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Mostrando entradas de agosto, 2011

AMOR CON PROPÓSITO

No estoy hablando de un libro que salió a la venta hace unos años. Hablaré a su corazón basado en el Amor de Dios que no esperó a que se escribiera un libro para hacer lo correcto: Amar con propósito...   La mayoría de nosotros no sabemos amar con propósito. Y si lo hacemos, amamos con el único propósito de sentirnos bien NOSOTROS. Eso es amor egoísta. Es amor hacia mí mismo, no hacia mi prójimo. En una palabra, no es amor... es egocentrismo.   Antes debo decirle que Dios tiene una línea de fuego para todos nosotros sus hijos. Quien traspase esa línea cae bajo el fuego de Dios. Eso le pasó al pueblo de Israel, el Israel del segundo Templo. Lo que causó su dispersión actual fue que se odiaron. Se odiaron sin propósito. No sabían porqué, pero se odiaron. Eso los llevó a la línea de fuego de Dios. Y les llegó la diáspora. Hoy, el pueblo de Israel sigue dispersado esperando su Tercer Templo...   Lo contrario al odio sin propósito no es amar sin propósito.   Imagine que

EL DISCIPULADO...

Hay gente que pasa años y años sentados en las sillas de la Iglesia. Escuchan cientos de sermones. Participan en cientos de actividades. Cantan miles de coros y hacen miles de oraciones... pero no ganan ni un alma para Cristo... No colaboran con su Iglesia. No discipulan a nadie. A veces ni a su propia familia, mucho menos a sus amigos. Y es que hay un error en el pueblo cristiano. Creen que hacer discípulos es un ministerio. Pero no, no es un ministerio. Es una orden. Lo dijo Jesús en Mateo: vayan y hagan discípulos. Jesús nunca dijo que se sentaran a ver pasar el tiempo. Nunca dijo que se aprendieran la Biblia de memoria. Nunca dijo que fueran a un seminario teológico por cinco años a aprender cómo es Dios. Simplemente dijo: Vayan y hagan discípulos...   Le contaré una historia de un excelente discipulador:   Jesús llega a Gadara. Encuentra a un hombre que está poseído por una legión de demonios. Vive en el cementerio y se alimenta de basura. Su pueblo lo ha desec

MI PAZ OS DOY...

¿Por qué tendría Jesús que decirnos en su Evangelio: "Mi paz os dejo, mi paz os doy. No como el mundo la da yo os la doy"?   ¿Acaso paz no es paz? ¿Hay otras clases de paz entonces? Veamos...   Eirene es la palabra griega para paz. Es ausencia de guerra. Es paz mental. Mientras no peleemos estamos en paz. Mientras no me molesten estoy en paz. Mientras tenga dinero estoy en paz. Mientras mi pareja me sea fiel vivimos en paz...   Pax  es la palabra latina para paz. Era la pax romana. Mientras haya poder, hay paz. Mientras haya autoridad hay paz. Mientras la bota romana esté en acción hay paz. Es decir, mientras el hombre le pega a la mujer en esa casa hay paz. Mientras la mujer insulta a su marido hay paz. Para que no se enoje... y haya paz.   Shalom es la palabra hebrea para paz. Es una paz espiritual. Es la paz del alma. No tiene nada que ver con dinero. No tiene nada que ver con golpes, ultrajes, insultos ni mencionar a la mamá de la pareja. Esta paz no t

¿QUIEN ES SABIO...?

El que mira hacia el futuro...   La mayoría de evangélicos (no cristianos) sufren de miopía espiritual. Lo digo porque, durante mis varios años de estar en el evangelio he visto a tantas y tantas personas abandonar sus congregaciones porque algo que se predicó y tocó una llaga no les gustó y la abandonaron.   No se dan cuenta que el Médico de médicos que es Jesucristo, lo que hizo fue tocar un punto de dolor. Y ese dolor le servirá para trabajar con ese paciente. Pero el paciente abandona la sala... y se aleja llevándose su mal... sin sanarse. Eso es miopía. Es no ver hacia el futuro. Se alejan de su congregación y se van a otra y no se dan cuenta que ponen en peligro a sus hijos, su familia y, muchas veces, su propio hogar.   No estoy hablando de que no dejen al Señor. Eso es diferente. Dejar al Señor es abandonar totalmente su relación con Él. Estoy hablando de los que, al escuchar una palabra que toca un punto sensible de su alma inmediatamente toman la decisión d

CARGANDO CADÁVERES...

