LA ARMADURA DE SAÙL...

1 Sam. 17:39 "...David dijo a Saúl:No puedo caminar con esto, pues no tengo experiencia con ellas. David se las quitó..."

Imaginemos esto...

¿Qué si David hubiera estado acostumbrado a usar toda la parafernalia militar que Saul le ofreció para pelear contra Goliat? ¿Qué si David no se hubiera negado a usarla? ¿Qué hubiera sucedido en esa batalla?

Son las preguntas que me vienen a la mente cuando veo este pasaje y comparo ese episodio con la vida de muchos de mis hermanos evangélicos...

¡Están tan acostumbrados a las armaduras del mundo! Desde pequeños han escuchado en sus hogares: "Anda y dile a la señora de la tienda que nos de fiado..." O esto: "Voy a ir con don fulanito a empeñar mi máquina de coser para conseguir el dinero para..." O esto otro: "¿Por qué no pides un adelanto en la caja chica de tu empresa?

Son las armaduras que el mundo ofrece para solucionar los problemas que encontraremos en nuestro caminar en el Evangelio... Anulamos la Palabra del Señor cuando acudimos a esas prácticas y no permitimos que sea el Señor quien derribe a esos gigantes que se nos presentan en el camino y nos dejan vencidos en la ruta...

David nunca había usado esas cosas. "No tengo experiencia con ellas" dijo David. Siempre había confiado en el Poder de su Dios cuando un león o un oso quería quitarle alguna oveja. Siempre vivió con la vista y la fe puesta en el Señor. No acudió a armaduras ajenas para vencer a sus enemigos y no iba a ser ahora la primera vez que lo hiciera... Hoy la pelea no es con un león o con un oso. Es con otro tipo de gigante. Sin embargo para este pequeño no había diferencia. El tamaño no lo amedrentó. Lo mismo pelea Dios con leones, osos o gigantes. No necesito tu armadura Saul. Con el Poder del Señor me basta. Nunca me ha abandonado y no creo que lo haga ahora...

Era el momento de demostrar en quien había estado creyendo cuando pastoreaba las ovejas de Isaì... Igual que nosotros. Nos llegará el momento de demostrar en quien estamos confiando. Lo malo es que durante toda nuestra niñez escuchamos esas frases que se quedaron grabadas en nuestro interior y cuando necesitamos derribar algún gigante, llàmese recibo de luz, recibo de casa, compra del súper y no tenemos como hacerlo... usamos las armaduras que nos enseñaron nuestros padres.

¡Qué tristeza saber que muchos cristianos regresan a usar esas armaduras cuando la necesidad toca la puerta de sus vidas! Y qué vergüenza que a muchos cristianos o evangélicos les tengan que cortar la luz y el agua por falta de pago. Porque no creen. Porque han estado usando los métodos del mundo de donde los sacó el Señor y los trasladó a su Luz para mostrar Sus Virtudes... Pero no. Es más fácil armarse como los del mundo para salir adelante con los compromisos y perderse la oportunidad de ver obrar al Señor en todo su Esplendor y Magnificencia...

David nos sigue alentando a imitarlo. Olvidemos ya los rudimentos del mundo y empecemos a dejar que sea el Señor quien nos defienda de esos gigantes financieros que amenazan nuestro bienestar y veremos la salvación de Jehová... Lo dijo Moisés a la orilla del Mar: "Estad quietos y veréis la salvación de Jehová..." Quietos, eso es. Quietos. Confiados. Esperanzados. Descansados. El mar se volverá a abrir y toda la Gloria serà para quien lo abra...

Usted escoge a quien le darà la Gloria: Si al Señor que nunca nos defrauda o a sus armaduras que lo endeudarán cada vez más...

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA NIÑERA Y SUS "BUENAS" INTENCIONES... (Parte 1)

DESATADLO Y DEJADLO IR. (Jn. 11:44)

PASAS Y MANZANAS