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Mostrando entradas de enero, 2023

TODO POR IGNORANCIA

  Mateo 5:13  “Vosotros sois la sal de la tierra…” Lo lamento, mis amigos lectores, pero no hemos entendido nada de lo que Jesus nos enseña en su Palabra.  El compromiso de nuestra vida para mostrar realmente sus virtudes está muy lejos de ser lo que él quiso que fuera. Y todo por ignorancia.  Podemos ser doctos en muchas cosas. Nuestros jóvenes cursan estudios superiores en las Universidades del país e incluso, se van a otras de mayor prestigio fuera de nuestras fronteras con tal de regresar a enriquecer nuestra economía y nuestra sociedad.  Los jóvenes cristianos o evangélicos de hoy tienen a su alcance muchas oportunidades de prosperar financiera y socialmente. Pero siguen siendo ignorantes.  Y, claro, es porque nosotros los pastores no les hemos enseñado lo que Jesus enseñó. Les hemos inculcado nuestras propias ideas sobre el Evangelio de tal manera que en este siglo ya ellos no reciben la enseñanza del Evangelio de Cristo según Mateo, Marcos, Lucas o Juan. No es así. Aho

TRANSFORMACIÓN

Génesis 28:20 “Entonces hizo Jacob un voto, diciendo: Si Dios está conmigo y me guarda en este camino en que voy, y me da alimento y…” Una buena mayoría de nosotros, cristianos o evangélicos no entendemos cuando Dios permite que ciertas personas que se mueven a nuestro alrededor nos hacen sentir incómodos, enojados y hasta nos ponemos desagradables por sus conductas con que nos tratan. Un jefe gritón, por ejemplo, que nos habla con palabras desagradables, que nos obliga a trabajar hasta tarde sin pagar un centavo más, que nos expone al peligro porque parece que nada le importa con respecto a nuestra salud o seguridad, eso nos hace sentir mal; lo despreciamos, lo injuriamos o hasta llegamos a faltarles el respeto. No hemos entendido que desde el momento en que nos convertimos en hijos del Dios Altísimo ya no pertenecemos a este sistema de valores. Nuestra ciudadanía ya no es solo terrenal, también es celestial. Y eso precisamente, es lo que hace la diferencia entre los incrédulos

CUANDO DIOS LLAMA

  Éxodo 4:13  “Señor —insistió Moisés—, te ruego que envíes a alguna otra persona”  (NVI) Cuando no estudiamos a fondo la personalidad de las personas que nos rodean, y hacen cosas que no nos agradan, corremos el riesgo de equivocarnos en comprender por qué actúan como lo hacen. Todos, todos hemos sufrido situaciones en nuestra niñez o adolescencia que han quedado marcadas en nuestro interior; y por más que la Palabra de Dios se les predique, ellos no están abiertos para hacer los cambios necesarios para cambiar de actitud. Conozco personas que por años me han escuchado predicar que hagan amigos dentro de la congregación, que no se queden solos, que no se aíslen de los demás porque -como enseña Pablo-, somos parte del Cuerpo y que nos necesitamos unos a otros. Sin embargo, han pasado años escuchando ese mandamiento y no logran obedecerlo.  ¿Será que son rebeldes a la enseñanza? ¿Será que sus traumas y conflictos son más fuertes que el impacto que la Palabra debiera hacer dentr

A UNOS SI, A OTROS NO.

Génesis 40:14  “…solo te pido que te acuerdes de mí cuando te vaya bien, y te ruego que me hagas el favor de hacer mención de mí a Faraón, y me saques de esta casa…” La desesperación, la lucha por superarnos, el afán de lograr sueños y metas personales y toda una serie de situaciones muy humanas, nos hacen a veces caer en dolores más agudos, tratos de Dios hacia nuestras vidas que no nos explicamos. Es difícil, como pastores, líderes de Iglesia, empleados de alguna compañía o asistentes a alguna congregación no desear tener un estilo de vida mejor que el que podemos tener. Cuando vemos a otros hombres de Dios que prosperan, tienen su gran congregación, edificios que cumplen con sus sueños, sus cadenas de televisión y emisoras de radio, la mayoría de nosotros podemos caer en la tentación de querer imitarlos. Y, cuando no logramos llegar a ese nivel, fácilmente nos sentimos defraudados por Dios cuando vemos que en nosotros no se cumplen esos deseos.  Podemos orar, ayunar, hacer pré

