Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2011

LAS CRISIS...

Si no veo y meto mi mano en los agujeros de los clavos en sus manos, si no meto mi mano en su costado, yo no creeré que Jesús está vivo... Más o menos esas fueron las palabras de Tomás, el apóstol que no estaba cuando Jesús se aparece a alguno de ellos... Le habían contado que Jesús había resucitado. Era algo que rompía su monotonía de fe. Es cierto, Tomás había visto milagros. Había participado en muchos de ellos... pero eso a que un muerto bien muerto como Jesús que anda por allí vivito como si nada... hay mucha diferencia. Tomás está en crisis. Está confundido. Y su confusión lo hace ser pragmático. Directo. Malcriado a veces, pero franco. Frontal pues...   Las crisis de fe son necesarias para nuestro crecimiento. Son el martillo que nos moldea en el yunque donde se forma la fe. Las crisis son dolorosas, nos dejan sin familia, sin amigos y sin nadie más que nos comprenda y nos ayude.   ¿Qué podían decirle los otros compañeros? ¿Qué palabras pueden ayudar a Tomás en

EL ARCO IRIS...

Hoy en día todo es afán por alcanzar aquello que nos atrae. Especialmente las cosas materiales. Hogares se destruyen porque los cónyuges invierten menos tiempo para lo que tanto lucharon por estar: juntos... El afán por tener lo que tienen los otros nos ha separado. Cada uno de los cónyuges salen a sus trabajos en la mañana. No se ven durante el día y vuelven en la noche cansados, frustrados a veces, enojados con la sociedad, los automovilistas del camino o con ellos mismos porque ese día no lograron sus metas de ventas... Y se desahogan viendo los noticieros nocturnos cada uno en su TV Plasma... pero sin tocarse, sin hablarse ni siquiera sin verse a los ojos. Quizá comen en silencio, pensando cada uno cómo mejorar sus estrategias profesionales el día siguiente. Todo para alcanzar sus propias metas. Para tener más dinero en sus cuentas bancarias, o más recursos para gastar...   Es el síndrome de este siglo. Quién más tiene más puede. La pirámide del éxito ordena que no

AMANDO A LOS DIFICILES...

Señor, ¿quieres que hagamos bajar fuego del cielo y los consuma...?   Señor, te invito a una cena en mi casa, estarán mis amigos y conocidos... ¿irías?   Y Pedro, sacando su espada, le cortó la oreja a Malco, un soldado  que iba a capturar a Jesús.   La lista es larga y sigue...   Qué difícil debió haber sido para Jesús amar a sus amigos. Unos querían hacer bajar fuego del cielo solo porque no quisieron recibir a su maestro. Eran los hijos del trueno. Hacían honor a sus nombres. Mateo lo invitó a cenar a su casa, rodeado de sus amigos publicanos como él. ¿Se imagina esa famosa cena? Unos hablando de prostitutas. Otros presumiendo de sus ilícitos negocios. Otros contando chistes colorados y otros criticando al gobierno. Y Jesús en medio de todos. Probando los bocadillos que habían puesto en azafates de plata... observando y siendo observado. Pedro, sacando lo mejor de su carácter: violento y fielmente equivocado. Jesús le dice que guarde su espada y le recompone la

ZAQUEO

Buscar a Jesús tiene sus riesgos. No lo digo para que se decepcione de buscarlo o de tratar de conocerlo. No, no malinterprete mis palabras. Pero lo digo con franqueza: Querer conocer a Jesús tiene sus bemoles. La mayoría de gente lo busca para lograr algún milagro. Otros una sanidad. Otros para que les cancele las tarjetas de crédito para seguir gastando... otros para que les consiga pareja. Eso es todo, Jesús, no necesito más. Dame lo que te pido y good bye... He oído tanto de Ti que quiero conocerte, tenerte en mi casa por un tiempo... quizá si te invito a comer un día de estos podremos platicar un rato y me anotas en tu lista de contactos para cuando yo muera podré buscarte en algún lugar del cielo que ofreces... eso es todo. Eso es todo lo que quiero... Por lo demás, después de charlar un rato contigo y tus ángeles, quiero seguir con mi estilo de vida. No quiero que te sientas comprometido a quedarte todo el tiempo conmigo, solo déjame saber más de Ti y nos vemos. P

