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Mostrando entradas de junio, 2020

¿EN QUE QUIERE CONVERTIRSE?

Hay personas que nace, crecen y mueren si haber vivido la vida. La vieron pasar pero no la disfrutaron en su plenitud porque no se atrevieron a soñar. Ser soñador es algo inherente en el hombre, pero siempre habrá circunstancias que traten de abortar esos sueños. Quizá es por eso que son pocos los que alcanzan sus sueños. Mis padres siempre me impulsaron a soñar. Yo soñaba con que un dìa iba a volar sobre las nubes, me creía Superman y me gustaba tirarme boca arriba en la grama del parque para ver las figuras que las nubes hacían allà arriba.  Un dìa se me ocurrió empezar a coleccionar postales de todo el mundo. Allí, en mi imaginación, tuve la osadía de subir a la Estatua de la Liberad hasta la misma antorcha. Otra vez subí hasta el último piso del edificio Empire State y soñaba con estar en la cima. Conocí el Parque Central de Nueva York y desde lejos, pude visualizar la prisiòn de Alcatraz tan de moda en aquellos tiempos por la película que estaban presentando entonces.  En mi

DOLOR COMPARTIDO

Una mujer perdió a su hijito después de una larga enfermedad.  El niño murió y con èl, la mujer creyó que había muerto también su propia vida. Perdió el gozo y la esperanza de volver a sonreír y sentirse viva.  Fue a visitar a un hombre sabio de su aldea y le pidió un consejo: ¿Cómo puedo volver a ser feliz y satisfecha con mi vida, después de haber perdido a mi único hijo?  El sabio le dijo: Ve a cada casa de la aldea, toca la puerta y pide un grano de arroz a cada familia pero que nunca haya conocido el dolor de alguna manera. Que nunca hayan sido lastimados por algún suceso que les haya hecho llorar. Toma los granos de arroz y cuando hayas recorrido toda la aldea vuelve a mi. La mujer fue y empezó a tocar puertas y a preguntar si en esa casa nunca habían sufrido algo que les hiciera sentir solos y abandonados por algo o alguien, que le dieran un grano de arroz. La gente, cuando escuchaba su petición, le negaban el grano y le empezaron a contar sus propias historias de pena y lamen

LAS VACUNAS

2 Cor. 6:4 “en mucha perseverancia, en aflicciones, en privaciones, en angustias, en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos…” En la iglesia tenemos gente que aunque asiste a los cultos y reuniones, incluso que sirven en algún ministerio guardan todavía resentimientos de un pasado que les lastimó y les castrò sus sueños e ideales.  Conozco pastores que viven amargados por algún suceso que pasò en su vida ministerial, un diácono que le dividió sus ovejas, su mujer que se fue con otro hombre dejándolo con dos o màs hijos, un oficial de su congregación que lo difamó. Nunca màs volvió a confiar en nadie.  Ya les conté que a mi me echaron de una congregación por mi origen chapìn. Alguien anterior a mi llegada le hizo una mala jugada y yo pagué los platos rotos. Me pidió con malas maneras que me fuera de su iglesia por lo que le había sucedido. Pasaron años para que yo pudiera entender su actitud. Ese pastor no supo asimilar lo que había pasado con el p

¿EN DONDE SE ESCONDE?

Genesis 3:10 “Y él respondió: Te oí en el huerto, y tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí” Mucha gente no sabe reaccionar a sus pecados. Hay matrimonios que cuando tienen sus momentos de disgusto no saben como reaccionar a esos momentos tan difíciles que pasamos todos los que transitamos por ese estado que se llama matrimonio. Convivir con la persona que hemos decidido amar para siempre, con quien hemos deseado compartir nuestra vida y nuestros sueños y proyectos no es nada fácil. No porque sean pecadores o personas intratables sino porque siempre habrán roces entre los dos, que para eso precisamente nos hemos unido: para ayudarnos mutuamente a limar nuestras asperezas y momentos difíciles en nuestro trato. Pero si no sabemos manejar esas situaciones que son normales en toda pareja, cometeremos el mismo error que cometieron nuestros primeros padres Adan y Eva. El enemigo de Dios los indujo a pecar desobedeciendo su Palabra. Comieron del árbol que se les dijo que no lo hicieran

SEPARACIÒN

Gènesis 1:4 “…y separó Dios la luz de las tinieblas” Si algo no le gusta a los jóvenes de nuestra generación es que se les enseñe este principio elemental de la Creación: La separaciòn del mundo en todas sus dimensiones. Sencillamente no aceptan esta enseñanza. Y cuando se les da para cumplir con las ordenanzas del Señor a los pastores y lìderes, hay dos opciones: O se enseña a pesar de que no les agrade, o sencillamente no se enseña y se deja a las personas a su libre albedrío. El problema, pastores, es que hemos sido puestos por Dios para apacentar a sus rebaños. Al aceptar que no son nuestros, nuestro deber es darles todas las enseñanzas del Señor. Bueno, eso dijo Jesus antes de ir al Cielo: “…y enseñándoles todas las cosas que yo les he enseñado”.  Y todos sabemos que Jesus empezó a hablar en Gènesis, no en Mateo. Bueno, la separación es tan importante que el mismo Dios hizo esta acciòn en varias ocasiones. Por ejemplo: Separó la luz de las tinieblas. No tenemos nada que