La señora siempre se mantenía triste, decaída y con un desarreglo personal que daba lástima. Siempre vestía de negro. Dejó de maquillarse. Ya no se peinó. Si se bañaba era por el calor de su pueblo, no por las ganas de vivir limpia. Su aspecto era el de una mujer abandonada, solitaria, amargada y que se condolía de su dolor...   Su hija, una niña vivaracha y alegre trataba por todos los medios de ayudarla en lo que pudiera pero todo había sido en vano. Su vida al lado de su madre se estaba volviendo gris, sin horizonte ni futuro alguno. Su casa había caído en una desgracia total. La cocina era un hervidero de moscas, la suciedad se veía por todos lados... La chiquilla se estaba decepcionando de su madre a quien amaba entrañablemente, pero su viudez no le permitía ver que su hija adolescente y llena de vida necesitaba otro estilo de vida...   Un día el director de la escuela, al ver el estado lastimoso de la niña y que había empezado a perder interés en el estudio, le p

EGOÍSTAS, MIEDOSOS Y TACAÑOS...

No se asuste por el título que le he puesto a este artículo. Espero también no ofenderlo con él. Pero, si quiere averiguar por qué le he puesto así, le invito a seguir leyendo... Y usted descubrirá lo que se necesita para que sucedan los milagros en su vida...   La naturaleza humana tiene varias peculiaridades negativas, pero estas tres son las más visibles. En Marcos 9:14-29 se nos narra la historia de un muchacho que estaba siendo estorbado por un espíritu maligno que lo sacudía y lo ponía en riesgo. El padre acude a Jesús y el Señor le dice: Al que cree todo le es posible. ¿Qué le está diciendo concretamente? Sencillo: le está diciendo que venza su egoísmo, que haga algo para que suceda el milagro. Que no le deje todo a Él. Le dice que: Al que cree todo le es posible. ¿Qué significa esto? Le está diciendo que no tenga miedo de creer, que pierda la inseguridad y que haga un esfuerzo para creer y sucederá el milagro que desea. Le dice: Al que cree todo le es posible...

SUELTA LO QUE TIENES... (Mat. 4)

A Pedro y a su hermano Andrés les dijo: Dejen sus redes y síganme. Y ellos le siguieron.   A Jacobo y a Juan les dijo: Dejen de remendar redes y síganme. Y ellos le siguieron.   A Mateo le dijo: Deja tu mesa y sígueme. Y él le siguió...   Al joven rico le dijo: Deja tus posesiones... Y él no le siguió.   ¿Y a usted? ¿Qué le ha dicho que suelte y le siga? ¿Que suelte su enojo? ¿Que suelte su adulterio? ¿Que suelte su vida carnal? ¿Que suelte el lenguaje profano y abusivo que usa contra su esposa? ¿Que deje sus costumbres viciosas que dañan su vida y la de su familia? ¿Que suelte su orgullo que lo hunde más y más en la soledad? ¿Que suelte a ese hombre interior que lo humilla y lo abofetea cada día?   ¿Qué le ha dicho Jesús a usted? No piense en los otros, piense en usted. No piense en su vecino, piense en usted. Es a usted y a mi a quienes nos interesa saber qué es lo que Jesús nos ha pedido que soltemos y le sigamos. Porque, no está usted para saberlo ni yo para c

¡QUÉ ARROGANCIA...! (Mat. 18:21)

Catorce versos se tomó el Señor para responder a la pregunta de Pedro: ¿Cuántas veces debo perdonar a mi hermano que peque CONTRA MI? (mayúsculas mías). Jesús ha estado hablando de la oveja perdida. Luego pasa a tocar el tema de la ofensa que el hermano nos hace... Y, envalentonado, Pedro hace la pregunta equivocada. Equivocada no porque sea mal hecha sino por el ingrediente de arrogancia que lleva: Que peque contra mí...   Que pequen contra otros no me interesa. Aquí quien está en juego soy yo, Señor. Lo que le hagan a mi pareja no me interesa. Me interesa saber cuántas veces debo perdonar  las ofensas que me hacen a mí... ¿ya vio el pronombre personal que Pedro usa aquí?   En mis varios años de pastorado he vivido muy de cerca esta misma pregunta. Mientras se le llama la atención a terceras personas no hay problema. Incluso hasta se hacen chistes de esa persona. Se comenta que seguramente se ganó el regaño por pecador, por malcriado y por muchas cosas más... Pero, po

...NOS VEMOS COMO... (Núm. 13)

El Señor le ha dicho a Moisés que están prontos a pasar la frontera del desierto para entrar a la Tierra Prometida. Ellos van a poseer lo que les pertenece. Todo el trayecto en el desierto ha llegado a su fin. La Tierra está del otro lado del Jordán. Y el Señor le dice al pueblo: Prepárense porque ustedes van a pelear por esa tierra. Ustedes batallarán por poseerla y se la van a quitar a los habitantes que están en ella y que son unos intrusos. Ustedes son los verdaderos dueños. Yo se la he dado a ustedes y a sus generaciones...   ¿Pelear, Señor? ¿Batallar? ¿Acaso Tú no eres el que ha batallado siempre? ¿Cómo nos dices que vamos a ir a una batalla? ¿No te estarás equivocando, Señor?  Para poder batallar, necesitamos saber cómo es esa tierra... necesitamos enviar espías para que vean cómo es y qué clase de gente vive allí...   Y se comete el peor error en la vida de una nación: desconfiaron de su Dios Poderoso. Durante cuarenta años les había demostrado Su Poder y Su Fi

¿CON QUÉ CRISTAL MIRAS?

