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Mostrando entradas de noviembre, 2016

PASION

Hay momentos en nuestra vida que hacemos cosas que no nos explicamos... Pablo lo declara cuando escribe: "las cosas que quiero hacer no hago, y las que no quiero hacer, esas hago..." Hay un como torrente de agonía en esas palabras cuando el alma  evade la Voluntad de Dios y empieza a exigir hacer lo que no se debe... Es el hombre interior. Es el pecador que vive dentro de nosotros. Es el que quiere vivir su antigua vida y pretende volver a ser lo que se era antes... El pecado nos inunda y nos lleva a las profundidades del abismo de donde solo la Mano Poderosa de nuestro Dios puede sacarnos como sacó al hijo pródigo de la porqueriza y lo ayudó a volver a la casa del padre... En mi mente tuve un diàlogo imaginario con David. Le pregunté por qué tuvo su desliz tan trágico con Betsabè. Qué lo llevó a cometer semejante falta contra ella y contra Dios. Qué embrujo fatal inundó su corazón para que halla llegado tan bajo y provocar la muerte de su amigo que lo estaba defendiendo en

¿PREGUNTAS...?

Somos adictos a las preguntas... Cuando alguien nos ofende, lo primero que queremos saber es quién es esa persona para ofendernos o para hacernos sentir mal... ¿Nos conocemos, acaso? ¿Sabe ese insolente con quien está hablando? ¿Conoce algo de mí para que me falte el respeto? ¿Hemos comido en el mismo plato para que me trate de "vos"?  Los chapines somos adictos a todo eso cuando alguien nos trata de manera ofensiva... Somos inquisitivos por naturaleza... Como pastor he ministrado muchas veces a las queridas damas cuyo esposo las engaña con otra mujer... ¿Como es? ¿Quien es? ¿Qué te dio que yo no te haya dado? ¿Cómo la conociste? ¿La conozco? ¿Por qué le diste a ella lo que me pertenece...? Y podemos seguir con la lista de preguntas... Solo para quedar en lo mismo: Sin respuestas. Solo con un hondo pesar porque no podemos saber lo que motivó a la otra persona a dejarnos heridos o lastimados en medio del camino... Y no nos queda más remedio que tragarnos el dolor, escond

CURRICULUM

Todos, en algún momento hemos tenido que hacer un currículum Vitae... Creo que aquí en El Salvador le llaman "hoja de vida"... Ahí ponemos todo lo que hemos estudiado. Los diplomas ganados. Los títulos logrados y los triunfos que hemos obtenido... Creo que nadie ha tenido la brillante idea de poner sus fracasos... sus caídas y sus horribles zonas negras... Y es que un currículum habla de la mejor manera de nosotros. Es más, algunos hasta se han inventado virtudes que no tienen con tal de impresionar a sus futuros empleadores. Ponemos los mejores trabajos que hemos tenido, no los malos. Incluso, en la línea de "estado civil" nos atrevemos a poner que hemos sido buenos cónyuges. Buenos padres. Cuando hay que poner la vergonzosa palabra "divorciado" pensamos bien como expresarla sin que nos echen la culpa... Lógico: si no he sido capaz de mantener un matrimonio la empresa dudará que pueda mantener su perfil. Y eso pone en peligro mi futuro empleo... Nos g

GIGANTES

Todos nos hemos encontrado con algún gigante en nuestra vida. Yo tengo uno. Es muy necio. Al pueblo de Israel lo amenazaba por cuarenta días dos veces al día... mi gigante vive conmigo. No me amenaza, a veces me domina él, otras veces lo domino yo... Pero no se va el ingrato... No sé si soy el único pero me atormenta. Bueno, creo que Pablo también tuvo su gigante... Pero para David fue pan comido. Por lo menos el gigante de Ela. Porque no podemos negar que tuvo su propio gigante fuera de Goliat...pero eso es otra historia... David lo encuentra amenazando a su pueblo. Sus hermanos están asustados. Saul, el rey de Israel no sabe que hacer con ese intruso. Y David, el pastorcito... usted ya sabe la historia. Le dispara una pequeña piedra, lo bota al suelo, le corta la cabeza y se la entrega al Sacerdote como trofeo para quien hizo todo: Dios. No fue la piedra. No fue David.  No fue la experiencia. Fue el Invencible en quien confiaba el rubio y guapo pastor... Y Dios lo premia. Le pone

¿POR QUÈ LO HIZO...?

