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Mostrando entradas de junio, 2014

LA DEVALUACION...

Yo no sabía esto de la devaluación hasta que me enseñaron que si yo compro un vehículo nuevo, de fábrica, al nomas salir de la agencia y si quiero regresarlo ya perdió parte de su valor... Se devaluó. Y entonces entendí algo muy importante: Se devalúan las cosas caras. Aún las casas, si ponen enfrente de la suya un bar, tenga por seguro que su casa se devaluará... Y esta palabra me viene a la mente para escribir esto porque de cuando en cuando recibo en mi bandeja de entrada de correos invitaciones para aceptar "amigos" que quieren que me una a sus enlaces... Lindekin, Facebook, Twitter y otros me invitan a que me una a su lista de amistades... Eso me dice algo... La amistad también se ha devaluado. Se ha devaluado al extremo que muchos cuentan a sus "amigos" por miles. Sus seguidores son otros miles y quienes comparten sus intimidades abundan en sus listados. Y no hablo de famosos, no, estoy hablando de Juan, Pedro, Luis y otras personas comunes y corrientes.

DESEMPOLVANDO SUEÑOS...

Mi esposa estaba predicando a un grupo de empleados de una empresa cuando de pronto dijo esta frase. Me recordó lo que hace la hermana que la ayuda con la limpieza... Un día a la semana se dedica a quitar el polvo que se acumula en los chineros y moldes de las ventanas de la casa. Pasa varias horas desempolvando las libreras y vidrios de los muebles... Y cuando escuché esa frase se me ocurrió pensar en el trabajo de quien ayuda a mi esposa y pensé que muchos de nosotros tenemos sueños que se han quedado en las estanterías de nuestra mente... Sueños que están allí, llenàndose del polvo del olvido, del polvo del descuido o del polvo del "no se pudo..." Sueños que una vez estuvieron a punto de hacerse realidad pero que hubo algo que los detuvo y se fueron a los archivos de asuntos pendientes. Pero de pendientes pasaron a olvidados. Y se empolvaron con el paso del tiempo. El tiempo no perdona. Mucho menos los sueños que se quedan allí, sepultados bajo capas y más capas de p

EFECTO MARIPOSA...

Y, ¿qué tengo que ver yo con lo que hacen los demás...? ¿Acaso soy yo guarda de mi hermano? fue la pregunta de Caín cuando Dios le preguntó por Abel... Usted va por la calle y en una esquina hay un mendigo pidiendo dinero. Usted que es de buen corazón y enseñado a dar caridad, abre su ventanilla y le da unas monedas al mendigo... Detrás de usted vienen otros automovilistas. Lo más seguro es que uno de los que lo vieron a usted dar dinero harán lo mismo... usted afectó su entorno haciendo que otros repitieran inconscientemente su acción... Usted tiene un carro preparado para presumir de la velocidad que puede desarrollar... Toma la autopista y acelera a fondo para sacarle ventaja a sus compañeros de carril... Lo más seguro es que cualquiera de ellos se sienta tentado a competir contra usted y también acelerará poniendo en peligro no solo su vida sino la vida de alguien más... Usted afectó su entorno haciendo que otros repitan su acción... Usted va en el bus hacia su trabajo. Se va

LAS DISTANCIAS...

"-Debes mantener tu distancia-", era la frase que escuchaba seguido en mi casa desde pequeño... Como hijo de un militar ese consejo me ayudaba a ser respetuoso en las reuniones de la casa cuando llegaban invitados. Bastaba una sola mirada de mi papá para saber que era momento de salir discretamente por algún rincón de la puerta y dejar que los adultos platicaran con los adultos. No importaba si eran mis tíos o parientes. Si eran adultos, mis hermanos y yo no teníamos nada que hacer en esa sala. Hasta que nos llamaran para despedirlos.  Por lo demás, teníamos que "guardar la distancia..." No entendí claramente esa frase hasta que fui adolescente. Cuando de mi subconsciente brotaba cada vez que alguien llegaba a visitar a mi mamá. Inmediatamente, después de abrir la puerta y dejar entrar a sus visitas, yo le anunciaba a mi mamá: "Mama... ¡buscan...! Y luego me iba a mi cuarto repitiendo aquel gesto que me enseñaron desde mi niñez... El problema no lo desc