ATADOS AL POSTE

Marcos 11:2 “encontraréis un pollino atado en el cual nadie se ha montado todavía desatadlo y traedlo.Y si alguien os dice: "¿Por qué hacéis eso?" decid: "El Señor lo necesita” El orgullo humano no tiene límites. Es un producto del pecado dentro del hombre. Es la herencia que nos ha quedado de aquel que tuvo la osadía de ser orgulloso en el Reino que èl deseaba fuera suyo. Pero no le salió bien y por eso fue expulsado y enviado junto con sus seguidores a un lugar hecho para èl y sus acompañantes. Los pastores y lìderes evangélicos tenemos la tendencia a creernos la última gota de agua en el desierto para nuestros hermanos que nos hacen el favor de reconocer nuestro ministerio y llamado del Señor.  Hemos llegado a creer que somos nosotros los que tenemos el talento y las virtudes de llenar los templos de personas que quieren escuchar lo que decimos o aconsejamos.  Es el colmo del orgullo.  Hemos tomado una Gloria que no nos pertenece.  Y de allí viene el fracaso mini

EL COLESTEROL MALO

Efesios 4:26 “AIRAOS, PERO NO PEQUEIS; no se ponga el sol sobre vuestro enojo…” Después de toda una vida de ociosidad, sedentarismo y mala alimentación, lo lógico es que el cuerpo empiece a acusar ciertos problemas. Uno de ellos es el acumulamiento del colesterol malo que obstruye las arterias que alimentan el corazón. El colesterol malo son partículas de grasa que a causa de una mala alimentación por años, falta de ejercicio y otros factores, se van acumulando en las arterias que van y vienen del corazón, afectando la libre circulación de la sangre y eso, con el tiempo, forma los famosos coágulos provocando serios problemas de salud y al final, si no se ataca el problema, la muerte. Es lo que llaman la muerte silenciosa. El colesterol,  no es fácil de eliminar. El médico tiene que controlar constantemente la sangre, hacer análisis de todo el sistema circulatorio incluyendo riñones y otras partes del cuerpo. Lo primero que ordena son medicamentos que vayan eliminando paulatinamente e

EN LA NECESIDAD

Mateo 4:2 “Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, entonces tuvo hambre” Vamos a ver uno de los trucos màs finos que usa Satanàs para arruinarnos la vida. O para tratar de hacerlo. Porque este ángel caído no descansará hasta hacer que tomemos decisiones que después lamentamos, lloramos de vergüenza o humillación ante nuestros actos impulsados por la necesidad misma. Me gusta ver un programa sobre las acciones que hacen en los aeropuertos para detener el flujo de drogas en otros países. Lo que me impresiona es ver a los que detienen con cargamentos que los narcos les impulsan a arriesgarse a llevar en sus maletas. Hasta que ya son arrestados y descubiertos, lloran, gimen, se lamentan y se confiesan unos ignorantes al haber aceptado llevar esos encargos. ¿El motivo de todos en común? La pobreza. La necesidad. La enfermedad de una madre. La necesidad de unos hijos por tener pan en su mesa. La mayoría confiesa que lo hacen para ganar un dinero que de otro

LA SERPIENTE DE BRONCE

Números 21:7 “Entonces el pueblo vino a Moisés y dijo: Hemos pecado, porque hemos hablado contra el SEÑOR y contra ti; intercede con el SEÑOR para que quite las serpientes de entre nosotros. Y Moisés intercedió por el pueblo” Bueno, vamos a ser francos. Vamos a sincerarnos dentro de nosotros mismos. La mayoría de las veces queremos que Dios haga las cosas como a nosotros nos gustaría. No nos agrada su forma de tratar con nuestras zonas oscuras. Queremos seguir viviendo la vida como a nosotros se nos antoja y queremos dejar de lado Su perfecta Voluntad. Dios, mis queridos lectores, no pone curitas en las llagas de nuestra alma. No pone pomadas para sanarnos. Eso agravaría el mal que hay dentro de nosotros y nos causaría la muerte.  ¿Se imaginan un doctor que en vez de poner un tratamiento de radio a un canceroso le pusiera  un ungüento? ¿O que un cardiólogo recomiende un Tylenol a su paciente para que le baje la presión arterial alta que lo está matando? Mucho menos nuestro