LOS DIPLOMAS EN LA PARED

Los diploma son importantes para nuestro crecimiento. ¿Quién no ha deseado ganarse un diploma? Desde pequeños, ya en nuestros primeros años de escuela hemos sido premiados con diplomas. Y si tuvimos suerte que nuestros padres llegaran a ver nuestros logros, ellos, orgullosamente, llevaban al salir del acto, el diploma que nos dieron en aquella ocasión. Algunos los guardaban y se perdían entre los papeles de la casa... otros, inmediatamente compraban un marco y los colgaban en la pared como un recordatorio del logro de su pequeño. Lo colgaban para mostrar a las visitas de lo que su hijo o hija habían logrado. O lo ponían en su cuarto para que su niño o niña recordara que era capaz de lograr metas... Esos diplomas nos incentivaban para ir más alto, más rápido, mas lejos... como fue el lema de unas olimpíadas.   Los diplomas son una muestra de lo que podemos lograr. Y son reconocimientos que otros nos dan como una acción de gracias. Tengo la costumbre, como pastor, que cu

GADARA

Usted no me la va a negar pero hay lugares que todos evitamos.   No nos sentimos cómodos cuando tenemos que ir a alguno de esos lugares que dan ñañaras.   Lógicamente los evitamos  a toda costa. Ya sea por la violencia, por la mala fama o porque no son lugares que nos agraden. Y tampoco nos atrevemos a acercarnos siquiera. Y, si por mala suerte allí vive alguien a quien le tenemos algo de cariño pensamos y repensamos ir a visitarle. Mejor nos citamos en otro lugar más "cerca" pero evitamos ir a su lugar de vivienda. Por mucho amor que le tengamos a ese alguien. Gracias pero mejor nos vemos en otro lugar...   Eso le pasaba a los judíos del primer siglo. No los juzguemos tan a la ligera. Tenemos con ellos algo en común. No nos gustan los riesgos.   Los judíos en mención evitaban a toda costa ir a Gadara. Es cierto que ese lugar gozaba del privilegio de tener una economía bonante. Era una de las diez ciudades griegas o Decápolis.  El turismo no era su fuerte p

EL REINO DE DIOS

Buscamos de todo, menos lo que nos conviene. En la televisión americana hay un programa que se llama "Los Acumuladores". Es una serie que muestra a personas con el síndrome de Diógenes. Guardan basura. Cosas inservibles. Guardan tanto que ya no tienen ni donde dormir ni comer. Algunos incluso, alquilas bodegas para guardar lo que guardan. He visto con lástima como esas personas no logran deshacerse de las cosas que han acumulado y sufren su desgracia con llanto y desesperación.   Son personas que están vacías de algo. Y ese algo lo llenan acumulando cosas. Buscan y rebuscan para lograr calmar su necesidad de tener algo propio. Fueron niños a quienes les quitaron todo y ahora que pueden y son adultos, nada los detiene. Andan de compras todo el tiempo. Buscan "sus" cosas para sentirse tranquilos. Y acumulan. Y la acumulación los destruye.   Pero hay otro tipo de gentes que también acumulan cosas. Están en las iglesias, sentadas junto a nosotros mu

EL REINO DE DIOS

Buscamos de todo, menos lo que nos conviene. En la televisión americana hay un programa que se llama "Los Acumuladores". Es una serie que muestra a personas con el síndrome de Diógenes. Guardan basura. Cosas inservibles. Guardan tanto que ya no tienen ni donde dormir ni comer. Algunos incluso, alquilas bodegas para guardar lo que guardan. He visto con lástima como esas personas no logran deshacerse de las cosas que han acumulado y sufren su desgracia con llanto y desesperación.   Son personas que están vacías de algo. Y ese algo lo llenan acumulando cosas. Buscan y rebuscan para lograr calmar su necesidad de tener algo propio. Fueron niños a quienes les quitaron todo y ahora que pueden y son adultos, nada los detiene. Andan de compras todo el tiempo. Buscan "sus" cosas para sentirse tranquilos. Y acumulan. Y la acumulación los destruye.   Pero hay otro tipo de gentes que también acumulan cosas. Están en las iglesias, sentadas junto a nosotros muchas

DOS VOCES...

Normalmente estamos expuestos a escuchar dos voces cuando se trata de algo importante. La duda y la fe. El temor y el valor. La sanidad y la enfermedad. Prosperidad y pobreza. Vivimos en un mundo dual. El bien y el mal conviviendo juntos. Lo difícil, cuando estamos en crisis es saber quién nos está hablando. O a quien le vamos a creer. La fe dice que sí se puede. El temor nos dice que no hay salida. La enfermedad nos dice que no se va a quitar, la sanidad nos dice que hagamos lo imposible por creer. La pobreza dice que así nacimos, que nos conformemos... la Palabra de Dios dice que digamos que somos ricos. Antagónico, ¿cierto? Así está Jairo en los momentos en que había dejado a su hijita enferma en cama. Su esposa indudablemente se quedó a su lado aplicando compresas húmedas en la frente de la niña para ayudar a bajar la fiebre que la ha estado atormentando toda la noche. No ha comido ni probado bocado desde el día anterior y ya se nota el deterioro de su salud. La m

TUVE MIEDO...