COMO SANAR EL RECHAZO

Génesis 31:31 «Y vio el Señor que Lea era aborrecida, y abrió su matriz; pero Raquel era estéril. Y Lea concibió y dio a luz un hijo, y le puso por nombre Rubén, porque dijo: “Porque el Señor ha visto mi aflicción, pues ahora mi marido me amará”. Y concibió otra vez, y dio a luz un hijo; y dijo: “Por cuanto oyó el SEÑOR que yo era aborrecida, me ha dado también este hijo”, y llamó su nombre Simeón. Y concibió otra vez, y dio a luz un hijo; y dijo: “Ahora esta vez se unirá mi marido conmigo, porque le he dado a luz tres hijos”; por eso se llamó su nombre Levi” Una de las mentiras más grandes que el Satán nos ha vendido es que debemos hacer todo lo posible para ser prósperos sin importar los medios. Nos ha dicho que la competencia todo lo justifica, aún si le provocamos dolor a las personas que debemos amar. No importan los medios, lo que importa son los resultados. El fin justifica los medios. Ese es el mantra de muchos cristianos o no cristianos. De allí que fracasamos en nuestro int

¿Y LOS JÓVENES QUE?

Éxodo 10:8-9  “¿Quiénes son los que han de ir? Y Moisés respondió: Iremos con nuestros jóvenes y nuestros ancianos…” Hoy estamos viendo una generación de jóvenes que están muy lejos, lamentablemente, de lo que es vivir el Evangelio de Jesucristo. Si, van a la Iglesia. Participan de los cultos. Les encantan los retiros en el campo y los juegos con que los entretienen sus líderes. Son muy asiduos a los “cultos de jóvenes” de sus congregaciones. Incluso, cuando hacen sus actividades, en algunas Iglesias son ellos quienes los dirigen y toman el mando de los mismos. Los jóvenes tienen un lugar muy especial dentro del culto en general. Cualquiera, al ver tal cantidad de jóvenes en una congregación se queda asombrado al verlos danzar con su música, participando de sus juegos de adivinanzas y hasta ganar premios en la famosa esgrima bíblica. Si, muchos de ellos conocen desde niños la Biblia y son capaces de recitar versos de memoria que sorprenden al más teólogo de los teólogos. Así son

LOS TEMPLOS

  Génesis 3:8  “Y oyeron al SEÑOR Dios que se paseaba en el huerto al fresco del día…” El Señor siempre ha querido tener en la tierra un lugar de reunión con su creación más sublime: el hombre. Aunque no terminemos de comprender este misterio, Dios no quiso estar solo. Tiene ángeles que le adoran, que le sirven. Tiene ancianos que le cantan todo el día alabanzas a su Nombre. Tiene una pléyade de astros, estrellas y firmamentos que declaran su Gloria. Pero para él lo más importante era tener con quien hablar, con quien platicar y con quien disfrutar de un buen tiempo de amistad. Eso era el Huerto del Edén para él. Era su lugar de reunión. Era el sitio donde había puesto al hombre y la mujer para que cuando él quisiera platicar con alguien que le respondiera con libertad y confianza, estuvieran allí, si, allí precisamente, en el lugar donde él quería y deseaba comunicarse y ser correspondido. De alguna manera, Dios se había hecho un Templo, lugar de reunión entre él y su creación

¿POR QUÉ ALGUNOS SE QUEDAN A MEDIAS?

  Génesis 11:8  “Así los dispersó el SEÑOR desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad” La ciudad y la torre que edificaron los hombres en Babel no fue agradable al Señor. Él les había dicho antes, cuando Noé y sus hijos salieron del arca, que se multiplicaran y que llenaran la tierra.  Pero ellos, en un momento de orgullo y prepotencia, habían decidido quedarse en Babel, construir una ciudad y una torre para hacerse grandes, para hacerse famosos y estar protegidos contra todo y contra todos. Incluso, su idea de la torre era llegar hasta el cielo, ser como dioses, conocer los misterios de las estrellas y los astros.  De allí sabemos que en ese lugar nació la astrología.  Eso no le gustó al Señor quien les confundió sus lenguas y los dispersó tal como les había ordenado. Su proyecto fracasó y la ciudad quedó a medias. El otro caso que nos enseña por qué algunos se quedan a medias, es la historia de Abram. El Señor le había hablado a Abram que vivía e

