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Mostrando entradas de diciembre, 2020

AGRADECIDOS

1 Crónicas 15:21 “…y Matatías… Obed-edom…, para dirigir con liras templadas para el seminit” ¿Recuerdan a Obed Edom? Fue un granjero que vivía cerca del camino en donde el Arca de Dios fulminó a Uza por haberla tocado imprudentemente, y fue en su casa en donde David decidió dejarla mientras arreglaba el asunto. ¿Qué sucedió en la casa de Obed Edom mientras David regresaba por ella? Por tres meses fue prosperado en toda su casa. Obed Edom y su familia fueron grandemente bendecidos de tal manera que conocieron de primera mano al Dios de Israel y que ellos tuvieron la dicha de haber hospedado en su humilde hogar.  Pero Obed Edom y su familia ya no fueron los mismos después de esa Visitación. Fueron tocados de tal manera que cuando David regresa por el Arca de Dios para llevarla a su destino final, Obed Edom y su familia no quisieron quedarse en su lugar.  Abandonaron su casa, sus terrenos y ganados y tomaron la decisión de seguir al Arca que tanto los había bendecido y en agradecimi

ALMOHADAS DE PIEDRA

Génesis 28:18  “Y se levantó Jacob muy de mañana, y tomó la piedra que había puesto de cabecera…” Creo que no hay nada más duro que dormir en una cama dura.  Algunas veces en alguno de mis viajes a predicar fuera de mi casa he tenido que dormir en algún lugar con camas tan duras que no es posible dormir bien.  Amanece uno con dolor de espalda, huesos y con un malestar físico que cuesta empezar el día. ¿Se imaginan dormir con la cabeza puesta toda la noche sobre una almohada de piedra? Jacob sufrió ese problema. Y tenía razones de sobra para que su almohada fuera de piedra. No sabía hacia donde iba cuando iba huyendo de su hermano Esau. No sabía qué le depararía el destino una vez cruzara la frontera hacia el otro lado. Iba a encontrarse con familiares que nunca había conocido. Esa noche, nuestro amigo Jacob no pudo dormir bien porque la incertidumbre del día siguiente lo atormentaba tanto que me imagino pasó la noche en vela tratando de hablar con el Dios de su padre Isaac. Seguram

AJOS Y CEBOLLAS

“Números 11:5 “Nos acordamos de las cebollas y los ajos” Cuando mi esposa y yo salíamos a caminar por las calles por donde vivíamos cerca de las orillas del Volcán de San Salvador, pasábamos frente a unos condominios a eso de las seis de la mañana y de pronto, de alguna casa cercana nos llegaba el aroma de ajos y cebollas que estaban siendo fritas en alguna sartén. En ese instante, le comentaba a mi esposa: “alguien está friendo cebolla” y era porque en el instante en que ese olor impregnaba el ambiente de la calle, en mi cerebro se disparaba una sustancia que identificaba ese olor con mi niñez cuando mi mamá nos preparaba la famosa olla de frijoles y los freía con bastante ajo y cebolla frita.  Ese olor quedó grabado en mi memoria y es imposible olvidarlos.  Eso sucedió con los israelitas en el desierto.  El Señor les regaló el maná para que comieran todos los días. Era algo sobrenatural que les llegaba del cielo. Por un buen tiempo ellos lo cocían de diferentes maneras y forma

AMOR DE MADRE

“ Tú eres la niña de mis Ojos…” La señora Teresa Briones se hizo famosa hace unos cuatro años atrás por haber golpeado a otra mujer en un supermercado de Estados Unidos.  La historia es así: La señora Briones fue al súper acompañada de su hijita de tres años que padecía de progeria, que es una  enfermedad  genética rara que causa el envejecimiento rápido de los niños de entre uno y dos años y conduce a una muerte  prematura .  Eso quiere decir que su niña físicamente tenía la apariencia de una anciana. En el supermercado, unos niños al verla, se empezaron a burlar de su hija y a reírse de ella, la madre trató de explicarles que su hijita padecía de una enfermedad y que por favor no la ridiculizaran.  Hasta allí -según la noticia-, no había pasado nada, pero en algún momento de la burla y la explicación, la madre de uno de los niños burlistas expresó las palabras que hicieron estallar a doña Teresa. La frase que rebalsó el vaso fue cuando la otra madre exclamó: “¿Qué es esta cos

