AMOR DE MADRE

“Tú eres la niña de mis Ojos…”

La señora Teresa Briones se hizo famosa hace unos cuatro años atrás por haber golpeado a otra mujer en un supermercado de Estados Unidos.  La historia es así:

La señora Briones fue al súper acompañada de su hijita de tres años que padecía de progeria, que es una enfermedad genética rara que causa el envejecimiento rápido de los niños de entre uno y dos años y conduce a una muerte prematura.  Eso quiere decir que su niña físicamente tenía la apariencia de una anciana.

En el supermercado, unos niños al verla, se empezaron a burlar de su hija y a reírse de ella, la madre trató de explicarles que su hijita padecía de una enfermedad y que por favor no la ridiculizaran.  Hasta allí -según la noticia-, no había pasado nada, pero en algún momento de la burla y la explicación, la madre de uno de los niños burlistas expresó las palabras que hicieron estallar a doña Teresa. La frase que rebalsó el vaso fue cuando la otra madre exclamó: “¿Qué es esta cosa…?”

El escuchar que una madre le llamaba “cosa” a su hija, encendió la ira de la señora Briones y le soltó un tortazo en plena cara que le hizo saltar tres dientes.  El relato sigue pero me detendré aquí no sin antes decirles que la víctima levantó cargos contra la madre Briones, quien pagó los gastos del odontólogo, estuvo tres días detenida y luego quedó en libertad. 

Bueno… si esto fue capaz de hacer una madre imperfecta cuando alguien se atrevió a llamarle “cosa” a su querida hija, ¿que creen que hará nuestro Padre Celestial si alguien se atreve a llamarnos a nosotros sus hijos amados con cualquier adjetivo que ofenda su corazón? Cuando alguien nos llama: El divorciado, la fracasada, el bueno para nada, la cualquiera, allí viene “esa”, no sirves para nada, éste ni padre tuvo… y cosas por el estilo, ¿qué hará nuestro Dios por nosotros que somos la Niña de sus Ojos? Porque no importa cómo nos vea el mundo: Lo que importa es cómo nos ve Él. 

¡Cuidado con menospreciar a nuestros hermanos de Padre! No sea que también nos de tal tortazo que nos vuele un par de dientes… Solo que Él no pagará el odontólogo mis amigos.