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Mostrando entradas de noviembre, 2021

INFLUENCIA FAMILIAR

  Juan 4:20 “Nuestros padres adoraron en este monte…” ¿En que monte ha adorado usted para que sus hijos hagan lo mismo? ¿En el monte del divorcio? ¿En en el monte de las drogas, la violencia, las malas palabras, insultos y cosas feas? Esa es la pregunta que deben hacerse los padres cuando sus hijos empiezan a mostrar signos de rebeldía, violencia y desprecio por las buenas costumbres. Porque nada hace el hijo sino lo que ve hacer al padre, y tal la madre, tal la hija. Es decir, ambos tienen que ver mucho en la formación de los hijos. Indiscutiblemente es verdad porque lo dice la Escritura.  Y la Biblia es perfecta. No miente ni adorna los fallos que tenemos los que formamos la raza humana.  Somos nosotros, los padres, quienes marcamos el camino que nuestros hijos seguirán con respecto a la creencia en Dios.  O les enseñamos a creer y honrar al Dios de la Biblia, o les enseñamos creer y adorar a otros dioses. Eso fue lo que encontró Jesus en la plática con la mujer de Sama

MIENTRAS LA VELA ARDA

Nosotros los cristianos no sabemos muchas veces que con nuestras actitudes ofendemos al Señor, herimos corazones y dejamos un lastre de dolor a nuestro paso. Hay un axioma que nos enseña que: si lo que vas a decir lastimará al otro, mejor no digas nada.  Por ejemplo, hay personas que se creen tan sinceras y francas que dicen las cosas de tal manera que suenan a crueldad. Una persona ha caído en algún pecado y en vez de restaurarla con amor y paciencia, le repiten una y otra vez su pecado, creyendo que con eso la consecuencia se quitará y dejan en ese corazón y sabor amargo, un sentimiento de culpa mayor de la que tenían a causa de su caída.  No, no francos ni sinceros. Son crueles. Porque no pensaron en que la persona que peca ya está suficientemente castigada por el dolor y la vergüenza como para añadirle más dolor todavía. Tenemos que aprender a restaurar. A la manera de Dios. Perdonar, consolar, justificar y dejar ir libre a la persona.  Fue lo que Jesus practicó todo el ti

MISERICORDIA Y GRACIA

Entiendo el agotamiento de la espera por una promesa del cielo, la pérdida de confianza mientras transitamos la prueba, la vergüenza que sentimos por fallarle a Dios todos los días a pesar de prometernos que en verdad cambiáremos y no logramos pasar de 24 hrs sin volver a fallar.  Nos agota esta tiranía de parecer más fuertes de lo que en verdad somos y al mismo tiempo siendo conscientes de todas las mezquindades que nos quedan por expiar.  Nos cansa la angustia del diario vivir que va menguando toda voluntad y pensamos que ya no sirve de nada orar y pedir perdón a Dios, dejamos de usar las rodillas por la suciedad que nos flagela y al mismo tiempo sabemos que no lo hemos dado todo para mejorar.  Pero aún en el peor de los estados anímicos podemos ofrecer nuestro corazón una vez más a Cristo a pesar de no creer que algo bueno pasará. Tal ves ese simple acto de rendición sea suficiente para retomar la fuerza y salir del exilio en el que nuestros pecados nos han puesto.  Su mise

AQUI ESTAMOS

Hechos 10:33 (LBLA) Ahora, pues, todos nosotros estamos aquí presentes delante de Dios, para oír todo lo que el Señor te ha mandado. Ok, pastores, maestros, evangelistas, profetas y apóstoles… aquí está el reto de nuestras vidas. ¿Que esperaba esa gente que estaba reunida en la casa de Cornelio cuando el ángel le dijo que enviara a traer a Pedro para que les enseñara lo que necesitaban saber sobre el Evangelio? ¿Cual era el anhelo del anfitrión cuando reunió a sus familiares y amigos para que estuvieran pendientes de recibir al gran apóstol Pedro que ni siquiera quería ir a ese “contaminante” lugar? ¿Por qué tanto interés en juntar a sus amigos en su casa solo para escuchar a un hombre? ¿Qué era tan importante como para invertir tiempo, recursos, espacio y abrir su casa para reunirlos para escuchar a un simple mortal como Pedro? Todas esas preguntas vienen a mi mente para darnos cuenta de la gran responsabilidad que tenemos los que decimos ser llamados por Dios, para llevar

NO CORRAS

  Salmo 37:7-10 “Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, Por el hombre que hace maldades. Deja la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer lo malo. Porque los malignos serán destruidos, Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra” Cristianos o no, vivimos en medio de una generación oprimida por el cansancio. La velocidad creciente con la que cada día el mundo se mueve, nos hace mantenernos hasta inconscientemente en un estado de tensión que inevitablemente nos llevará a la fatiga mental física y hasta espiritual. Es, por lo tanto, necesario para nosotros el mantener vivo el mensaje del salmista el día de hoy al invitarnos a la calma, al «silencio» de descansar y «Esperar» en El Señor. Por otra parte, el consumismo que respiramos, también produce fatiga. Los bienes pasan de moda muy rápidamente. Las herramientas de comunicación son sustituidas por los fabricantes, incluso antes de que

Y...¿HASTA CUANDO?

