Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2021

OBSERVANDO

1 Reyes, 10:5  “…asimismo la comida de su mesa, las habitaciones de sus oficiales, el estado y los vestidos de los que le servían…” ¿Que vio la reina de Saba cuando fue a visitar a Salomón?   Bueno, vio muchas cosas. Dice la Biblia que se maravilló de su sabiduría, de su casa, de todo el oropel que abundaba en esos ambientes.   Quedó deslumbrada ante aquella majestuosidad que se le presentaba ante sus ojos.   Y estamos hablando de una reina, no de una plebeya.  Era una mujer acostumbrada al lujo, a las cosas buenas de la vida.  Una monarca que no era fácil de impresionar ante las riquezas que los demás pudieran mostrar.  Ella era abundantemente rica como para dejarla con la boca abierta frente a otras personas. Pero sucedió.  Lo que vio esta señora dueña de un imperio, fue algo que sí la dejó con la boca abierta. Y, como buena mujer que era, puso sus ojos y su atención en algo que para cualquier otra persona no hubiera sido importante. Un hombre hubiera puesto sus ojos en las ar

FRÍO DEL ALMA

1 Reyes 1:1 “Cuando el rey David era viejo y avanzado en días, le cubrían de ropas, pero no se calentaba.   Le dijeron, por tanto, sus siervos: Busquen para mi señor el rey una joven virgen, para que esté delante del rey y lo abrigue, y duerma a su lado, y entrará en calor mi señor el rey” Era rey de Israel. Hombre poderoso. Vencedor de gigantes. Sumamente rico. Dueño de la vida de sus súbditos. Dios lo había favorecido con hijos hermosos y bellos. Tenía todo lo que cualquier ser humano podría desear. Aparte de todo, tenía la fidelidad de sus soldados. Entre sus guardias personales hubo tres que nadie igualó en valor, arrojo y temeridad. Sus generales eran hombres curtidos en batallas y lo honraban con buenos consejos. ¿Que más podía desear David si no le faltaba nada? ¿Mujeres? Le sobraban. ¿Respeto? Le abundaba. ¿Lujos? Su casa era de cedro puro. Pero llegó a viejo. Y todo aquel oropel del pasado ahora ya no le servía de nada. Empezó a languidecer quizás sin darse cuenta. Porque

TODO TIENE SU TIEMPO

  2 Sam. 11:1 “pero David se quedó en Jerusalén” En la década de los sesenta, cuando yo era un adolescente, me gustaba escuchar la música de aquellos tiempos. Siempre me había gustado aprender el ingles. No como lengua comercial sino para saber qué decían las letras de aquellas agradables canciones que hablaban del amor, de la amistad y las cosas buenas de la vida.   Eran tiempos de música sana, limpia y no violenta ni sexual. Incluso, los grupos que tenían mayor ranking musical eran los que entonaban canciones con principios morales bíblicos. A esos grupos no les daba vergüenza ni pena entonar sus canciones que hablaban del Dios de su nación y de sus padres. Entre ellos estaban los Birds. Cuando escuché su éxito “Turn, Turn, Turn”, inmediatamente busqué su significado y fue cuando supe que existía un libro en la Biblia llamado Eclesiastés. Por supuesto que me lo devoré completo en una leída. Allí aprendí que hay un tiempo para todo. Dios tiene sus métodos para hacernos conocer su P

HE AQUI EL REY LLORA

Y…¿lloran los reyes pues? ¿Acaso no son hombres poderosos, dueños de sí mismos, valientes y aguerridos? ¿Acaso no son hombres de valor, varones de pelea, invictos en toda prueba y que saben gobernar sus instintos y debilidades? Quizá ese es el paradigma de muchas mujeres con respecto a los hombres. Que no lloran. Que no se sienten débiles ante nada ni ante nadie. Que el acero del que están hechos no es maleable ni débil. Las mujeres han aprendido desde pequeñas que su hermanito es más fuerte que ella, por eso a él se le dan vitaminas para que desarrolle músculos y a ella para que desarrolle maternidad y feminidad. Y todo porque a los hombres se les ha enseñado a no mostrarse débiles. Se les ha dicho que no sean “mariquita” cuando era niño, que no llore como su hermana, que se aguante hasta el final, que saque el pecho y que muestre valor ante todo y ante todos, que un hombre no tiene derecho a mostrar su angustia ni su necesidad ante nada ni ante nadie. Desde niños se les

