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Mostrando entradas de enero, 2017

AÑORANZA

Cada día que pasa y espero que la inspiración venga a mi corazón para poder impregnar estas páginas con el aroma de mi pasión por la escritura, encuentro que estos días fríos que enfrían el alma y nos obligan a encerrarnos para evitar que los huesos sufran también de la frialdad del tiempo invernal que estamos viviendo, mis dedos se han negado a posarse sobre el teclado para escribir lo que hay en mi corazón... Y he revisado al azar lo escrito anteriormente para poder encontrar en ellos un atisbo de inspiración y poder enviar mis hojas al viento para aquellos que esperan encontrar un vaso de agua que refresque sus corazones necesitados de una palabra de aliento como lo han sido estas páginas que acunan lágrimas, sonrisas y tristezas de quienes han posado sus ojos en ellas... He releído con un gran amor, después de tantos años de escrito mis hojas anteriores, que ahora que estoy entrando en mi tercera etapa y la juventud empieza a decirme adiós, he besado con pasión esta flor nacida

SUEÑOS

Todos, todos hemos tenido sueños en más de una ocasión... Hablo de los sueños juveniles... aquellos que tuvimos cuando camino a la escuela veíamos las nubes formando figuras que se nos antojaban elefantes, rostros y barcos navegando en el firmamento azul... Cuantas veces nos veíamos a nosotros mismos surcando los mares que estaban más allá de nuestras esperanzas... ¡Era tan hermoso...! Soñar con viajar por el mundo, unas veces entre selvas intrincadas de árboles añosos y pantanos que se tragaban a los caminantes, otras veces en playas de arena blanca inspirados quizá por las lecturas que nos imponían en las clases de idioma... Y qué decir cuando veíamos en el firmamento pasar volando un avión con rumbo desconocido... Nos parecía vernos allá adentro, formando parte de la cabina de los oficiales al mando y nosotros tomando el timón de la nave para elevarla hacia el infinito... Nuestros sueños no tenían fronteras. Eran sueños juveniles o infantiles que nos retaban para hacerlos re

COLOQUIO DE DOS ALMAS

Ha vuelto la vida. Ha vuelto la rutina. Ha regresado el tiempo... Por un momento todo ha estado en silencio... Las casas han estado vacías de ruido por el frío de la temporada. Las calles de la ciudad han estado desiertas de tráfico. Los almacenes han estado llenos de personas buscando algo que les haga sentir que están vivos... Sinergia entre ellos y el consumismo... Las iglesias se han vaciado. Todos están de fiesta. En el tránsito diario de sus vidas se ha hecho un paréntesis y se han olvidado de muchas cosas... Se han olvidado de Dios. "Nos vemos, Jesus, hasta el año entrante..." parecieron decir sus palabras silenciosas cuando llegó el mes de diciembre... Como pastor no dejo de entristecerme por este fenómeno humano que a la vista de una festividad inmediatamente olvida quien es y a quien se debe... Algo suplanta su gozo. Ya no es la Palabra de Dios, ahora es otro el que ocupa ese lugar en sus corazones... Colores rojo y verde. Música que opaca los sentidos. Frutas d

MOVIENDO ALFOMBRAS

Siguiendo con la tónica de ayer, quiero hoy acentuar que Dios nos hizo diferentes unos de otros... Al único que debemos parecernos no es a nuestro padre biológico sino a nuestro Padre Celestial. "Hasta que todos lleguemos..." dijo Pablo. Pero la sociedad ha tratado siempre de masificar a los demás. Logrando eso -masificarlos- se evita la opinión que otros puedan tener de los asuntos que atañen a la vida diaria... Todos se conformarían con vivir con lo que les sobre a los demás y nadie aspiraría a subir en el peldaño de su desarrollo personal... Debemos saber que el término "diferente" significa eso: Diferente. Este punto es crucial debido a que algunas gentes creen que si sus vidas no se encuentran en la primera fila del escenario donde todo mundo pueda verlos, entonces ellos deber se inferiores.  Ellos piensan que la persona que siempre está enfocada por las cámaras y las luces de la farándula es aquella que tiene el valor más alto.  Pero solo debido a que uste

SEA USTED

Es un hecho que la mayoría de nosotros queremos vernos bien ante la demás gente... Para eso no dudamos muchas veces en imitar modelos externos y con eso vamos perdiendo poco a poco nuestra propia personalidad, nuestros dones y nuestro verdadero carácter... ¿No se ha preguntado usted por qué muchos hombres usan las camisetas deportivas de Messi? ¿O de Ronaldo? O por qué muchos hombres se cortan el cabello como sus héroes deportivos? ¿Qué hay detrás de esos actos? Búsqueda de identidad. Quieren parecerse a ellos. Y si no lo logran entonces aunque sea que les vean el nombre en la espalda de su jugador favorito... O su corte de cabello que los identifica como su goleador famoso... "Yo soy como Messi" tratan de decir con ese nombre en la espalda... Aunque en su vida hayan dado una patada a ninguna pelota de futbol... Muy frecuentemente volteamos a ver las experiencias y situaciones de otras gentes, y las tomamos como nuestra guía, pero fracasamos al no mirarnos en el espejo y

