SI YO HUBIERA SIDO...
Si yo hubiera sido Jesus, de haber tenido ese privilegio, habría formado mi equipo de apóstoles con querubines y serafines. Habría llamado a las filas apostólicas a Gabriel y Miguel, testigos del rescate en el Mar Rojo y del fuego que descendió sobre el Monte Carmelo. Yo habría escogido a Elías, el profeta, habría escogido a los ángeles...
Pero no Jesus. Èl escogió a los seres humanos. Pedro, Andrés, Juan y Mateo. Cuando la tormenta les asustó, Èl hizo que se tranquilizara. Cuando no tenían para pagar los impuestos, Èl proveyò. Y cuando no tenían vino para la boda o comida para la gente, creó las dos cosas...
Porque Jesus vino a servir...
Jesus vino a servir. Prefiriò la oración antes que el sueño. El desierto antes que el Jordán. Apóstoles irascibles en vez de ángeles obedientes... Sentarse en un pozo a esperar a una dama que seguir su camino. Desvelarse por atender a Nicodemo. Soportar los clavos antes que la Gloria...
¿Todo por què?
Porque Èl sabía algo que nosotros no sabemos: El mundo necesita siervos. Gente como Jesus que "no vino a ser servido, sino a servir". Mat. 20:28...
Jesus escogitò la ciudad escondida de Nazaret en lugar de la elegante y poderosa Jerusalen. Prefirió estar en el taller de carpintería de su padre, en vez de un palacio de columnas de mármol. Tres décadas de anonimato, antes que una vida de popularidad...
¿Qué hemos escogido nosotros? Antes de escoger una silla en un templo, escogemos un púlpito para que nos vean. Antes de cantar en el baño de la casa, buscamos los escenarios. Antes de pasar desapercibidos ante la gente, buscamos las cámaras y los reflectores. Somos todo lo contrario a Jesus. Me gusta cuando le dice a la gente: "No digan que yo lo hice". "No le cuenten a la gente lo que les he hecho". Siempre trató de pasar en el anonimato. Siempre buscó esconderse de los demás. No le gustaban las primeras sillas en las comidas. Por eso lo vemos en un rincón de la mesa del fariseo a donde llegó la mujer con su perfume de alabastro. Jesus pasaba desapercibido de los demás. Si Juan no lo señala como el Cordero de Dios, bien hubiera seguido su camino sin que nadie lo siguiera. Pero no nosotros. Nos gustan los carros elegantes. ¿Se ha dado cuenta del color de las camionetas en que se conducen los ricos y poderosos? ¿Se ha dado cuenta de la fila de camionetas para cuidar a un solo hombre? ¿Querrán pasar desapercibidos o todo lo contrario? La pregunta que nos hacemos los que les dejamos el paso a sus guardaespaldas es: ¿Quién irá en esa comitiva? El hedonismo, el egocentrismo y la cinèsica abunda por todos lados. No queremos ser como Jesus. Queremos ser como los famosos y ricos de la sociedad. Como el pavo real, queremos que nos vean las plumas aunque nuestras extremidades nos avergüencen...
Por eso creo que si yo hubiera sido Jesus, no hubiera escogido a gente ignorante para ser mis ayudas. Hubiera buscado gente de diplomas. Gente de alta gama. Gente de alto perfil... ¿Y usted...? Espero equivocarme con usted...
Pero no Jesus. Èl escogió a los seres humanos. Pedro, Andrés, Juan y Mateo. Cuando la tormenta les asustó, Èl hizo que se tranquilizara. Cuando no tenían para pagar los impuestos, Èl proveyò. Y cuando no tenían vino para la boda o comida para la gente, creó las dos cosas...
Porque Jesus vino a servir...
Jesus vino a servir. Prefiriò la oración antes que el sueño. El desierto antes que el Jordán. Apóstoles irascibles en vez de ángeles obedientes... Sentarse en un pozo a esperar a una dama que seguir su camino. Desvelarse por atender a Nicodemo. Soportar los clavos antes que la Gloria...
¿Todo por què?
Porque Èl sabía algo que nosotros no sabemos: El mundo necesita siervos. Gente como Jesus que "no vino a ser servido, sino a servir". Mat. 20:28...
Jesus escogitò la ciudad escondida de Nazaret en lugar de la elegante y poderosa Jerusalen. Prefirió estar en el taller de carpintería de su padre, en vez de un palacio de columnas de mármol. Tres décadas de anonimato, antes que una vida de popularidad...
¿Qué hemos escogido nosotros? Antes de escoger una silla en un templo, escogemos un púlpito para que nos vean. Antes de cantar en el baño de la casa, buscamos los escenarios. Antes de pasar desapercibidos ante la gente, buscamos las cámaras y los reflectores. Somos todo lo contrario a Jesus. Me gusta cuando le dice a la gente: "No digan que yo lo hice". "No le cuenten a la gente lo que les he hecho". Siempre trató de pasar en el anonimato. Siempre buscó esconderse de los demás. No le gustaban las primeras sillas en las comidas. Por eso lo vemos en un rincón de la mesa del fariseo a donde llegó la mujer con su perfume de alabastro. Jesus pasaba desapercibido de los demás. Si Juan no lo señala como el Cordero de Dios, bien hubiera seguido su camino sin que nadie lo siguiera. Pero no nosotros. Nos gustan los carros elegantes. ¿Se ha dado cuenta del color de las camionetas en que se conducen los ricos y poderosos? ¿Se ha dado cuenta de la fila de camionetas para cuidar a un solo hombre? ¿Querrán pasar desapercibidos o todo lo contrario? La pregunta que nos hacemos los que les dejamos el paso a sus guardaespaldas es: ¿Quién irá en esa comitiva? El hedonismo, el egocentrismo y la cinèsica abunda por todos lados. No queremos ser como Jesus. Queremos ser como los famosos y ricos de la sociedad. Como el pavo real, queremos que nos vean las plumas aunque nuestras extremidades nos avergüencen...
Por eso creo que si yo hubiera sido Jesus, no hubiera escogido a gente ignorante para ser mis ayudas. Hubiera buscado gente de diplomas. Gente de alta gama. Gente de alto perfil... ¿Y usted...? Espero equivocarme con usted...
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