Adán ha pecado. Hizo lo que nunca debió hacer: desobedeció a Dios. Y eso le trajo consecuencias muy dolorosas... Dios le reprende. Lo expulsa del Edén y lo envía a trabajar la tierra. Dentro del Jardín no tiene que sudar, todo lo tiene por la Gracia y Misericordia del Señor. Es un vergel lleno de exuberantes frutos y alimentos que Dios le ha preparado. Pero ahora tiene que afrontar las consecuencias de su desobediencia...   Pero antes, un poquito antes de salir del huerto y encontrarse con los cardos y espinos que tiene que vencer para ganarse el pan de cada día, tiene un encuentro doloroso con la realidad. Un encuentro que Dios ha tenido que confrontar con él, porque él, Adán, sencillamente no sabe como arreglar.   Después de pecar junto a su esposa, Adán sabe que algo se ha roto entre ellos y Dios. Sabe que ya no podrá ser el mismo. Sabe que su posición de confianza ante el Creador ha disminuido terriblemente. Y hace lo único que se le ocurre... entra en pánico y se

LAS TORMENTAS

Eran expertos lobos de mar. Conocían cada lugar del lago. Iban confiados en su experiencia ya que por años han estado en esos lugares, es más habían nacido cerca de sus riberas. Así que, este viaje será uno más de los que han realizado por años... Jesús se ha retirado a un rincón a dormir una siesta. Ellos lo notan pero no le dan importancia al hecho que se duerma.  Seguramente van platicando y comentando los últimos hechos. Emocionados, recuerdan los portentos y milagros de que han sido testigos. Emoción y alegría es lo que reina en la barca...   Hasta que...   Se levanta una tormenta.   Se pierde el trabajo. El divorcio amenaza el matrimonio. La sirena de la ambulancia llega cerca de la cuadra donde usted vive. Los periódicos anuncian una nueva alza en los combustibles y su sueldo ya no alcanza para más. Lo llaman del colegio para que recoja a su hijito que se ha caído sin razón alguna y perdió el conocimiento. Los abogados del banco enviaron una nota con una orden

EL HIERRO CON HIERRO SE AFILA... (Prov. 27:17

Seamos sinceros: no nos gusta recibir palo...   Huimos cuando alguien nos trata mal o respondemos con aspereza para defendernos del supuesto ataque a nuestro ego.   No aceptamos corrección. Menos de la persona que vive con nosotros. Lógicamente, escribo esto para hombres, hombres "muy" hombres. Aunque también para las mujeres "muy" mujeres. Porque en este bendito mundo hay de todo. La dualidad en el corazón del hombre necesita ser guiada por alguien. Y, normalmente no es el Señor quien nos guía hacia el buen sendero. Por eso tiene que usar personas, personas de carne y hueso para que hagan Su trabajo. Ya que no le hacemos caso a Él ni a su Palabra... nos pone a alguien a quien tengamos que escuchar... y obedecer. Nos guste o no. Tarde o temprano caeremos en esas redes.   Einstein demostró que todo está en constante cambio. Newton estaba equivocado. No hay cuerpos en reposo. Lo que es cierto en el mundo físico parece ser cierto en el mundo de la

EL TEMOR Y LA FE

Conozco dos hermanos que son equidistantes uno del otro. La mayoría de las veces caminan juntos. Uno huye del otro. Y el otro trata siempre de alcanzarlo. Es una lucha que creo que nunca va a terminar... hasta que Cristo nos lleve a su Mesa. Mientras tanto, tenemos que vivir con esos dos gemelos a nuestras espaldas...   Son el Temor y la Fe.   Abraham fue un hombre de mucha fe. Pero el gemelo de la fe lo visitó muchas veces. Y lo venció. ¿Qué fue a hacer a Egipto cuando hubo hambre en su tierra? ¿Acaso su Amigo, el Shadday no le dijo que iba a andar con él siempre? ¡Ah! pero el temor ganó la batalla... aunque Dios fue el Verdadero ganador.   Jacob fue un hombre de fe. Pero cuando sus hijos le engañaron con las ropas ensangrentadas de José, les creyó más a ellos que a su amigo el Todopoderoso. Y pasó veintiún años de luto. Hasta que Dios venció el temor y puso al extraviado José en la segunda posición en Egipto.   Pedro ha sido el único mortal que caminó sobre el a