MI AMIGO EL ESCRITOR

Otro de mis amigos predilectos se llama Sergio.  Es un tipo chaparro, algo gordito y de nariz afilada.   Es algo feíto porque desde que lo conozco ha tenido problemas con los ojos.   A mucha gente no le cae bien por que es demasiado sincero. A veces dice cosas que de verdad caen mal pero a él no le tiembla el pulso cuando de decir la verdad se trata. He aprendido mucho de él. Su pluma parece de acero. Les cuento que le gusta escribir y dar discursos. Su léxico es admirable. Bueno, con decirles que con él he aprendido a hablar pero a veces se me va la mano y también caigo mal. Cuando este amigo habla, siempre dice algo, no como yo que muchas veces hablo y no digo nada. Aprendí a quererlo con el paso de los años, porque mi chero es de esas personas que se parecen al vino: toma tiempo apreciar su riqueza, su nobleza y su bondad.  Como con el vino, hay que dejarlo reposar para que vaya añejando y me deje ver su interior y poder saborear su preciosa amistad.  Tiene el valor de hablar an

MI AMIGO EL ATREVIDO

  “¡Jesus, ten compasión de mí…! Desmond Tutu dijo: “Nos sorprenderemos de la clase de personas que encontraremos en el cielo.  Dios tiene un corazón tierno por los pecadores…” El amigo del que les hablaré hoy es uno de los más atrevidos que conozco. Es algo enano y en su mirada se nota una sagacidad para los trucos que me admira. Tiene un valor a toda prueba.  Pero también es un caradura. Es un recolector de impuestos y por lo tanto le cae mal tanto a quienes les cobra, como a sus compañeros del gobierno porque le tienen envidia. Ellos desean tener su empleo pero resulta que él solo le rinde cuentas al Presidente.  Es tan ingrato este mi amigo, que cuando alguien habla mal de él, le sube los impuestos como venganza.  Su nombre significa “puro o recto”. ¿Se imaginan? Este mi amigo que es conocido como Zaqueo, sinceramente, de puro y recto no tenía nada. Es más, era malvado pues le gustaba el dinero y lo obtenía a como diera lugar. Era astuto y resbaladizo como una sanguijuela.  A

DIAMANTE EN BRUTO

Mateo 1:5-6  “Salmón engendró, de Rahab, a Booz, Booz engendró, de Rut, a Obed, y Obed engendró a Isaí; 6 Isaí engendró al rey David…” Despreciada, criticada, utilizada, rebajada al nivel mas bajo de la sociedad. Para los altos jerarcas de la sociedad de aquel entonces, esa “muñeca rota” como la llama Junior Zapata, no era más que una dama de compañía que usaban en sus momentos de vicio y bajezas morales. Tenía una familia que alimentar. Seguramente tenía hermanos que la habían desechado como un papel viejo por el oficio que desarrollaba para enviarles el pan de sus mesas. Seguramente sus padres se habían sentido ofendidos porque su querida hija se había dedicado al oficio menos honroso que ha existido jamás.  Era candidata perfecta para pasar anodinamente por la vida. Una mujer más. Unos dicen que era profetiza pero la mayoría de los cuatro evangelistas dicen que era ramera. Lo repiten una y otra vez quizá para hacer mella en las conciencias puritanas que evitan hablar de ella.

JESUS Y SU CASA

2 Samuel 6:10-12  “Y David no quiso trasladar el arca del SEÑOR con él a la ciudad de David, sino que la hizo llevar a la casa de Obed-edom geteo. 11 Por tres meses permaneció el arca del SEÑOR en la casa de Obed-edom geteo; y bendijo el SEÑOR a Obed-edom y a toda su casa. 12 Y se dio aviso al rey David, diciéndole: El SEÑOR ha bendecido la casa de Obed-edom y todo lo que le pertenece a causa del arca de Dios” Dios ama visitar casas. Cuando Abram estaba sufriendo los peores dolores después de su circuncisión lo fue a visitar a su tienda. A Nicodemo le dijo: “Necesito ir a tu casa”. A Marta y María constantemente les visitaba en su casa. Y Obed edom no fue la excepción. Después del fracaso en el caso de llevar el arca del Señor, David no supo qué hacer. Pero cerca de allí vivía este granjero que no esperaba nunca la visitación de Dios. Y sucedió lo impensable: un edomita fue bendecido por la visita del mismo Dios. Tres meses fueron suficientes para cambiar la vida de esta familia. Tr

MI AMIGO EL BIZCO

  Romanos 12:10  “Sed afectuosos unos con otros con amor fraternal; con honra, daos preferencia unos a otros…” ¿No les he contado la historia del bizco de la cuadra?  Cuando éramos pequeños un grupo de amigos en la cuadra donde vivíamos, en esa cuadra vivía un muchacho de nuestra edad (6-7 años). Era el rico de la cuadra porque su mamá ganaba un buen sueldo. Nosotros éramos de la otra clase. Los pobres que apenas si alcanzaba para cambiarle media suela a nuestros zapatos cuando se rompían. En el tacón mi papá pedía que le pusieran unas planchas de hierro para no gastar mucho los tacones. ¿Alguien se recuerda de esa época?  Bueno, pues al amigo rico, que además era bizco, un día su mamá le regaló una pelota de fut. Estaba feliz pues era el único que tenía un regalo de esa clase. Nos reunió a todos y nos invitó a jugar con su pelota, por supuesto, él era el jugador principal. Claro, era el dueño. El problema era que como era bizco, no sabía donde estaba la pelota y la pateaba para