POCO A POCO

Génesis 13:12 “… y fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma” Nadie cae de la noche a la mañana. Nadie se levanta por la mañana pensando: hoy voy a pecar insolentemente. No. Las caídas suceden paulatinamente. Suceden de paso en paso. Primero una mirada, luego un pensamiento, después un deseo y por último la zancadilla que nos lanza al piso de la vergüenza y la humillación. Así mismo nadie se vuelve pobre de la noche a la mañana. Primero deja de ofrendar, luego de diezmar, deja de sembrar y por último ya no tiene cosecha que recoger. Son los axiomas de la vida. Todo es paulatino. Como el amanecer que se ve desde la ventana de nuestro lugar de vivienda. El sol se va abriendo paso poquito a poquito, sin que las nubes puedan evitarlo hasta que llega el disco rojo en todo su esplendor y nos ofrece ese espectáculo de luz y color que Dios nos envía desde su Trono de Gracia cada mañana. Hay quienes lo disfrutan y lo plasman en sus fotos como mi esposa, pero hay otros que ni cuenta se dan s

MURMURACIÓN

Números 12:8-10 “¿Por qué, pues, no temisteis hablar contra mi siervo, contra Moisés? Y se encendió la ira del SEÑOR contra ellos, y El se fue. Pero cuando la nube se retiró de sobre la tienda, he aquí que Miriam estaba leprosa, blanca como la nieve. Conozco a una hermana que fue directora de Alabanza en una congregación muy grande. Fue una mujer muy usada por el Señor para entonar cánticos de Gloria a su Nombre. Era experta en el uso del pandero, tenía un liderazgo de mucho poder. Cuando cantaba, todo el pueblo la seguía en su ministerio. Era una mujer de alto perfil ministerial. Liderazgo indiscutible. Aparte que tenía el privilegio de ser hermana mayor del pastor general y del copastor. Así que era parte de una élite de la iglesia. Algo que muy pocas veces se ha visto en alguna congregación. Pero un día se le ocurrió la brillante idea de llamar por teléfono a su hermano el copastor y juntos se dieron a la tarea de criticar a la esposa del pastor. Indudablemente la hermana,

HERMANDAD

“Si los sirios pudieren más que yo, tú me ayudarás; y si los hijos de Amón pudieren más que tú, yo te daré ayuda” 2 Sam. 10:11 Vamos a ponerlo de esta manera: Nos falta mucho a nosotros los cristianos ser como estos oficiales de David. Indudablemente ellos habían visto un buen ejemplo en su líder David: Corazón noble. Perdonador. Acaban de escuchar que levantó al hijo de Jonatan, Mefi Boset y lo hizo comer en su mesa, aunque era lisiado. Han visto actuar a su jefe con una actitud de tender la mano a quien la necesitara. Vieron en su rey a un hombre tan sencillo y humilde de corazón que no dudaba en darle su amistad aún a algunos de sus enemigos. Compartía su pan con sus oficiales sin distingo de rango ni apellidos. Vieron en él a un hombre magnánimo y generoso. ¿Como, entonces, no imitarlo? Joab y Abisai van a la batalla. Los ejércitos están desiguales pero los oficiales de David aunque no tienen suficientes soldados, sí tienen suficiente valor y temperamento para guerrear. Pero

ADULAM

Entraron desharrapados, endeudados, enfermos y mamarrachos. No tenían un lugar fijo donde vivir, por lo tanto, cuando se enteraron que un prófugo valiente andaba por las cuevas del desierto escondiéndose de su perseguidor, se unieron a él. La Cueva de Adulam fue su hogar por mucho tiempo. Era el campamento de David con este grupo heterogéneo de fracasados. Ellos pensaban que él era uno de ellos, por lo tanto, se le unieron en su precario refugio. ¿Qué hacer todo el día metidos en esas cuevas? ¿Cómo pasar el tiempo? David no era ni un fracasado, ni un endeudado ni mucho menos un mamarracho. Era el futuro rey de Israel y por circunstancias ajenas a su voluntad se vio obligado a huir de un rey loco que lo perseguía por celos. El muy ignorante. David era diestro con la honda y aprendió a usar la espada, así que mientras el Señor hace algo para librarlo de su enemigo, hay que ocuparse en algo productivo. ¿Que hace? Empieza a entrenar a los hombres que se le unieron en Adulam y l

