HONESTIDAD vs. INTEGRIDAD

Nunca como hoy necesitamos gentes con un sentido amplio y estricto de integridad... Muchos cristianos incluso han perdido de vista esta virtud...

Nos contentamos con tratar de ser honestos solamente... Diezmamos, ofrendamos, vamos al culto y adoramos los domingos... Servimos en nuestras congregaciones y somos un dechado de virtudes a la vista de los demás...

Pero una cosa es ser honesto y otra muy distinta es ser integro...

La honestidad habla de lo que yo hago. La integridad habla de lo que yo soy. Ese es el quid de la cuestión...

Somos honestos porque hacemos muchas cosas que agradan a los demás y a nosotros mismos. Como somos hedonistas, nos agrada lo que otros piensan de nosotros, y, por supuesto, queremos quedar bien y vernos bien... Pero el abismo se abre cuando se trata de integridad. La integridad es lo que soy en privado, cuando nadie me está viendo... 

Honestidad habla de lo que yo digo, integridad habla de lo que yo pienso. Integridad es lo que hago en secreto, honestidad habla de lo que hago en público...

Muchos pastores, y lo digo con tristeza, son muy honestos: predican bien. Enseñan bien. Tratan bien a su congregación. Trabajan duro por la obra del Señor. Invierten tiempo y recursos para aumentar su membresía... ¡Bravo! por ellos. Pero Dios no ve solo eso. Dios ve lo que dice Apocalipsis: "...pero has dejado algo que solo se nota en lo secreto. Tu primer amor" No has sido integro, amigo mío...

Hay esposos que son muy honestos con su familia. Trabajan largas horas y buscan desde lejos traer el pan a sus hijos y el sustento de sus casas. ¡Felicidades"... Pero Dios ve lo que hacen en los moteles con sus amantes. No estas siendo integro con tu familia...

Hay esposas abnegadas que madrugan para limpiar sus casas y tener todo en orden. Son honestas con ellas mismas y con sus hijos y esposo. Pero en cuanto se cierra la puerta y dice "adiós" a los que se van a estudiar y trabajar, cae en adulterio con su amante en Facebook exhibiendo su cuerpo con fotos y frases que muestran su falta de integridad...

Por eso Dios no le dijo al Diablo: ¿Has visto a Job, hombre honesto? No. Lo que dijo fue: "¿Te has fijado en mi siervo Job? Porque no hay ninguno como él sobre la tierra, hombre intachable y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.? Job 1:8.

Dios espera de nosotros, sus hijos, que cumplamos el perfil que Èl se ha impuesto a sí mismo y que nos adjunta después de convertirnos en salvos: Que seamos no solo honestos, pero también íntegros... 

¿Qué les parece...?

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