LIONEL MESSI

Estamos viviendo lo que actualmente se llama "la fiebre del fútbol". Y al mismo tiempo que estoy dando charlas a unos hombres valientes que me acompañan cada lunes para aprender a no ser lo que la masa quiere que seamos, estoy presenciando a un buen número de hombres en la calle, cristianos algunos, evangélicos la mayoría y gentiles los demás, usando camisetas con los colores y los nombres de sus jugadores favoritos... Porque todos quieren ser como sus estrellas. Y, tristemente, como no pueden alcanzar las metas y los sueños que tienen que trabajar duro para lograrlo, se ponen una camisa con sus nombres. Ya no quieren llamarse Juan, Pedro, Julio ni Antonio... Quieren llamarse Messi y Ronaldo. Pero... ¿qué pasará cuando pase la famosa fiebre actual? Lamentablemente, como no luchan ni trabajan para alcanzar sus metas, volverán a lo de siempre: se llamarán Juan, Pedro, Julio y Antonio. Así, a secas... A diferencia de lo que muchos piensan, transformarse en una estrella

¡CUIDADO, PADRES...!

"...el que cree en mí, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores que éstas hará..." (Juan 14:12) Es un hecho que los hijos confían en los padres. La hija sabe que su mamá no la va a dejar sin leche, por lo tanto, cuando tiene hambre solo pide. ¿De donde la va a sacar? Eso no es relevante para la niña. Sabe que su mamá la ama y ella confía en que sabrá darle su alimento... El hijo sabe que su papá no lo dejará sin zapatos. Por lo tanto juega, brinca y se arrastra por la calle sabiendo que si se le rompen, su papá tendrá suficiente dinero para comprarle otro par. Los hijos confían en sus padres... Pero hay un peligro en esto... Ellos confían tanto en lo que sus padres hacen en su beneficio que también creen que lo que hacen dentro de las cuatro paredes es lo correcto. Que todo es para su bienestar... Y aquí empieza el peligro. Cuando doy pláticas a los jóvenes en edad un poco adulta, les enseño lo siguiente: "Ustedes van camino a contraer matrimonio

LA ARMADURA DE SAÙL...

1 Sam. 17:39 "...David dijo a Saúl:No puedo caminar con esto, pues no tengo experiencia con ellas. David se las quitó..." Imaginemos esto... ¿Qué si David hubiera estado acostumbrado a usar toda la parafernalia militar que Saul le ofreció para pelear contra Goliat? ¿Qué si David no se hubiera negado a usarla? ¿Qué hubiera sucedido en esa batalla? Son las preguntas que me vienen a la mente cuando veo este pasaje y comparo ese episodio con la vida de muchos de mis hermanos evangélicos... ¡Están tan acostumbrados a las armaduras del mundo! Desde pequeños han escuchado en sus hogares: "Anda y dile a la señora de la tienda que nos de fiado..." O esto: "Voy a ir con don fulanito a empeñar mi máquina de coser para conseguir el dinero para..." O esto otro: "¿Por qué no pides un adelanto en la caja chica de tu empresa? Son las armaduras que el mundo ofrece para solucionar los problemas que encontraremos en nuestro caminar en el Evangelio... Anulamos

RAQUEL...