DESAGRADECIDOS

1 Sam. 23:5”… y libró David a los de Keila” 1 Sam. 23:12 “Dijo luego David: ¿Me entregarán los vecinos de Keila a mí y a mis hombres en manos de Saúl? Y Jehová respondió: Os entregarán” No, no esperemos que todos sean agradecidos. Para empezar les diré que la pobreza es un estado mental que subyuga al ser humano cuando éste permite que sus pensamientos sean permeados por las circunstancias que la vida nos presenta.  Hay pobres tan pobres que no tienen nada que dar, ni siquiera las gracias.  ¿Se ha dado cuenta que a su alrededor hay personas a quienes usted les hace un favor o les comparte una bendición y no dan gracias? Ellos son los pobres pobres. Y esa clase de vida es peor que la de los pobres. Porque hay pobres tan ricos que saben devolver el favor recibido.  Son los que han entendido que ser pobre no significa ser mal agradecido. Para esa clase de personas la pobreza es algo pasajero, algo que es circunstancial en sus vidas pero que llegará el momento en que tendrán suficie

TERMINANDO DE SER FORMADO

Jonás 1:17 “…y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches” Bueno, todos sabemos que nuestra formación biológica se dio en el vientre de nuestra madre. Todos, sin excepción, pasamos nueve meses siendo formados, madurados y hechos completos en ese tiempo.  Llegado el momento en que nuestros huesos, músculos y toda nuestra estructura cerebral estaba terminada fuimos expulsados del vientre y empezamos a vivir como quien dice. Eso quiere decir que el Señor es tan sabio que nos tuvo en ese vientre el tiempo necesario para madurar. Sabemos también que los bebés que no terminan su ciclo de maduración los ponen en una incubadora que es un vientre artificial para que terminen su madurez en todos los sentidos.  Sin embargo, hay personas que espiritualmente hablando, aún no terminan de madurar. Mantienen un sistema de valores muy por debajo del estándar que Dios quiere que tengamos. Personas de cristal que se enojan a la menor provocación, personas que reaccionan hepáticame

JUAN BAUTISTA

                                        Isaías 40:3 “Una voz clama: Preparad en el desierto camino al SEÑOR; allanad en la soledad calzada para nuestro Dios” A veces nosotros los pastores cometemos el error de querer ocupar un lugar al que no hemos sido llamados por el Señor.  Pablo dice que cada uno ha recibido un llamado específico. Claro que se pueden entrecruzar los caminos en los ministerios que él menciona pero por lo general se espera de nosotros, los “ministros del Señor” que no nos metamos en lugares a donde no hemos sido llamados. El problema es que muchas veces el orgullo nos gana. De pronto una persona, especialmente una hermana, viene al pastor para pedirle un consejo y si éste no tiene la experiencia o la respuesta adecuada, se inventa algo para no quedar mal.  Una buena dosis de orgullo por supuesto. Y otras veces incluso, se autonombra Profeta, como para dar a entender que tiene más de uno o dos regalos del Señor. No estoy tratando de polemizar sobre esto, prim

LOS AMIGOS

  Marcos 2:3 “Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro” Seamos sinceros mis amigos: Encontrar verdaderos amigos es difícil. Hay en el mundo incluyendo el mundo cristiano un síndrome de egocentrismo, egotismo y todos esos “ismos” que dañan al ser humano. Todos buscan como solventar sus propias necesidades sin preocuparse por las necesidades de otros.  He sabido de casos en algunas congregaciones que se pelean entre los mismos líderes para lograr los primeros lugares como en los tiempos farisaicos de Jesus. Parece que el corazón del hombre todavía sigue en su estado primitivo porque no se ven cambios a causa del Evangelio de Cristo. Claro, hay honrosas excepciones, pero encontrar un verdadero amigo es como buscar la aguja en el pajar.  Gloria a Dios que aún se encuentran algunos. La amistad es cuestión de fe.  Hay que tener fe en que el amigo que dice que es mi amigo es realmente mi amigo.  Y eso se prueba solamente en las pruebas. Cuando p

