"LOS FEOS " QUE NADIE QUIERE... (1)

En una esquina que está en el enclave de la 25 avenida y la calle Gabriela Mistral de la ciudad de San Salvador hay un pedacito de tierra que se llama Tutunichapa. Tiene mala fama socialmente porque dicen que allí se vende droga. Viven gentes de escasos recursos, apiñados en una colmena multicolor en donde se confunden ventas de comida con ventas de otras cosas. Yo he cruzado su comunidad varias veces porque necesito pasar por allí para incorporarme a la calle que me trae a casa después del servicio de la Iglesia que pastoreo. A veces, en la noche, cuando algunos hombres jóvenes y adultos ven mi camioneta ingresar a su comunidad se ponen de pie, pensando que soy uno de los clientes que buscan "algo" que ellos tienen. Normalmente, en un gesto mecánico, al nomás entrar a su sitio nos aseguramos de tener los vidrios de las ventanillas del auto bien cerradas, el seguro de las puertas puesto para evitar un susto. ¿A qué se debe? Es que hemos caído en el síndrome que esa gente es "fea"... sinónimo de peligrosa...
 
En la esquina que mencione antes, hay unos muchachos que se mantienen allí, sin camisa, quemados por el sol y el pegamento que inhalan para calmar el hambre. En sus manos sostienen su botella con la mitad pegamento y la mitad agua y en la otra un pedazo de wipe para limpiar los parabrisas de los carros que se detienen en ese lugar a causa del semáforo que dirige el tráfico... Solo al verlos da no sé qué... son otros de los "feos" que hay que evitar... A causa de mi ministerio he aprendido a darles un poco de dinero pero debo ser sincero: nunca saco más de dos dedos a través del vidrio de la ventana de mi camioneta... no sea que me roben mi reloj o mi argolla de matrimonio... Nunca se sabe...
 
Pero ellos también me enseñan muchas cosas.
 
Son "feos" no porque quieran serlo. Lo son porque la vida los ha tratado mal. Les ha negado lo que otros tenemos. La vida se ha portado con ellos de forma tan dura que los ha marginado del resto de los ciudadanos que transitan por las calles con otra imagen. Estos "feos" no han querido serlo. Es más, estoy casi seguro que en esa comunidad viven gentes que no se dedican a lo que la mayoría hace. Son trabajadores, gente honesta y sensible a la cultura y educación. Solo que les tocó vivir en ese barrio que tiene mala fama y que todos evitan.  Son inocentes viviendo las consecuencias de la miseria y pobreza que la vida se ha encargado de brindarles. Así es la cosa. Y ellos no tienen la culpa de haber nacido, vivido, multiplicados, muertos y enterrados en la Tutunichapa...
 
Eso fue lo que vio Jesús en otro barrio cerca de Jerusalén... Él también supo que en ese lugar había un "feo" que todos evitaban. Nadie lo quería cerca. Cuando se acercaba a la esquina a querer limpiar los vidrios de los ojos todos lo repulsaban. Todos le negaban el centavo y el pan...  Ese "feo" que inspiraba miedo y terror era también una víctima de la vida. Si era culpable o no, no nos toca a nosotros juzgar... Jesús se acercó en su camioneta, no subió los vidrios de las ventanas, no le puso seguro a sus puertas, al contrario, abrió totalmente su vehículo lleno de amor y lo estacionó cerca de la esquina donde aquel "feo" pedía dinero y comida...
 
Era el endemoniado de Gadara...
 
 

Comentarios

  1. Siempre poniendo el dedo en la llaga! Me gusta! Como siempre lo he dicho, debemos dejar por un lado la religiosidad y ensuciarnos los pies para llevar las buenas noticias de que Jesús es Señor!

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  2. Hermosa reflexión padre!!!
    Muchas veces pasamos por alto esa imagen de Dios que está deteriorada por la vida, escondida entre los rostros manchados de estas personas...
    Me quedo meditando en su lectura.....

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