EL RECHAZO (2)

Gálatas 5:19-20  “Ahora bien, las obras de la carne son evidentes, las cuales son: ….enemistades…” Ayer platicamos sobre el trauma que produce el rechazo. Es algo que nos daña profundamente porque se instala en el interior de nuestro ser. El rechazo es el veneno más mortífero que Satanás puede inocular en la vida de muchos creyentes. Y lo paradójico es que van a la iglesia a ser sanados, pero resulta que la iglesia no sana esos dolores. Es Cristo solamente quién puede hacerlo si confiamos en él y en su Palabra. Es más, sin temor a equivocarme, es en la misma iglesia en donde sufrimos la dosis más grande de rechazo. Primero lo hace la familia cuando no somos bienvenidos al núcleo porque ya no hay camas, ya no hay comida o ropa para vestirnos. Y, lo peor, ya no hay amor para nosotros. Y en la iglesia pasa lo mismo. Si no somos parte de “ellos” o “como ellos” nos rechazan por muchos motivos. Todos, absolutamente todos lo hemos sufrido. Y es precisamente, el antídoto para que nosotros no r

EL RECHAZO (1)

  Mateo 18:12 “¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se ha descarriado, ¿no deja las noventa y nueve en los montes, y va en busca de la descarriada?” Hace años, cuando viajaba por el interior del país allá en Guatemala, tuve el privilegio de platicar con un pastor de ovejas y me contó una interesante anécdota sobre su rebaño: Entre el rebaño hay corderos que desde que nacen, nacen con la cabeza agachada, como si no tuvieran fuerzas en el cuello para poderla levantar. No logran integrarse al resto del rebaño, no pueden comer ni beber agua ni ver lo que pasa a su alrededor porque sus miradas siempre están hacia el suelo. Siempre andan solitarias y a punto de morir de inanición. ¿Cual es el motivo? El rechazo. Su madre la rechaza desde que nace por una única razón: sale negra. Y al ver que no se parece a sus otros hijos, cree que ese ser no es parte de ella y la deja abandonada.  Allí es donde entra en acción el pastor. Lo carga, lo cuida, le hace sentir amor,

RIOS DE BABILONIA

  Salmos 137:1-3  “Junto a los ríos de Babilonia, nos sentábamos y llorábamos, al acordarnos de Sion. 2 Sobre los sauces en medio de ella colgamos nuestras arpas. 3 Pues allí los que nos habían llevado cautivos nos pedían canciones, y los que nos atormentaban nos pedían alegría, diciendo: Cantadnos alguno de los cánticos de Sion” En 1978 estuvo de moda una canción basada en estos versos y fue un éxito a nivel mundial.  Estuvo varias semanas en los primeros lugares del Top 40. ¿Por qué fue tan impactante? En aquellos tiempos la música tenía otros matices. Era más inspiradora y llegaba a un público de la generación Baby Boom que todavía conocía la Biblia. Hoy, cuando escucho a mi esposa que desde que se levanta lo primero que hace es cantar cánticos al Señor y su voz suena cálida y vivificante, no puedo dejar de recordar esos versos de David. El pueblo de Israel es un pueblo musical. Desde que cruzaron el Mar Rojo y María y las mujeres entonaron el cántico de liberación, fueron cono

LA ORDEN DEL GENERAL

  Deuteronomio 28:2  “Y todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán, si obedeces al SEÑOR tu Dios” La historia nos cuenta que el General San Martín, libertador suramericano, en su cuartel había dado una orden: Nadie podía entrar a su oficina con las botas puestas para no dañarle su querida alfombra de pelo de camello. Firmada y sellada de su puño y letra, esa orden debía ser cumplida a costa de un severo castigo a quien no la cumpliera. Una mañana, el General San Martín quiso entrar a su oficina y el cabo que estaba a la puerta haciendo guardia lo detuvo y le dijo: “Lo siento, mi General, usted no puede entrar con las botas puestas”. El General, sorprendido, le responde: “Pero es mi oficina, y además, soy el General del cuartel”  El cabo le responde: Es cierto, pero usted mismo dio la orden que nadie puede entrar con las botas puestas y yo debo cumplir su propia orden. En ese momento, el General llamó a un Capitan y le ordenó: ¡Capitán, cambie de lugar a este Capitán y