Dar un regalo a quien de verdad se ama es algo muy difícil... No se trata de comprar algo barato y de ultima hora cuando nos recordamos de un cumpleaños. O cuando ya vamos camino a la fiesta y nos detenemos en un almacén "a ver que compramos"... No. No hablo de eso. Hablo de regalos verdaderos. De esos que cuesta tiempo y dinero conseguirlos... Cada vez que salgo de viaje fuera del paìs y llego a mi lugar de destino, lo primero que busco es un centro comercial para buscarle a mi esposa su regalo. Acabo de llegar al paìs que visito y ya estoy haciendo planes para cuando regrese a casa y entregarle su presente. Es lo primero que busco... su regalo. Y no debe ser algo barato. Tampoco algo que se me muestre en el mostrador. Nada de eso. Tiene que ser bien buscado. Almacén tras almacén. Vitrina tras vitrina. Quizá toda una mañana viendo y volviendo a ver hasta estar seguro que he encontrado lo que creo que le va a gustar. Un diamante, un rubí, un aguamarina. Un collar. Un anillo

BELLEZA Y ESPLENDOR

¿Por qué nos emociona la sonrisa de un niño? ¿Por qué nos enternece ver a una madre lactando a su bebe? ¿Por qué nos hace sentir ternura una perra cuando cuida a sus cachorros? ¿Será que en el fondo somos sensibles? ¿Será porque Dios puso su ternura en nuestros corazones? ¿Por qué en las noches de plenilunio nos dejamos absorber por una luna escondida entre las radiantes nubes que apenas reflejan su brillo? ¿Por qué será que nos impulsa a elevar una oración cuando vemos la noche sin estrellas del mes de noviembre? ¿Por qué nos arropamos con cariño cuando salimos en las noches frías del otoño...? ¿Será que nos estamos poniendo seniles o somos demasiado románticos acaso? ¿Por qué contemplamos los atardeceres y escudriñamos el cielo en el verano? ¿Por qué buscamos el arco iris en la llovizna o examinamos el horizonte buscando el rayo de sol que se filtra por las nubes? ¿Por qué nos dejamos fascinar por las imponentes olas del mar o nos dejamos hipnotizar por la vista de un horizonte

RAPSODIA

El otoño es una estación muy bella... Es una estación muy bella en la naturaleza y en la vida. Las hojas empiezan a caer para renovarse una por una... Los árboles se desprenden de ellas y quedan desnudos bajo el escrutinio de los que les rodean... El otoño es una estación opulenta y romántica, de follajes de oro y cielos de púrpura en que se ven morir las últimas rosas y se acarician los últimos sueños... En el otoño de la vida no solo vemos menos, también vemos belleza. Las estrellas refulgen con su más nítida blancura y el resplandor de la luna nos envuelve con su frío manto que nos cobija y nos hace soñar con lo que fue o lo que pudo haber sido... Es la tarde de la vida... Todo el dolor de la juventud, las emociones y los besos que se dieron en esa época están ya lejos, tan lejos que se pierden en la perspectiva de los recuerdos, cercanos a la zona del olvido... El otoño es a la vida lo que los años a los que vivimos en esa estación... El corazón se niega a olvidar el herm

BONDAD

La bondad es algo que se ha perdido actualmente... Todos pelean por sus derechos. Derecho de vía: no le ceden el paso a nadie. Derecho a comer: No comparten lo que dejan abandonado en las bandejas. Derecho a ser felices: No respetan el dolor ajeno. Derecho a vivir su vida: No les importa dejar tirada a la madre con sus hijos con tal de seguir sus impulsos sexuales... La bondad se está perdiendo muy rápidamente. Jesus hizo una pregunta dolorosa. Dolorosa por su contexto actual: "Cuando el Hijo del Hombre vuelva, ¿hallará amor en la tierra?" Todo sabemos que responder. No lo hallará. Porque el amor se ha enfriado. Bueno, hablo del amor al prójimo. Porque el amor al hedonismo cada día se agranda. El amor al dinero se incrementa. El amor a la violencia está al día. El amor al egoísmo ni se diga. El amor a los placeres ni mencionarlo... Los corazones bondadosos actúan de forma tranquila y silenciosa. Ayudan a los necesitados. Recogen la basura de su acera sin importar que sea

SI YO HUBIERA SIDO...

Si yo hubiera sido Jesus, de haber tenido ese privilegio, habría formado mi equipo de apóstoles con querubines y serafines. Habría llamado a las filas apostólicas a Gabriel y Miguel, testigos del rescate en el Mar Rojo y del fuego que descendió sobre el Monte Carmelo.  Yo habría escogido a Elías, el profeta, habría escogido a los ángeles... Pero no Jesus. Èl escogió a los seres humanos. Pedro, Andrés, Juan y Mateo.  Cuando la tormenta les asustó, Èl hizo que se tranquilizara.  Cuando no tenían para pagar los impuestos, Èl proveyò.  Y cuando no tenían vino para la boda o comida para la gente, creó las dos cosas... Porque Jesus vino a servir... Jesus vino a servir.  Prefiriò  la oración antes que el sueño.  El desierto antes que el Jordán. Apóstoles irascibles en vez de ángeles obedientes... Sentarse en un pozo a esperar a una dama que seguir su camino. Desvelarse por atender a Nicodemo. Soportar los clavos antes que la Gloria... ¿Todo por què? Porque Èl sabía algo que nosotros