"LOS FEOS" QUE SOLO DIOS AMÓ... (2)

Continuando con el asunto de los "feos" que todos evitan porque inspiran miedo, terror y desconfianza, ahora quiero hablar de otros "feos" que andamos por allí...   Solo que estos "feos" sí usan camisas y de marca. Relojes finos. Anillos lujosos. Se mueven no a pie y descalzos, sino en camionetas de lujo. No viven en la Tutunichapa sino en colonias de lujo. No inhalan pegamento ni solvente de pinturas para matar el hambre pero inhalan otras cosas para matar su sed de sexo y perversión. Estos "feos" son los que andan en las calles de saco y corbata. Se rasuran todos los días, se hacen el manicure, pedicure y tratamientos faciales. No huelen a basura sino a lociones caras y finas. Aunque sus corazones apestan a hipocresía y maldad. Son los "feos" vestidos con ropas finas. Es más... no se nota que sean "feos"...   Solo Jesús sabe lo que son. O, mejor dicho... lo que somos...   Porque estos "feos" que n

"LOS FEOS " QUE NADIE QUIERE... (1)

En una esquina que está en el enclave de la 25 avenida y la calle Gabriela Mistral de la ciudad de San Salvador hay un pedacito de tierra que se llama Tutunichapa. Tiene mala fama socialmente porque dicen que allí se vende droga. Viven gentes de escasos recursos, apiñados en una colmena multicolor en donde se confunden ventas de comida con ventas de otras cosas. Yo he cruzado su comunidad varias veces porque necesito pasar por allí para incorporarme a la calle que me trae a casa después del servicio de la Iglesia que pastoreo. A veces, en la noche, cuando algunos hombres jóvenes y adultos ven mi camioneta ingresar a su comunidad se ponen de pie, pensando que soy uno de los clientes que buscan "algo" que ellos tienen. Normalmente, en un gesto mecánico, al nomás entrar a su sitio nos aseguramos de tener los vidrios de las ventanillas del auto bien cerradas, el seguro de las puertas puesto para evitar un susto. ¿A qué se debe? Es que hemos caído en el síndrome que

¿COMO LE RECORDARÁN? (2a. parte)

Los hombres realmente somos crueles para recordar. Difícilmente buscaremos alguna virtud en alguien para basar nuestros recuerdos de esa persona. Casi siempre buscamos sus cosas feas. Sus defectos. Sus miserias... Y los recordamos bajo esos estigmas. Y lo peor de todo... los publicamos miserablemente. Nos hacemos reos dignos de muerte, según lo dijo Jesús.   Cuando hablamos del hijo pródigo lo hacemos pensando en el chiquero a donde fue a parar. Comparamos a nuestros hijos, esposos, hermanos y a todo aquel que nos cae mal con el hijo pródigo. Pero no los comparamos como cuando fue a pedir perdón sino cuando deseaba comer de las algarrobas de los cerdos.   Cuando recordamos al joven rico lo hacemos bajo la premisa que fue un tacaño. Que no quiso dar de lo que tenía a los pobres como le dijo Jesús.   Cuando hablamos de Pedro lo hacemos recordando sus negaciones a Jesús, sus maldiciones, su mal carácter, su traición.   Por eso no prosperamos ni espiritual ni materialme

¿BUENO? ...¿YO...? (Mr. 10:18, 1a. parte)

Llamar " bueno" a alguien tiene sus riesgos. La mayoría de las veces lo hacemos con personas que nos caen bien, que nos hacen un favor o porque hay empatía hacia ellos. Y, lo doloroso de todo esto es que después, algún día, esa persona nos dejará solos, se va de nuestro lado y se olvidará de nosotros...   El joven rico de la historia se acerca a Jesús y le da ese título. Esperaba que al decirle "bueno", Jesús le diera la respuesta que deseaba oír, pero Jesús le sale con algo totalmente distinto... ¿Por qué me llamas "bueno"? Solo Dios es Bueno. ¿O es que me estás reconociendo como Dios? ¿O es que estás publicando que Yo Soy Dios?   Hoy mi esposa predicó un mensaje sobre este personaje del evangelio de Marcos. Estuvo muy emotivo y me dio la premisa para escribir algo de esto y usted lo está leyendo. Muchas veces nos acercamos a alguien para pedirle algo a nuestro favor. Y empezamos como el joven mencionado... sobamos la leva, como se dice.