TENGAMOS CUIDADO

Éxodo 3:2 “Y se le apareció el ángel del SEÑOR en una llama de fuego, en medio de una zarza; y Moisés miró, y he aquí, la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía” Si de algo debemos tener cuidado es de nuestro propio corazón. Debemos evitar a toda costa que nuestros triunfos -si es que los tenemos-, no se nos suban a la cabeza. Mantener, delante de Dios, una actitud de humildad es necesaria para que Él pueda manifestarse en nuestras vidas y ministerio. Una buena mayoría de líderes cristianos caen si no en pecados horrendos, si en pecados que desdicen mucho de su vida espiritual.  Hoy que tenemos al alcance de nuestras vidas y mentes una cantidad tremenda de información, hoy que tenemos la facilidad de estudiar en línea en las mejores Universidades y que incluso, podemos pagar altas sumas de dinero en concepto de ingreso a las mismas, se nos ha facilitado la educación teológica. Ya no es necesario comprar aquella abundante colección de libros en papel para formar nuestra b

¡ANDA!

Hechos 3:6   “Pero Pedro dijo: No tengo plata ni oro, mas lo que tengo, te doy: en el nombre de Jesucristo el Nazareno, ¡anda!”. La religión, la rutina, el aburrimiento, la falta de fe, la codependencia hacia los demás, la inutilidad, la pobreza de alma, la poca visión y muchas cosas más tiene a muchos cristianos paralíticos dentro de la Iglesia.  Son los que llegan, se sientan, cantan un poco con cara de “pregúnteme que tengo”, dan unos centavos de ofrenda y se regresan a sus casas tan vacíos como entraron al Templo.  La Palabra que se les predica ya no hace mella en su interior porque están parapléjicos de fe, son los mutilados en su interior, ya no sueñan con nada, no viven ni disfrutan su presente.  Las cargas de su pasado les pesan tanto que ya no tienen ni el deseo de respirar. Lo hacen porque sus órganos automáticamente respiran, de otra forma, ya están muertos a la vida y a las promesas que el Señor les ha prometido. Son los que si pudieran, pedirían que se les lleve al T

NO LO PERMITA

Génesis 44:17 “El hombre en cuyo poder ha sido encontrada la copa será mi esclavo; pero vosotros, subid en paz a vuestro padre” Actualmente hay una pasividad asombrosa en los padres de esta generación. Dan la impresión que no les importa lo más mínimo el cuidado, la dirección y la responsabilidad que como padres tienen hacia sus hijos. Recuerdo mis años infantiles en donde mis padres fiscalizaban quienes eran mis amigos, con quienes me relacionaba en la escuela y, después de hacer mis deberes, me enviaban a la calle a jugar con mis compañeros de cuadra, siempre bajo la supervisión de mi mamá que me controlaba que no me fuera más allá de la esquina de la cuadra donde vivíamos.  El objetivo era -y lo comprendí años después-, que yo aprendiera a relacionarme con las demás personas. Que no aprendiera sus malas costumbres pero que copiara sus áreas dignas de imitar. Eso se llama aprender a socializar. Después de una hora de juegos, me llamaban para que me lavara las manos y el sudor de

EL QUE ESTÉ CONMIGO

  Éxodo 32:26   “se paró Moisés a la puerta del campamento, y dijo: El que esté por el SEÑOR, venga a mí” Siempre que hay una crisis moral, espiritual o de fe, el Señor hace una pregunta: ¿Quién está conmigo?  Todo porque el ser humano, incluyendo una buena parte de evangélicos de este tiempo le han dado la espalda al Dios que los ha bendecido, escogido como una nación santa y para ser sus testigos.  Las conciencias de muchos se han materializado de tal manera que se están olvidando de los mandamientos y preceptos del Dios de quien dicen depender. Es fácil engañarse con los espejismos que el mundo ofrece.  O por nuestros propios deseos de vivir independientes de Dios a menos que tengamos una necesidad que no podamos resolver entonces, acudimos a Él en busca de ayuda la cual muchas veces ya no encontramos por haberle dado la espalda en los tiempos de bonanza. Eso sucedió en el desierto en los tiempos del éxodo. El pueblo había estado cautivo por cuatrocientos años en Egipto, sufri