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Mostrando entradas de junio, 2019

MOISES

Deut. 34:10 “Y nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien haya conocido Jehová cara a cara” El aislamiento es el terreno señorial de las almas superiores.  La gloria vive en esa cima como los sueños.  Y es en esas soledades donde el pensamiento abre sus grandes flores mágicas.  El silencio es como el Lotus, genitor de quimeras encantadas.  La sabiduría es flor de aislamiento y de tristeza.  Hombre aislado es hombre fuerte. La fortaleza no está solo en los músculos, también está en conocerse uno mismo. Hacer una introspección para darnos cuenta que no somos lo que creemos que somos. O lo que los demás creen de nosotros. Es en la soledad del desierto en donde encontramos la verdadera oportunidad de ver a Dios cara a cara y poder ver en su Majestad nuestra naturaleza y no levantarnos como estatuas vivientes ante los demás. Dice la Biblia que no ha habido otro gran hombre como Moisés. Excepto Jesús, nadie ha superado a este hombre. El pueblo de Israel lo tiene como un

MONUMENTOS

     Josué 4:6 “¿Qué significan estas piedras?” Dios siempre le dijo a su pueblo que por dónde quiera que pasaran dejaran monumentos de piedra con un propósito: no olvidar lo que Èl habla hecho en el pasado a favor de sus hijos. Para que esos monumentos sirvieran como una señal de la fidelidad de Dios. Para que cuando sus herederos les preguntaran ¿qué significan estas piedras? ellos les contaran las maravillas que habían visto hacer a su Señor Dios. Eso es lo mismo que debemos hacer hoy para nuestros hijos y nietos. Lamentablemente los padres ya no dejan monumentos de su fe o buena conducta a sus hijos y herederos. Es por eso que estamos viendo una generación totalmente acéfala, carente de ejemplos de virtud y buenas costumbres. Y como niños y jóvenes, ellos necesitan ejemplos vivos, ejemplos que les muestren las virtudes dignas de ser elogiadas. A falta de esos monumentos en los hogares y en las vidas de sus padres, ellos se han vuelto a los monumentos de Hollywood,

ENSEÑAR O EDUCAR

Levítico 19:32 “Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo Jehová.” Advertencia: “Leer este artículo puede lastimar susceptibilidades. Se recomienda encomendarse al Señor” Estamos creando una generación de gentes mal educadas. Malos padres, malas madres, malos hijos. Malos ciudadanos. Malìsimos cristianos. Y en esto todos hemos fallado. Porque hemos dejado la educación de los hijos en manos de personas que no tienen nada de educación. Por lo tanto no saben como educar. Para aclarar las cosas, debo decir que no es lo mismo enseñar que educar. Enseñar es transmitir conocimiento. Y eso lo hace la escuela. Educar es formar valores, inculcar principios, moral y ética para la vida. La escuela no educa, solo enseña. Se educa en el hogar. Desde la cuna. Mejor dicho, nueve meses antes de que nazca el niño hay que educar a la madre.  Pero el trajín del siglo ha hecho que las madres abandonen la educación de sus hijos.

EL MATRIMONIO

Mateo 19:3 “Entonces vinieron a él los fariseos, tentándole y diciéndole: ¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?” ¡Cuando no, los fariseos! Siempre buscando un pretexto para no obedecer la Palabra del Señor. Siempre buscando subterfugios para justificar su falta de obediencia y ética cristiana. Siempre queriendo salir, como decimos en Guatemala, “en caballo blanco”.  Estos guardianes de la religión le preguntan a Jesus si es lícito divorciarse de la esposa. No voy a entrar en todos los detalles porque todos conocemos esa platica en la que Jesus los deja plantados y avergonzados. Mejor iré a otro nivel del mismo asunto. Seamos claros: El matrimonio es un misterio. Quien ignore esto fácilmente fracasará en poder mantenerse fiel y unido a la mujer que tome por esposa. Este misterio lo aclara Pablo cuando nos dice que es lo que Jesus hace y hará por su Iglesia. Y como misterio que es, debemos escudriñar qué hay debajo de la tinta de esa palabra “matr

A TU CASA

                                                          Lucas 8:39 “Vuelve a tu casa, y cuenta cuán grandes cosas Dios ha hecho por ti. Y él se fue, proclamando por toda la ciudad cuán grandes cosas Jesús había hecho por él” El miasma del pecado hace que el ser humano se revuelque en él sin darse cuenta de su propia condición. El hombre era un rechazado por todos. Sucio, desnudo, hediondo, lleno de ira, sin familia, sin hijos que lo besaran, hacia tiempo que nadie lo tocaba porque infundía miedo. Comía sobras. No hablaba, rugía. En su mirada se notaba un odio terrible hacia todo y hacia todos. Cuando estudie la maestría en Divinidades me enseñaron el alfabeto que explica las diferentes conductas que rigen al ser humano. Entre ellas este la conducta “R”. Significa: resentimiento, rencor, rechazos, rabia y un largo etcétera. Esta conducta hace que la persona que la alimenta se vuelva un ser despreciable. Y luego se queja de que nadie lo quiere, nadie le habla, nadie quiere