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Mostrando entradas de febrero, 2018

¡CUIDADO, PASTORES...!

 Exodo 18:6-7 "Y mandó decir a Moisés: Yo, tu suegro Jetro, vengo a ti con tu mujer y sus dos hijos con ella. Salió Moisés a recibir a su suegro, se inclinó y lo besó; y se preguntaron uno a otro cómo estaban, y entraron en la tienda." Moisés nos da lecciones tremendas de lo que no debemos hacer muchos pastores o líderes cristianos. Lamentablemente, aún estamos viendo precisamente eso. Lo que no debemos hacer, eso hacemos, en palabras del Apóstol Pablo. ¿Què podemos aprender de la fiesta que Moisés tiene en estos momentos en que Jetro aparece en el campamento en el desierto para llevarle a Moisés a su esposa Sèfora y sus dos hijos? Podemos aprender mucho. Aprendemos de lo que está escrito como de lo que no aparece. Los silencios de la Biblia son muy interesantes. Dios no esconde la debilidad de sus siervos. Cuando uno de ellos falla, Dios no oculta la realidad precisamente para que los que seguimos sus vidas aprendamos y veamos lo que hicieron y no fue nada agradable. E

BUEYES Y ASNOS

Exodo 23:4 “Si encuentras extraviado el buey de tu enemigo o su asno, ciertamente se lo devolverás” Hay porciones de la Palabra que nos parecen oscuros o que no se adecuan a nuestro tiempo.  Creo que es por eso que muchos pastores dicen que el Antiguo Testamento ya está obsoleto y que solo hay que predicar o creer en el Nuevo Testamento. Por supuesto que eso es un error. La misma Biblia dice que toda la Escritura es inspirada por Dios y útil. ¿Util para què y para quienes? Pues se supone que para nosotros los creyentes en ella. No podemos segmentar la Escritura. O la creemos toda o no.  También es cierto que hay pasajes que nos parecen oscuros. Pero todo tiene su explicación. No es un secreto que todos los teólogos coinciden en que la Biblia se explica por sí sola. Así que en el pasaje que me ocupa en este escrito tiene que haber una explicación para nuestro tiempo y admonición. Es asunto de oración e investigación. En nuestro tiempo es claro que no encontramos b

PROMESAS

Gèn. 50:24 “Y José dijo a sus hermanos: Yo voy a morir, pero Dios ciertamente os cuidará y os hará subir de esta tierra a la tierra que El prometió en juramento a Abraham, a Isaac y a Jacob. Luego José hizo jurar a los hijos de Israel, diciendo: Dios ciertamente os cuidará, y llevaréis mis huesos de aquí. Y murió José a la edad de ciento diez años; y lo embalsamaron y lo pusieron en un ataúd en Egipto.” Hacer promesas es muy delicado. Hacer votos compromete muchas cosas, especialmente la fe y la confianza de otros que dependen de esas promesas u ofrecimientos que muchas veces les hacemos. José, el que salvó a su familia y a Egipto de la hambruna relatada en el libro de Gènesis, cerca ya de su final, hace que sus hermanos le juren que cuando Dios los liberte llegado el momento, que lleven sus huesos con ellos a la Tierra que les ha prometido a sus padres. Lógicamente sus hermanos por la emoción del momento o porque estaban en deuda con èl hicieron la promesa que cumplirían

¿DONDE VIVES…?

La Biblia tiene cosas importantes por lo que dice, pero también por lo que no dice.   Hay preguntas que parecen impertinentes. Hay personas que las hacen. Y parecen preguntas molestas. Y aparte de todo, es una pregunta un poco difícil de responder. Una, porque si usted vive en un barrio elegante de la ciudad puede parecer presumido. Otra, por lo contrario. Si vive en un barrio pobre le dará vergüenza que sepan donde vive. Así es el mundo. Vivimos en un mundo de contrastes. (De esto quiero hablarles en otra ocasión si el editor me lo permite).  Pues bien, volviendo al titulo de este artículo, quiero contarles lo que hay escondido en este pasaje de Juan 1:38: Juan el Bautista va caminando por una calle de Jerusalén en un dìa cualquiera. Tiene a su lado a varios discípulos que lo han seguido en su ministerio de anunciar al Cordero de Dios cuando este aparezca. Estos discípulos conocen bien a su maestro. Lo han visto vivir en su cueva allá en el desierto. Han compartido

¿SABES QUE, GADARENO…?

