¿QUE TAN ESPECIAL ES?

 Cantar de los Cantares 5:9  “¿Qué clase de amado es tu amado, oh la más hermosa de las mujeres? ¿Qué clase de amado es tu amado, que así nos conjuras?”


Una buena mayoría de cristianos pierden su identidad al momento de mimetizarse entre los de su círculo de amistades, compañeros de trabajo o de parrandas. Porque que los hay, los hay.


No es fácil ni nunca lo ha sido, permanecer fieles a los principios que dicta el Evangelio de Cristo. Claro, si es el evangelio de los hombres ni hablar. No hay compromiso ni convicción moral para soportar la presión del grupo. Pero si hablamos del Evangelio de Jesus la cosa cambia.  Allí ya no hay negociación. No se puede claudicar. En eso sí estoy de acuerdo con los que predican que salvos siempre salvos, pero desde otra óptica: Una vez cristiano siempre cristiano. Pero lo digo con respecto a la convicción que mi fe es inamovible y no negociable. 


Hoy por hoy no solo los jóvenes están expuestos al conflicto de la absorción que el mundo quiere hacer de nosotros porque nos ven “diferentes”.  Los “grandes” también estamos expuestos exactamente al mismo desafío, con la diferencia, que siendo mayores, nos cuesta modificar actitudes que ya están arraigadas en nosotros, para bien o para mal.  Como adultos, habitualmente ya hemos creado un entorno social en el cual nos sentimos cómodos, la gente con quienes salimos, con quienes nos reunimos, etc. Si viviéramos nosotros también en un ambiente adverso, sin duda que nos costaría muchísimo afirmar nuestra identidad cristiana.  Más que seguro, entraríamos en la costumbre de aparentar de la misma manera que viven muchos de nuestra época. 


El versículo del Cantar de los Cantares que he mencionado arriba nos habla de la sociedad y las gentes que no nos comprenden y que nos invitan con sus anuncios publicitarios, sus bares y sofismas que ofrecen salud y bienestar a costa de vicios y depravaciones morales para que nos sumemos a sus filas y a sus estilos de vida. 


“¿Que clase de amado es tu amado?” es decir, ¿que tiene de especial tu Dios que no te permite que el nuestro, el dios del hedonismo, del placer, nuestro dios Eros que nos invita a disfrutar del sexo libre, nuestro dios Baal que no te deja vivir cómodamente y en libertad como nosotros? ¿Qué tiene de especial ese Dios que adoras y que te vuelve aburrido, apartado de todos, incapaz de poder pasar una noche de placer en un bar con una buena compañía femenina?


¿Que clase de amado es tu amado, que desprecias los momentos de solaz y disfrute de la carne?  ¿Acaso no somos humanos como tú?  ¿Qué tiene tu Dios que te separa del resto de los humanos como nosotros? Y, haciendo una metalectura del pasaje, creo ver que en esa pregunta hay una invitación que podría decir: “¡Vamos! aléjate, aléjate de tu Dios, oh, aburrido cristiano, ven, ven a nuestro lado, a nuestros vicios, a nuestros  placeres, que te ofrecemos pertenecer a nuestro aristocracia…”


Dado que no sabemos el entorno que le va a tocar vivir a nuestros hijos o nietos, es importante no perder la oportunidad de enseñarles y hablar de estas cosas, instruyéndoles en la verdad de la vida que les ha tocado vivir. ¿Y, quien sabe?  Tratemos de profundizar nuestro propio apego a aquella libertad que Cristo nos ha dado por su Gracia, acercándonos a lo que sabemos que queremos ser -cristianos verdaderos-, y no perder nuestra identidad, y vivir sin interferencias de lo que desde afuera nos intentan vender. 


¿Como lograron los grandes sabios de la antigüedad mantener su identidad en una sociedad corrupta y deleznable como la egipcia en el caso de José?  ¿Como logró Daniel mantenerse en pie durante cuatro reinados paganos de su época?  ¿Como hizo Nehemías, siendo levita y copero del rey de Persia, mantener su convicción de ser siervo y sacerdote para su Dios Jehová?


Tenemos, como dice Pablo, una gran nube de testigos que nos ayudan a vivir conforme nuestro llamado para ser diferentes en un mundo globalizado.  En un mundo en el que los futbolistas marcan las tendencias de las modas en vestirse y cortarse o pintarse el cabello a su sabor y antojo. 


No, hermanos, aunque suene a orgullo, pero según la Palabra de Dios y su Buena Voluntad, somos llamados a pertenecer a una casta especial, somos linaje escogido, real sacerdocio para nuestro Dios. Y la respuesta a Cantares es: Si, nuestro Dios es Especial. Es Único.


¿Alguien dice amén?


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