Bueno, es cierto, la Biblia nos dice a los hombres casados que debemos ser los proveedores del hogar. Además somos la cabeza del cuerpo que es la esposa. Y si por si no bastara eso, nos han nombrado Sacerdotes del hogar. Representantes de Cristo ante la esposa y la familia. Y, por sobre todo, defensores de nuestra casa. Los guardianes del hogar. Los que debemos cerrar el portón antes de irnos a la cama. Los que debemos levantarnos de madrugada a encender el fuego del altar para que no se apague la llama. Los que debemos responder las preguntas de nuestra esposa sobre cuestiones que no entiendan sobre la Palabra.  Los que debemos modelar para nuestros hijos y que ellos sean como Jesús a través de nosotros los hombres. ¡Son muchos papeles! ¿No les parecen hombres? Pero Dios no se equivoca. No fuimos hechos solo para el sexo. Fuimos creados para cuidar el jardín y mantener la Presencia de Dios en él. Para que lo labremos y extendamos sus cercos a otros lugares... Para que cumplamos to

LA ESPERANZA...

Lo vi en las noticias por cable: cuatro jóvenes americanos se encerraron en un vehículo y sellaron las puertas para morir asfixiados. Todos murieron. Dejaron una nota que decía: "Perdimos toda esperanza en la vida..." Britney Spears nuevamente está en las páginas de los diarios americanos buscando otra casa para desintoxicarse de las drogas. Ha estado no solo en varias clínicas para liberarse de la adicción pero también ha estado de hombre en hombre buscando un nido donde terminar su búsqueda de la esperanza... Algo que le sirva de ancla a sus deseos íntimos de amor, calor, amistad y compañerismo... Algo que la fama y el dinero no pueden dar... El Señor dijo: "Yo sé los planes que tengo para ustedes: Planes de bien y no de mal, para darles un futuro y una esperanza..." Pero aceptar que solo Jesús puede darnos ese estado de esperanza no es fácil para aquellos que no quieren aceptar que son tan necesitados como nosotros los que sí tenemos esperanza... ¿Qué es la

EL SEÑOR QUE BARRE...

¡Qué tal, pastor Berges! -me saludó un caballero con una escoba en la mano-... Yo había sido invitado a la Delegación de la PNC en Soyapango a dar una prédica por el aniversario de su grupo de oración... Estaba sentado tomàndome un café en una de las bancas de la cafetería mientras empezaba la actividad. Y se me acercó el hombre con su instrumento de limpieza y una pala para recoger la basura... ¿Se acuerda de mi? -me preguntó- y se quedó sonriendo esperando mi respuesta... "No", le dije, lamentablemente no me recuerdo de usted... Yo pasé un día frente al edificio donde usted pastorea su congregación y era medio día. Yo andaba drogado y ebrio por el vicio que me estaba destruyendo. Ustedes estaban en ese momento tomando un almuerzo todos juntos, vi una gran cantidad de gente sentada en las sillas y en sus mesas había varios platos de comida... Yo tenía tres días de no comer nada y cuando pasé frente a la Iglesia donde usted predica me quedé parado en la puerta disfrutan

DIÀLOGOS MATRIMONIALES...

Dicen en el mundo: "Detrás de todo gran hombre hay una gran mujer..." Pero eso no dice la Biblia. Lo que ella deja entrever es: "Al lado de todo gran hombre hay una gran mujer..." En mi articulo anterior escribí sobre el anonimato de muchas mujeres que aparentemente no hacen nada en el ministerio de sus esposos.  Pero sabemos que cuando Dios llama a un hombre, también llama a su esposa. Ya no son dos, dice la Escritura, sino una sola carne. Ignorar este principio es una aberración no solo a su matrimonio, su ministerio pero también hacia Dios que puso las reglas del juego matrimonial... Dios no llama a la mitad del hombre. Lo llama completo. Y el hombre está completo al lado de su esposa. Ahora debemos saber esto: La esposa es el equilibrio. Es lo emocional. Es quien obliga al hombre a pensar, repensar y volver a pensar en hacer algún movimiento que afecte a la familia y que no se deje llevar por sus emociones "espirituales" diciendo que Dios le d

¿YA PENSÒ EN ESTO...?

