo día para vivirlo a plenitud.

Dios y el amor es lo mismo. Negar a Dios es negar el amor. Nadie que ame a alguien, no importa si es un perro, una mascota o una persona puede negar a Dios porque Dios es Amor.

Negar a Dios es negar el amor. Y negar el amor es afirmar que existe. Cuando yo niego algo estoy confirmando que existe. No importa que no lo pueda explicar pero el amor me habla en cada flor del jardín, en cada persona que encuentro en mi camino cuando salgo a hacer mi caminata diaria. El amor se encuentra en una sonrisa de un desconocido que todavía dice al pasar: "buenos días".  No necesito saber quien es, su sonrisa me dice que es un ser vivo. Su sonrisa es el reflejo del Dios maravilloso que gravita sobre toda la vida...

Si usted está pasando momentos de incredulidad, momentos en los que cree que Dios ya pasó de moda, que no escucha, pregùntese: ¿Para quien cantan los pájaros? ¿Quien, aparte de usted los escucha en sus trinos y variadas tonalidades de sonidos? Los pájaros no cantan para nosotros, pobres seres incrédulos... Ellos cantan para su Creador. Hacen uso de sus preciosos trinos para decirle a su Señor: ¡Gracias! por el nuevo sol que ha amanecido. ¡Gracias! por el alimento que ya está listo en el ambiente para que vivan un día más. ¡Gracias! por mantener alejados a sus depredadores que los acechan...

En nuestro jardín, tres veces al día se deja ver una ardilla. Este peludo animal no nos puede ver porque lo observamos desde nuestro comedor cerca del jardín separado por una malla antizancudos. Pero mi esposa y yo la observamos con mucha atención como baja de su árbol y se descuelga a una maceta que está suspendida por un alambre. Esta tiene un follaje bien tupido y allí, entre las flores y sus hojas, la ardilla tiene guardado un aguacate que la alimenta. Es curioso como este pequeño roedor con su elegante cola peluda sabe donde guardar su alimento y tiene la suficiente fe para saber que cuando tenga hambre allí estará su fruta preferida para saciar su necesidad...

Ella sabe algo que nosotros no queremos saber: Su Creador ha hecho provisión diaria para que se alimente y se mantenga con vida... Esa ardilla, después de comer lo que necesita, esconde su aguacate y regresa a su nido a esperar el próximo instante en que sienta hambre... Cuando eso suceda sabe que allí estará su alimento, brotando de la Mano de ese Dios que la ama tanto como nos ama a nosotros...

Si la ardilla y los pájaros que no son su imagen son alimentados de su Mano... ¿Por qué dudar que nosotros no tendremos nuestro pan de cada día...?




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