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Mostrando entradas de septiembre, 2023

¡CUIDADO MAESTROS!

Santiago 3:1   “Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos un juicio más severo” Eran remilgados. Les encantaba la fama y disfrutaban de recibir elogios de sus pupilos. Habían hecho una ley que decía que si en una batalla, caían prisioneros uno de ellos y uno de los padres de sus estudiantes, a quien debían rescatar era a a su maestro antes que al padre, porque el padre los había traído al mundo material, pero ellos -sus maestros-, los llevaban al mundo eterno. No cobraban ningún salario por sus enseñanzas, pero obligaban a que los recibieran en sus casas y los atendieran a cuerpo de rey para que no les faltara ningún sustento. Exigían que se les atendiera servilmente por sus alumnos y que hicieran lo imposible para que los hicieran sentir cómodos. Si por casualidad, entraba la noche y ellos estaban en algún hogar recibiendo atenciones, tenían el derecho de utilizar la mejor habitación y sus muebles aunque perteneciera a uno de los ancianos

¿QUE TAN ESPECIAL ES?

  Cantar de los Cantares 5:9  “¿Qué clase de amado es tu amado, oh la más hermosa de las mujeres? ¿Qué clase de amado es tu amado, que así nos conjuras?” Una buena mayoría de cristianos pierden su identidad al momento de mimetizarse entre los de su círculo de amistades, compañeros de trabajo o de parrandas. Porque que los hay, los hay. No es fácil ni nunca lo ha sido, permanecer fieles a los principios que dicta el Evangelio de Cristo. Claro, si es el evangelio de los hombres ni hablar. No hay compromiso ni convicción moral para soportar la presión del grupo. Pero si hablamos del Evangelio de Jesus la cosa cambia.  Allí ya no hay negociación. No se puede claudicar. En eso sí estoy de acuerdo con los que predican que salvos siempre salvos, pero desde otra óptica: Una vez cristiano siempre cristiano. Pero lo digo con respecto a la convicción que mi fe es inamovible y no negociable.  Hoy por hoy no solo los jóvenes están expuestos al conflicto de la absorción que el mundo quiere hac

¿POR QUÉ A LOS NIETOS?

Génesis 48:19-20  “Sin embargo, su hermano menor será más grande que él, y su descendencia llegará a ser multitud de naciones. Y los bendijo aquel día, diciendo:   Por ti bendecirá Israel, diciendo: Que Dios te haga como Efraín y Manases” En la Biblia hay sucesos que escapan a nuestra lectura normal de la misma. Parece que se esmera en ocultarnos ciertos detalles que son importantes para poder practicarlas el día de hoy en nuestras familias. Si en alguna época ha sido difícil la educación de los hijos es ésta. No vamos a magnificar nuestro tiempo y culparlo de los fracasos emocionales, físicos, espirituales y familiares solo porque hoy tenemos redes sociales que antes no existían. Celulares con todas las tentaciones que atraen a los jóvenes y de los cuales, los padres creen que tienen la obligación de darles a sus cachorros para que no se traumen y en el futuro se pierdan. Eso es una utopía, pensar que los antiguos no tuvieron los mismos problemas con sus hijos que tenemos nosotros

MI PAZ LES DEJO

  Juan 14:27 “La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” Si algo necesitamos hoy en día es paz. Muchos la buscan en los placeres. En el hedonismo propio de la época. Sexo. Licores. Drogas. Placebos que lo único que producen es drogodependencias. Pero al despertar vuelven otra vez a sentirse deprimidos, solos, abandonados e impotentes de poder salir adelante con sus vidas que cada día se hunden más y más en el miasma de la angustia y la sordidez. Matrimonios que no encuentran la paz en sus trabajos, donde cada uno trata de alcanzar sus metas y mientras buscan y luchan por independizarse, se dan cuenta que han perdido el tiempo tratando de alcanzar una utopía que no es capaz de llenar las ansias del alma, ya que ésta alcanza su bienestar únicamente en su Creador.  Pero ellos lo ignoran o tratan de suplir sus necesidades de autocomplacencia independientes de todo y de todos, tratando de valerse por sí mismos, logrando

DOS CLASES DE TORMENAS

  Mateo 8:24 “Y de pronto se desató una gran tormenta en el mar, de modo que las olas cubrían la barca…” Mi esposa y yo vivimos en un edificio de apartamentos ocupando uno de los niveles superiores. Las ventanas principales tienen vista hacia el cerro San Jacinto, Los Planes de Renderos y parte del área del lago de Ilopango. Es una vista maravillosa que el Señor nos permite disfrutar. En  estos tiempos de lluvias y tormentas, cuando observamos el horizonte las vemos llegar a nuestro lugar con tiempo de antelación, y nos preparamos para cerrar bien las puertas de vidrio  y ventanas para evitar que el agua penetre nuestras habitaciones.  O sea que esas tormentas no nos afectan porque las vemos venir y eso nos permite estar preparados. Pero hay una clase de tormentas para las cuales no tenemos ni el tiempo ni la forma de saber que llegaran a nuestras vidas.  Son las tormentas que nos atacan de pronto, esas cosas oscuras que nos agarran desprevenidos, cuando menos las esperamos y n

SICLAG

  1 Samuel 30:2 “…y se llevaron cautivas las mujeres y a todos los que estaban en ella, grandes y pequeños, sin dar muerte a nadie; se los llevaron y siguieron su camino” Hace unos años fui invitado a participar de un retiro de pastores a un campamento situado en Chalatenango. Fueron dos noches y tres días los que pasé junto a otros siervos del Señor aprendiendo Palabra, siendo ministrado por los directores de dicha actividad y durante esas horas aprendí mucho sobre la Escritura y los testimonios que se contaron en las habitaciones que compartíamos con otros hombres de Dios. Lógicamente, fui con la venia de mi esposa quien se quedó en casa esperando mi regreso. Pero nunca me imaginé lo que estaba por venir.  Cuando llegó el día del regreso, empecé a llamar a mi esposa para informarle que ya iba de regreso a casa pero su celular no estaba conectado. No respondía a mis llamadas.  Una y otra vez traté de comunicarme con ella pero no logré ninguna comunicación. Como casi siempre ando