EL TEMOR Y LA FE

Conozco dos hermanos que son equidistantes uno del otro.
La mayoría de las veces caminan juntos. Uno huye del otro. Y el otro trata siempre de alcanzarlo.
Es una lucha que creo que nunca va a terminar... hasta que Cristo nos lleve a su Mesa.
Mientras tanto, tenemos que vivir con esos dos gemelos a nuestras espaldas...
 
Son el Temor y la Fe.
 
Abraham fue un hombre de mucha fe. Pero el gemelo de la fe lo visitó muchas veces. Y lo venció. ¿Qué fue a hacer a Egipto cuando hubo hambre en su tierra? ¿Acaso su Amigo, el Shadday no le dijo que iba a andar con él siempre? ¡Ah! pero el temor ganó la batalla... aunque Dios fue el Verdadero ganador.
 
Jacob fue un hombre de fe. Pero cuando sus hijos le engañaron con las ropas ensangrentadas de José, les creyó más a ellos que a su amigo el Todopoderoso. Y pasó veintiún años de luto. Hasta que Dios venció el temor y puso al extraviado José en la segunda posición en Egipto.
 
Pedro ha sido el único mortal que caminó sobre el agua. Pero el hermano de la fe lo distrajo y vio las olas y tuvo temor y se hundió. Pero Jesús estaba cerca y lo salvó.
 
El rabino Saulo de Tarso, el valentón matador de cristianos tuvo su encuentro con la fe. Camino a Damasco, echando humo por las narices iba dispuesto a llevar a la cárcel a todo aquel que mencionara el Nombre del Señor... Una luz lo cegó y le hizo doblar las rodillas. Y tuvo temor. Temor a lo que no conocía. Y Jesús lo convirtió en fe.
 
Carlos Israel, el que escribe también ha tenido sus episodios de fe y de temor. Ambos me han servido para lograr  que la agenda del Señor se cumpla en mi vida. Y, como a Abraham, como a Jacob, como a Pedro, como a Saulo y muchos más, me ha sacado del Temor y me ha llevado a la Fe. Solo Él puede convertir el llanto en gozo. El desierto en manantiales. El cilicio en lino. La grana en lana...
 
El temor nunca escribió una poesía. Nunca ha sanado una enfermedad. Nunca ha sacado a nadie de la pobreza. Nunca ha resuelto la violencia que ataca a El Salvador. Nunca salvó un matrimonio ni un negocio en quiebra. La fe sí lo hizo. La fe de los grandes que no se dejaron vencer por el temor sí lo han hecho. Como Gandhi. Como la Madre Teresa. Como Sor Juana Inés. Como los mineros chilenos que creyeron en Aquel que los guardó bajo tierra, porque dos mil años antes Uno que también fue enterrado bajo tierra fue resucitado, fue levantado a la superficie y hoy está Sentado a la Diestra de la Majestad...
 
¿Donde está oh, muerte tu victoria? La fe y el temor andan por allí, juntos, tratando de hundir al que se deje...
 
No sea usted uno de ellos. Jesús ya venció a uno de ellos. Y hoy, como dijo Pablo... Quedan la Fe, el Amor y la Esperanza.

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