¿COMO LE RECORDARÁN? (2a. parte)

Los hombres realmente somos crueles para recordar.
Difícilmente buscaremos alguna virtud en alguien para basar nuestros recuerdos de esa persona.
Casi siempre buscamos sus cosas feas. Sus defectos. Sus miserias...
Y los recordamos bajo esos estigmas. Y lo peor de todo... los publicamos miserablemente. Nos hacemos reos dignos de muerte, según lo dijo Jesús.
 
Cuando hablamos del hijo pródigo lo hacemos pensando en el chiquero a donde fue a parar. Comparamos a nuestros hijos, esposos, hermanos y a todo aquel que nos cae mal con el hijo pródigo. Pero no los comparamos como cuando fue a pedir perdón sino cuando deseaba comer de las algarrobas de los cerdos.
 
Cuando recordamos al joven rico lo hacemos bajo la premisa que fue un tacaño. Que no quiso dar de lo que tenía a los pobres como le dijo Jesús.
 
Cuando hablamos de Pedro lo hacemos recordando sus negaciones a Jesús, sus maldiciones, su mal carácter, su traición.
 
Por eso no prosperamos ni espiritual ni materialmente. Somos negativos por naturaleza. Y eso nos tiene estancados. Frenados. Mediocres...
 
Dios no hace eso.
 
Él recuerda a Pedro como el hombre que caminó sobre las aguas en un momento de fe extrema. Lo recuerda como el predicador que convirtió a cinco mil con su mensaje.  Recuerda al hijo pródigo pidiendo perdón y humillándose ante su padre. Recuerda al joven rico cuando se fue triste...
Recuerda a Mateo cuando le hizo una fiesta, no como el cobrador de impuestos. Recuerda a Pablo como el perito arquitecto de la Iglesia, no como el matador de cristianos. Le dio a Marcos el privilegio de escribir su evangelio y no lo recuerda como el joven que la noche que lo apresaron dejó tirada su sábana cobardemente...
 
¿Y nosotros...?
 
¿Cómo queremos que nos recuerden? ¿Cómo deseamos ser recordados cuando ya no estemos o nos hayamos cambiado de barrio? ¿Cómo seremos recordados por nuestros hijos o nietos o cónyuges?
 
Creo que es un buen día para empezar a hacer abonos a nuestra cuenta para el futuro. Creo que es un buen momento para abrir una cuenta de ahorro para el futuro e ir depositando poco a poco la honra que merecen los otros para que, llegado el momento de retirar algo, sea algo bueno, algo digno de ser mencionado, alguna virtud a nuestro favor...

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