   Siempre que estudiamos los actos de Jesus nos llevamos sorpresas que nos mueven nuestra alfombra de conocimiento, creencias y confort. El hombre se ha inventado una serie de reglas para restaurar al hombre que la mayoría de las veces no tiene nada de lógica. Bueno, de lógica cristiana, por supuesto. Hay organizaciones que para que un hombre sea restaurado de algún vicio o dependencia lo  envían a una clínica de restauraciòn por unos días, paga una buena cantidad de dinero para ser atendido por profesionales que le ayudan a superar sus crisis y cuando creen que ya está listo lo envían a continuar con su agenda de trabajo o a su casa para que siga haciendo lo mismo solo que ahora “controlado” para no hacerse daño ni dañar a los demás. Hay empresas tan ricas y poderosas que a sus ejecutivos que tienen problemas de adicciones les pagan encierros en hoteles de lujo con todo incluido para que cuando salgan sigan generando ingresos que hacen crecer su economía.  La Igl

VÌCTIMAS

Siempre que vemos a un pastor que se esmera en presentar un buen mensaje de la Palabra de Dios nos admiramos y hay quienes tratan de imitarlo. Claro, eso no es pecado. De alguna manera los pastores nos convertimos en paradigmas para otros hombres o mujeres que anhelan servir al Señor predicando o llevando el Mensaje de Salvación a otras personas. Yo mismo soy fruto de un mentor que me enseño lo que es la Palabra de Dios. Llevo más de cuarenta años en el servicio al Dios que me salvó y gracias a las enseñanzas de mi maestro que desde su púlpito hizo lo que debía hacer: discípulos. Yo soy un testimonio de su labor. Pero ahora que estoy en la trinchera las cosas ya no las veo como al principio.  Toda la parafernalia pastoral que yo tenía en mente se ha venido a pique cuando veo la realidad del llamado a pastorear ovejas. Para empezar, estoy hablando con personas sinceras. Con pastores que anhelan ser francos y genuinos ante la responsabilidad que significa guiar a un pueblo a

1,000- ¿QUE HAREMOS...?

   Hechos 2:37 “Al oír esto, compungidos de corazón, dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: Hermanos, ¿qué haremos?” No hay un consenso entre nosotros los pastores sobre lo que debe hacer la gente que llega a nuestras congregaciones y escucha el mensaje de la Palabra y luego son compungidos por el Señor para que abran su corazón y Èl haga su Labor salvadora y restauradora. No hay consenso digo, porque cada uno tiene su paradigma que ha copiado o aprendido en su lugar de enseñanza teológica. Nos hemos alejado de lo que dijeron los apóstoles del principio. O es que no hemos leído el libro de los Hechos o nos hemos desviado de la enseñanza que la Palabra nos da. Y es que lamentablemente, cuando se trata de llevar agua a nuestro molino no escatimamos nada con tal de agregar un número a nuestra membresía.  No importa tanto quien se salve sino quien forme parte de nuestras listas. No importa què suceda más adelante. Lo importante es ganar personas para dos fines: que

999 -¿POR QUÈ TANTO NO?

Exodo 20:13  “No matarás. No cometerás adulterio. No hurtarás. No darás falso testimonio contra tu prójimo. No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo…” Estos pasajes son de los mas incomprendidos por la escuela de Sigmund Freud y sus seguidores. Para los sicólogos estas frases son incomprensibles. Muchos de ellos dicen que nuestros niños están siendo criados bajo restricciones muy peligrosas que ponen en riesgo su desarrollo personal e individual. Que eso de tanto “no” en su crianza a edad temprana les está provocando traumas que después no sabrán como solucionar y que se les está castrando para que no tengan vidas plenas, satisfechas y felices. Todos sabemos que en la década de los 60`s Estados Unidos obedeció a los estudiosos de la escuela freudiana y prohibió que en las escuelas públicas se mencionaran los Diez Mandamientos agregando a eso  que ya no se orara en el Nombre de Dios ni siquiera se mencionara su Nombre porque era alie