Normalmente pensamos en los héroes de la Biblia como hombres que valientemente dejaron todo para hacer lo que Dios les dijo. Pienso en Moisés. Un verdadero hombre de Dios. Manso como él solo. Obediente como ningún otro. Y lo vemos en películas, lo vemos en caricaturas y lo vemos en nuestras mentes abriendo el mar rojo, llevando al pueblo de Dios a la Tierra Prometida... ¡Ah! qué hombre decimos. Me imagino a este siervo del Señor peleando contra los amalecitas en el desierto y venciendo grandes batallas... Nuestro héroe... También pienso en Aaron. El Sumo Sacerdote. El representante de Dios para el pueblo y viceversa. Lo imagino con su pectoral, su lámina de oro en la frente, lo veo con el incensario en la mano defendiendo al pueblo de la matanza del Angel por el pecado de los idólatras... Lo veo quemando incienso en el Tabernáculo implorando el favor de Dios para el campamento... Nos lo imaginamos con su ropaje de hilos de plata y de oro. Su elegancia, su abolengo y su distinci

DISOLVER... Están equivocados, señores jueces...

Claro, no pretendo hacerme creer que algún juez de nuestro país leerá mi blog. Pero en literatura hay un punto que se llama: "Permiso literario". El permiso literario nos permite plasmar una idea abstracta que contenga una verdad inherente. Por eso me refiero a los jueces pero en realidad estoy escribiendo para quienes juzgan el matrimonio como algo puramente social... Cuando la verdad es que el matrimonio es sumamente espiritual... con un poco de social. Si usted lee la Biblia, y doy por sentado que es así, debe saber que el matrimonio terrenal es una figura del matrimonio de Jesús con su Iglesia. La Iglesia es la Esposa del Cordero. Ese matrimonio se completará en los tiempos finales. Mientras tanto, el Novio está preparando un lugar para su Esposa junto a su Padre. Eso dice Jesús y yo lo creo. El Novio pagó un precio por su amada y muy pronto regresará por ella. La unión costó sangre y esa sangre fue derramada en la Cruz del Calvario. Bajo esa perspectiva, el matrimo

LO QUE CUESTA...

Una gran mayoría de los hombres y mujeres que usted ve en las calles caminando con la mirada perdida, o en los restaurantes comiendo a solas sin un acompañante con quien compartir un café o un bocado de pan, son seres no solitarios sino que decidieron vivir sus vidas en soledad... En un tiempo fueron gregarios. Seguramente tuvieron una pareja a su lado pero no lograron mantener su relación.  Algo se atravesó en el camino y se rompió no el hechizo, porque el amor no es hechizo sino una decisión. Eso ya lo sabemos de sobra. Se decide amar así como se decide odiar. O se decide olvidar. Nadie nos puede obligar a llevar una carga sobre nuestros hombros por muy liviana que sea. Cada quien decide dejar esa carga en alguna esquina de la vida y caminar con los hombros erguidos y la vista puesta en el futuro. Especialmente con Jesús como Señor de su vida... Pues bien, retomando el curso de mi introducción, me pregunto: ¿Que le ha sucedido a esas personas que vemos en la calle o restaurante

¿OIR, SABER O CONOCER...?

Muy bien. Usted ya va a la Iglesia. Ya lee la Biblia. Ya escucha sermones. Ya canta coritos y hace todo lo que le dicen que debe hacer... Entonces -le dicen-, usted ya es libre de todas sus ataduras y complicaciones del alma. Ya puede sentirse tranquilo porque Dios ya le presentó la verdad y como usted ya hace tiempo que está en la Iglesia e incluso ya sirve en algún àrea de la misma... usted ya debe ser libre de todas esas cosas feas que traía del mundo... Pero usted de pronto, se encuentra en una situación en la que se da cuenta que su carácter no ha cambiado ni un ápice. Su estándar de vida no ha variado en nada. Sigue igual que antes. Mal hablado, dominado por la lujuria, la mentira y otras cosas más... Y se hace, si es espiritual por supuesto, la famosa pregunta: "¿Qué me pasa? Si estoy yendo a la iglesia, si estoy sirviendo al Señor, si no falto a ningún culto, si me sé de memoria todos los coritos... ¿por qué no cambio? ¿Por qué sigo siendo la misma persona que entr