  Romanos 13:7  “Pagad a todos lo que debáis… al que honor, honor” Como todo pastor que se jacta de amar y cuidar el rebaño que el Señor nos ha encargado, he cometido el error de creerme el Mesías de mi congregación. He creído que estoy obligado a honrar a personas que realmente no desean ser honradas.  Primero porque no responden a esa honra.  Luego porque con sus actitudes me hacen saber que no necesitan esa honra.  Que quizá ya tienen suficiente como para agregarle un poco más a sus vidas.  Pero me ha llevado años comprender ese síndrome mesiánico que nos ataca a nosotros los que estamos a cargo de una congregación.   Hoy he aprendido a respetarlos, amarlos y dejarlos libres. Que sea el Señor Jesus a través de su Espíritu Santo quien se encargue de llevarlos sanos y salvos a su destino.  Es decir, llegué al vértice de los caminos en donde se dividen las rutas. Y me surgió la pregunta que utilizo para este escrito: Y, ¿hasta cuando tengo que honrarte? Porque Pablo nos dic

SALVANDO EL HONOR DE UN AMIGO

  Juan 2:3 “Cuando se acabó el vino, la madre de Jesús le dijo*: No tienen vino” Bueno, eso de que Jesus es un buen amigo lo hemos repetido hasta en las canciones que luego se han vuelto himnos que cantamos en el cantoral de las iglesias.  Si se imprimieran todavía los himnarios ese canto aparecería entre sus  páginas. Una hermana que estaba por morir, en sus últimos días lo cantaba una y otra vez.  “Jesus, mi buen amigo, mi dulce caminar, llévame contigo, no quiero volver atrás…” Inés, que así se llamaba la hermana, falleció a los pocos días de haberla ido a visitar con mi esposa en su lecho de agonía.  Fue allí en donde la escuché cantar ese canto.  Hermoso al oírlo en la voz de una mujer que vivió para Cristo durante muchos años, y un buen recordatorio que ese canto fue su plegaria musical para irse al lado del Padre cuando el momento de partir llegó. Pero Jesus es mucho más que un buen amigo convertido en canción. Es un Amigo de verdad.  No importa como lo tratemos, si c

¿QUE ME CONOCES, DICES...?

Mateo 7:23  “Y entonces les declararé: "Jamás os conocí…” El matrimonio juega un papel muy importante en el desarrollo humano. Fue creado por nuestro Dios para que el hombre, primero, no estuviera solo, que tuviera a su lado una mujer que lo ayudara a buscar su Rostro, que lo empujara a santificarse en bien de ella y de sus hijos y sus bienes.  Segundo, esa mujer iba a jugar un papel muy importante en la vida del hombre: que se conociera a sí mismo.  Que conociera sus debilidades y falencias para que en el transcurso de su vida fuera creciendo en sí mismo hasta llegar a ser la Imagen y Semejanza de su Creador. Ese es el papel fundamental de la mujer en la vida del hombre.  Pero el secularismo presente que es el mal del siglo, ha dañado esa función y la mujer a pasado a ser una “compañera” simplemente del hombre en el concierto de un matrimonio.  Ya la mujer no es la mujer que Dios creó para que ayudara a su Hombre a cumplir sus propósito y planes para su vida. Es por eso q

POR POCO...

  Hechos 26:28  “Y Agripa respondió a Pablo: En poco tiempo me persuadirás a que me haga cristiano” Lástima… Si hubiera seguido escuchando lo que Pablo tenía que decirle, ahora estuviera gozando de las Delicias del Señor junto a todos aquellos que lo aceptaron como su Señor. Pero Agripa ya tenía un señor y no pensaba cambiarlo.  No sabía que sobre un señor siempre hay un Señor sobre él.  Y ese Señor era el que Pablo le estaba presentando. El señor de Agripa era el César.  El Señor que Pablo le estaba presentando era al Señor Jesus. Pero cambiar los paradigmas idólatras de tanto tiempo arraigados en un corazón humano es tan difícil que a menos que el Espíritu Santo convenza, nadie es capaz de convencer. Y Agripa, aún siendo un rey con poder, con influencia y con libre albedrío rechazó el ofrecimiento que Pablo le estaba haciendo.  Prefirió a César antes que a Jesus. Hoy las cosas no han cambiado en nada. Tristemente, sentados en las sillas de las Iglesias cristianas hay m

¡AH, ESOS EVANGÉLICOS...!

2 Corintios 5:17  “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas” Me gusta ver Animal Planet.   Me gusta porque me enseña mucho acerca de como los naturalistas, cuando encuentran un animal salvaje herido o enclaustrado los cuidan, lo restauran y después de un largo proceso, lo enseñan a volar si es ave, lo enseñan a cazar si es animal de presa y después de que el animal a aprendido a valerse por sí mismo, lo llevan a un espacio abierto en la sabana y lo liberan. De esa manera he aprendido todo lo que enseñan con respecto a que un animal salvaje debe estar en libertad y no en cautiverio.   Son pocas las situaciones que ya no tienen reversa, pero por lo general todos han logrado aprender a vivir en situaciones de libertad aunque al principio son animales temerosos, cobardes, sin carácter para valerse por sí mismos e incluso, he visto algunos programas en donde algunos no logran adaptarse a la vida que les correspond

SER LUZ

Hechos 13:47 “Te he puesto como luz para los gentiles…” Como siempre lo he dicho y escrito, la iglesia está llena de evangélicos y no de cristianos. Basta con ver como se comportan en el Templo para darnos un botón de muestra de con quienes estamos compartiendo sillas y culto. Porque lamentablemente los pastores se han preocupado por enseñar a la gente que se congrega que dentro del Templo deben guardar ciertas normas de protocolo evangélico: Las mujeres, cubrirse la cabeza cuando están cantando pero que se la quiten la mantilla cuando están adorando.  Que deben llegar sin maquillaje porque eso es señal de carnalidad. Que no se deben peinar porque eso no es agradable a Pedro. Que no se estén riendo porque la risa es del diablo. No deben usar zapatos de tacón porque no es signo de santidad, que deben andar en chancletas, con las uñas sucias y sin recortar.  Nada de depilarse las cejas, que las deben dejar como Dios se las ha dado y mientras más peludas más santas. Cuidado quien