Dos hombres enfermos en un cuarto de hospital.   Uno, padeciendo cáncer terminal. El otro enyesado desde el cuello hasta las piernas. Éste, a causa de su accidente se había amargado tanto que odiaba aquel cuarto y a todos los que se acercaban a él.   La cama del paciente de cáncer estaba pegada a la ventana del cuarto.  La cama del otro daba al pasillo.   El paciente de cáncer, todos los días se levantaba, se bañaba y se sentaba en la orilla de su cama viendo hacia la ventana. El otro enfermo le pedía todos los días que le contara lo que veía a través del vidrio de la ventana todo lo que veía...   El enfermo de cáncer le decía todo lo que veía... "hoy veo una pareja sentada en un banco, tomados de la mano se dan besos cariñosos y se dicen palabras al oído. Parecen estar muy enamorados ya que en sus rostros se ve la felicidad de estar juntos. A unos metros de ellos un niño juega con su pelota y siempre está sonriente. De cuando en cuando va donde está la pareja

EL VERDADERO AMOR...

Un gran pez fue capturado por los sirvientes de un conde. Escuchando hablar a sus captores, el pez se consolaba al oír las palabras: "El conde se pondrá muy contento con este gran pez... porque el conde ama el pez..." Aunque sufrió en todo el trayecto al castillo del conde, se consolaba con el pensamiento de lo que decían los sirvientes: "¡Qué hermosura! El conde se alegrará con este pez pues él ama el pescado".  Sin embargo, al llegar al castillo el pez esperaba que lo pusieran en una pecera de lujo o en una laguna ya que había escuchado que el conde ama el pescado. En lugar de un estanque, lo llevaron a la cocina y allí, nuevamente, escuchó decir al cocinero: "El conde estará muy feliz porque él ama el pescado" Por eso, cuando vio que el carnicero levantaba el cuchillo para cortarle la cabeza, el pez empezó a gritarle al carnicero: "El conde no ama el pez, él se ama a sí mismo, él está pensando no en mí sino en él mismo..." Norma

GUARDA TU ESPADA...

Jesús está siendo arrestado en el jardín. Sus discípulos entran en pánico y Pedro saca su espada y le corta de un tajo la oreja al soldado Malco. Está tratando de defender a su maestro. La vida de Jesús es importante para su discípulo y éste no duda en entrar en acción para evitar que lo dañen y se lo lleven. Su acción parece ser la correcta. Pero solo parece... porque para Jesús, no es lo correcto...   Y es cuando le da la orden: Guarda tu espada.   ¿Qué significa esto para nosotros? ¡Mucho!   Proverbios dice que hay palabras de hombre que son como golpes de espada. No son palabras tiernas dichas con un sentimiento de sanidad ni de elevación de la otra persona. Son palabras que duelen, palabras que llegan profundo al corazón algunas veces angustiado, otras veces humillado... y otras, las más de las veces, destruido. Nuestra lengua, dice Santiago, es capaz de adorar al Creador un segundo antes y en el otro maldecir a alguien. Espadazos dichos al azar. Comentarios sue

...Y UNA MUJER...

Marcos 5:25-34 nos narra la historia de "una mujer" que tenía un grave problema desde hacía doce años. Doce años de ser ignorada. Doce años de ser marginada. Doce años de estar olvidada. Doce años de vivir sin que nadie se diera cuenta que existía... Doce años sin ser vista... Hasta que Alguien la vio. Tenía que verla. Y tenía que verla para que otros la vieran... hasta nuestros días la seguimos "viendo"...   ¿Quién era esa mujer antes de Jesús?   Bueno, si somos pragmáticos... no era nadie. Era un espanto viviente andando por las calles de Judá. Era una paria, ignorada por todos. Vivía en las orillas de su ciudad. Cubierta por su manto, se escondía de todos, hasta de ella misma. Anodina, sin nombre, sin cédula de identidad, sin familia y sin amigos...   Hasta que un día, un famoso día, se encontró con su Salvador y Sanador. Se encontró con Jesús. ¡Ah! qué maravilloso encuentro. Eso le cambió la vida. No solo la sanó de su flujo sanguíneo sino ta