HONESTIDAD vs. INTEGRIDAD

Nunca como hoy necesitamos gentes con un sentido amplio y estricto de integridad... Muchos cristianos incluso han perdido de vista esta virtud... Nos contentamos con tratar de ser honestos solamente... Diezmamos, ofrendamos, vamos al culto y adoramos los domingos... Servimos en nuestras congregaciones y somos un dechado de virtudes a la vista de los demás... Pero una cosa es ser honesto y otra muy distinta es ser integro... La honestidad habla de lo que yo hago. La integridad habla de lo que yo soy. Ese es el quid de la cuestión... Somos honestos porque hacemos muchas cosas que agradan a los demás y a nosotros mismos. Como somos hedonistas, nos agrada lo que otros piensan de nosotros, y, por supuesto, queremos quedar bien y vernos bien... Pero el abismo se abre cuando se trata de integridad. La integridad es lo que soy en privado, cuando nadie me está viendo...  Honestidad habla de lo que yo digo, integridad habla de lo que yo pienso. Integridad es lo que hago en sec

¡NO LES CREA...!

Todos, en alguna forma, hemos sido estigmatizados en nuestra niñez. Ya sea porque nos consintieron y nos hicieron sentir superiores a los demás, o porque nos trataron de tal manera que nos bajaron la autoestima al nivel del suelo... Esa es la realidad de nuestras vidas... Nuestros padres no fueron malos, solo que no supieron muchas veces como tratar con nuestras áreas y en su afán por disciplinarnos dijeron palabras que calaron hondo en nuestras almas.  Hoy, años después, no hemos logrado salir de esos baches emocionales en que caímos en nuestra niñez o juventud. Todos sabemos que los primeros siete años de vida de una persona son cruciales para definir su personalidad. Pero en esos siete años sucedieron y se dijeron tantas cosas, unas en broma y otras en serio pero al fin y al cabo fueron palabras, expresiones y acciones que quedaron insertadas en nuestras vidas, tanto que hasta nuestra edad actual no logramos solventarlas... Por eso, para nosotros los hijos de Dios hay una solu

TIRE EL COBERTOR

Somos adictos a la rutina... Yo mismo no me escapo de ese síndrome. Voy al centro comercial y casi siempre utilizo el mismo parqueo. Voy a la Iglesia y siempre utilizo las mismas rutas. Y así puedo seguir lìnea tras lìnea... Me cuesta cambiar hábitos a menos que el Espíritu Santo me ayude. Creo, sin temor a equivocarme, que no estoy solo en esta situación, ¿cierto, amigos...? Esto se debe a que no nos gusta que nos muevan nuestros linderos. Somos rutinarios por la misma razón que no nos agrada que nos muevan nuestra alfombra de comodidad... ¿Se han dado cuenta que hay hombres o mujeres que no permiten que se les tire a la basura su sillón favorito? Todo porque el cojín sobre el que descansan ya tiene la forma de su cuerpo y les permite acomodarse sobre él sin mayor esfuerzo... Quizá por eso es tan difícil darle vuelta al colchón de la cama. O tirar aquella taza que ya no tiene agarradera. O el cepillo dental cuyas cerdas ya no limpian... Pero allí se queda. Ya tomaron la forma de

QUEMANDO PUENTES

No es un secreto que muchas personas no quieren dejar el pasado doloroso que ha marcado sus vidas... Como un trago de vinagre, prefieren guardar rencores y recuerdos que han lastimado o lacerado sus corazones con tal de no olvidar lo que les han hecho otras personas... En nuestro caminar encontraremos a esa clase de personas a quienes usted les dice "buenos días" como un saludo y ellos responden con una indiferencia dolorosa porque para ellos no hay ningún "buenos días...". Todos son malos. Todos son dolorosos. Ingratos. Amargos y aciagos... Su pregunta mental es: ¿Qué tienen de buenos estos días...? Lo peor de todo es que ellos no solo se hacen daño a sí mismos. También dañan a los que viven a su lado. Madres que se amargaron por un episodio en su matrimonio fallido y de allí en adelante ya no existen hombres buenos. Amargan a sus hijas en contra de los hombres haciéndoles perder la fe de encontrar un día el amor que llene su futuro y su corazón... Padres que