EL CENTURIÓN ROMANO

       Mateo 8:5-7  “Y cuando entró Jesús en Capernaúm se le acercó un centurión suplicándole, y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, sufriendo mucho. Y Jesús le dijo*: Yo iré y lo sanaré” Crecí y me desarrollé en una familia de militares.  En mis primeros años tuve el privilegio de vivir en una base militar allá en Poptún, Petén a donde mi padre y mi abuelo habían sido destacados.  Mi área de juegos era dentro de la base, y, como hijo y nieto de oficiales, se me permitía entrar a las cuadras donde dormían los soldados que cuidaban la base.  El único lugar que me era prohibido era el Casino, lugar en donde después de la jornada de trabajo, los oficiales se reunían a platicar o tomarse unos tragos antes de pasar lista a las ocho de la noche de cada día y luego retirarse a sus respectivas casas.  A cada oficial se le asignaba un soldado de la más baja condición cultural que se llama el “asistente”. Era el encargado de hacer la limpieza de la casa, los mand

EL COJO DEL TEMPLO

      Hechos 3:2   “Y había un hombre, cojo desde su nacimiento, al que llevaban y ponían diariamente a la puerta del templo llamada la Hermosa, para que pidiera limosna a los que entraban al templo” Hay dentro de nosotros una especie de chip que se incrustó en nuestro interior y que aunque pasen los años no podemos dejar de recordar.  Quizá le asuste pensar que la mayoría de pastores tenemos recuerdos de nuestra niñez que están indeleblemente escritos en nuestra mente y, no importa cuan espirituales podamos ser, siempre vuelven de una u otra manera.  Porque los recuerdos de nuestra primera niñez forman parte de nosotros. Quizá podamos olvidar ciertos episodios dolorosos o vergonzosos, pero casi siempre nos quedan aquellos que fueron agradables o que formaron hábitos de nuestra conducta.   Sabemos que nosotros, desde niños, aprendimos de nuestros padres o tutores. Ellos fueron los modelos que -valga la redundancia-, modelaron nuestro ser.  No importa si usted nació en cuna evan

EL PARALÍTICO

  J uan 5:7  “El enfermo le respondió: Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando el agua es agitada; y mientras yo llego, otro baja antes que yo” Siempre había sido así: depender de otros para poder vivir la vida como se le presentó. Paralítico de por vida. Siempre siendo ayudado por otros. Crecer en ese ambiente le dañó la perspectiva que aunque creyera en un Dios que hacía milagros estos no eran para él. Sí, había escuchado historias de sanidades divinas pero siempre tuvo en su corazón el sentimiento que no había nada guardado en los almacenes celestiales algo que le perteneciera.  Por lo tanto, sus ojos, sus esperanzas y sus anhelos siempre dependían de la ayuda de otros. Desde niño le habían enseñado a pedirle a los angelitos que lo guardaban que lo cuidaran. Su ángel de la compañía siempre había estado a su lado. No lo veía pero su pequeña fe le decía que ahí estaba junto a él. Ahora, ya adulto y tullido, condenado a vivir postrado en ese catre que apestaba a s

FE EN ACCION

    LA FE EN ACCIÓN Josué 2:21 “…y ella ató el cordón de grana a la ventana…” Pablo dijo algo muy cierto: No es de todos la fe.  Esta palabrita de apenas dos letras es tan difícil de discernir que muchos se confunden.  Practicarla es una cosa y saberla es otra. Necesitamos fe para todo.  Por supuesto, estoy hablando de cristianos practicantes, cristianos de verdad, no nominales sino de los que viven por fe y de fe. Abraham es un ejemplo de ello. Le creyó a Dios al dejar su parentela y su familia para ir en busca de una tierra que le habían prometido. Puso su hijo sobre la parrilla del altar porque le creyó al Señor.  Cosas que muchos de nosotros no estamos dispuestos a hacer.  Porque la obediencia es un acto de fe. Cuando diezmo, ofrendo o doy a otros, es un acto de fe, porque pongo en el asador toda la carne de mi fe para creer que lo que entregue me será devuelto con creces. Por una razón muy sencilla: Lo dice la Palabra de Dios.  Muchos piensan que tienen fe pero a la hora