MANOS

¿Se ha preguntado alguna vez que haría usted sin sus manos? ¿Qué podría hacer si hubiera nacido sin dedos? Solo imagine... No podría doblar un periódico. No podría rascarse. No podría leer cómodamente este blog porque sus dedos son necesarios para buscar la página... Sus dedos son muy importantes... ¿Se imagina a alguien preguntándole donde queda tal o cual dirección? ¿Como le daría las indicaciones si no tiene el dedo índice? ¿Cómo podría decirle a su hijo que lo que hizo estuvo perfecto, si no tiene su dedo pulgar? Los dedos son importantes... Pero aún más importantes son nuestras manos... Si usted hubiera nacido sin manos, solo con dos muñones, ¿Cómo haría para saludar a alguien? Parece una burla, pero la otra persona pensaría que usted le estaría haciendo una broma al presentarle sus muñones como pezuñas de caballo.  Si saludara a alguien de lejos, pensarán que es alguna clase de burla o insulto. Ni pensar en agarrar un lápiz o marcar un número telefónico... Necesitamos nue

ETIQUETADOS

"De manera que nosotros de ahora en adelante ya no conocemos a nadie según la carne;..." 2 Cor. 5:16. Dios nos exhorta a que cambiemos nuestro modo de mirar a la gente... No debemos verlos como evangélicos o incrédulos.  Como dignos de confianza o desconfianza. Como amigos o enemigos. No debemos etiquetar. Etiquetar es calumniar... Miremos a la gente de forma distinta.  Mirémosles tal como nos miramos a nosotros mismos: imperfectos. Inacabados. Pero ciertamente rescatados y restaurados... Podemos emitir luz, al igual que ellos.  Tenemos cosas feas y bonitas como todos. No somos mejores ni peores... Hay momentos en nuestra vida en los que usted y yo nos encontraremos gente que ha sido rechazada. Desechada. A veces por una iglesia. Quizá por un esposo tirano y abusador que prefirió irse con otra a quien subyugar. Otras veces por una familia. Por unos amigos. Por unos hermanos... En varias ocasiones he sido criticado por algunos hermanos que no comprenden mi pasión por

INTOCABLES

No sé si soy soñador, ingenuo, utópico, místico, romántico o sencillamente soy tonto... Quizá porque crecí en la década de los sesenta todavía me cuesta dejarme llevar por la corriente fría y sin sentimientos de la generación actual... Me cuesta ser desconfiado. Me cuesta creer que la gente tenga malos sentimientos. Especialmente los cristianos. Los que se sientan en las sillas de mi congregación o de los que profesan ser hijos de Dios al igual que yo. Me cuesta creer que mis hermanos en Cristo sean fríos, indiferentes y desconfiados de otros... Me duele ver tanta soledad en los rostros de mis hermanas, tanta angustia y lo peor de todo, es que siguen desconfiando de quien les ofrece un abrazo de hermano. Un saludo cariñoso, una palabra de aliento, un piropo santo... No sé por qué todo tiene que llevar una connotación de pecado para muchos de mis hermanos y hermanas... Se están ahogando de soledad pero no se permiten una sonrisa. Un buen apretón de manos. Una flor pues... Parecier

NEGACION

Esto va a doler... Desde pequeños nos han enseñado a negar nuestra realidad. ¡No llore! era la expresión diaria de muchos padres. Claro, ellos trataron de hacernos valientes, de enseñarnos a soportar las contrariedades de la vida. Nos exigieron un esfuerzo que a nuestra edad, no estábamos preparados para discernir... Y así fuimos creciendo: escondiendo nuestras realidades... Empezamos a caminar con miedos. Lo que los sicólogos llaman "nuestros demonios". Nuestros miedos se hicieron cada vez más profundos y aprendimos a esconderlos en el armario de nuestro inconsciente... Empezamos a negar la realidad. Nos quemamos el dedo en la llama de la estufa, pero no dolió. Aunque se nos hizo una ampolla, insistimos: no dolió... Luego nos enamoramos. Nos fue mal. No hay problema. No dolió. Solo fue una pequeña aventura. Nos rechazaron en la escuela primaria. Nos hicieron a un lado y nadie quería juntarse con nosotros. No hay problema. Lo que pasa es que ellos son ignorantes. No me ac

LAMENTOS

Hay dos clases de lamentos: El que nos hace renegar de nuestra situación actual. Y el lamento que rasga el alma... El primer lamento es desagradable al Señor. A nuestro Dios no le gusta que nos lamentemos por las cosas o situaciones que pasan en nuestra vida diariamente, por la sencilla razón que son permitidas por Èl para enseñarnos algo... Cuando renegamos por algo le estamos diciendo al Señor: "Tù no ves que sufro por esto o aquello..." Y, como Adán, le echamos la culpa de las cosas "malas" que nos suceden, sin darnos cuenta que Dios no puede hacer nada malo. Todo lo que Dios hace es bueno. No hay maldad en Èl... Pero el lamento de nuestro corazón, el lamento de dolor que brota de nuestro interior es otra cosa. Lamentar ante el Señor por alguna pérdida. Por un pecado cometido sin que nos diéramos cuenta, o porque la serpiente nos mordió y nos inoculó su veneno mortal, porque caímos víctimas del Goliat que se levantó contra nosotros... Nos lamentamos haber sid