LAS VACUNAS




2 Cor. 6:4 “en mucha perseverancia, en aflicciones, en privaciones, en angustias,

en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos…”



En la iglesia tenemos gente que aunque asiste a los cultos y reuniones, incluso que sirven en algún ministerio guardan todavía resentimientos de un pasado que les lastimó y les castrò sus sueños e ideales.  Conozco pastores que viven amargados por algún suceso que pasò en su vida ministerial, un diácono que le dividió sus ovejas, su mujer que se fue con otro hombre dejándolo con dos o màs hijos, un oficial de su congregación que lo difamó. Nunca màs volvió a confiar en nadie. 


Ya les conté que a mi me echaron de una congregación por mi origen chapìn. Alguien anterior a mi llegada le hizo una mala jugada y yo pagué los platos rotos. Me pidió con malas maneras que me fuera de su iglesia por lo que le había sucedido. Pasaron años para que yo pudiera entender su actitud. Ese pastor no supo asimilar lo que había pasado con el paisano anterior. Quedó dañado en su fuero interno. 


¿Que son las vacunas? Son pequeñas dosis del virus del que lo quieren curar los médicos, para que el cuerpo aprenda a reconocerlos y envíe a los soldados (leucocitos) a combatirlos para que en un futuro ya no vuelvan a atacar su cuerpo.  Es por eso que a los recién nacidos lo primero que hacen los pediatras es recomendarle que se le pongan sus vacunas.  Es para protegerlos de futuros virus que les puedan hacer daño, y hasta matarlo. 


La vida también nos vacuna.


Pequeñas dosis de dolor, fracaso, vergüenza, humillaciones y otras cosas, ayudan a nuestra alma a saber reconocer en el futuro esas amenazas para que no vuelvan a ingresar a nuestro organismo espiritual y nos provoquen el daño para el que fueron enviados. 


Hay personas que desde pequeños fueron vacunados contra el amor. Crecieron en un ambiente hostil, lleno de insultos y ultrajes.  O fueron abandonados por sus padres que debieron amarlos y ellos no entendieron su ausencia si fue por muerte o sencillamente por situaciones ajenas a su voluntad, pero el virus del abandono penetrò en su organismo, destruyó el sentido del amor y ahora son seres que no aman o no saben demostrar el amor. Sufren cada vez que alguien se les acerca y lo ven con miedo o desconfianza. Los invade una sensación de terror por miedo a que si aman los vuelvan a abandonar. 


Y eso incluye a Dios. No pueden creer que un Dios al que no ven pueda amarlos y ser tierno con ellos, sencillamente porque desde niños la vida los vacunó contra ese sentimiento. Porque si sus padres, abuelos, hermanos o familia a la que vieron no les amó, menos lo hará un Ser que no ven. Lo demás usted ya se lo puede imaginar.


Por eso Jesus promete darnos vida. Una vida llena de vacunas contra el fracaso, contra el desamor, contra todo aquello que quiere destruirnos y no alcancemos la plenitud que Èl desea para nosotros. Los virus sí nos atacan, pero el Amor de Jesus nos ha vacunado contra todo eso.  Es por eso que dijo: El amor todo lo cree. ¿Que opina?


Las experiencias que hemos sufrido, los desamores que nos hicieron llorar cuando fuimos jòvenes, nos vacunaron contra la credulidad inocente en el amor y nos enseñaron a buscar con cuidado la pareja que nos acompaña hoy.  Las cicatrices en las rodillas nos recuerdan que hay que saber caer cuando vamos en la bicicleta de la vida. Las vacunas que nos pusieron en el alma nos están ayudando a soportar los rigores del destino que estamos atravesando. Solo quien no ha sido vacuna contra el infortunio, contra la pobreza, contra el hambre y la traiciòn no podrá soportar los rigores de la vida.


En una ocasión invité a acompañarme a un joven de buena cuna a ir a predicar a uno de los barrios màs pobres en la ciudad. Cuando vio la ropa de los vecinos colgada en la calle secándose al sol, cuando vio las casas hacinadas y los niños sin ropa jugando en las calles sucias, exclamó algo que me puso a pensar: “Pastor, nunca me imaginé que en mi paìs hubiera tanta pobreza”.  Y es que este joven nació, creció y vivió sin sus vacunas.


SOLI DEO GLORIA

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA NIÑERA Y SUS "BUENAS" INTENCIONES... (Parte 1)

DESATADLO Y DEJADLO IR. (Jn. 11:44)

PASAS Y MANZANAS