SUEÑOS
Todos, todos hemos tenido sueños en más de una ocasión... Hablo de los sueños juveniles... aquellos que tuvimos cuando camino a la escuela veíamos las nubes formando figuras que se nos antojaban elefantes, rostros y barcos navegando en el firmamento azul...
Cuantas veces nos veíamos a nosotros mismos surcando los mares que estaban más allá de nuestras esperanzas... ¡Era tan hermoso...! Soñar con viajar por el mundo, unas veces entre selvas intrincadas de árboles añosos y pantanos que se tragaban a los caminantes, otras veces en playas de arena blanca inspirados quizá por las lecturas que nos imponían en las clases de idioma...
Y qué decir cuando veíamos en el firmamento pasar volando un avión con rumbo desconocido... Nos parecía vernos allá adentro, formando parte de la cabina de los oficiales al mando y nosotros tomando el timón de la nave para elevarla hacia el infinito... Nuestros sueños no tenían fronteras. Eran sueños juveniles o infantiles que nos retaban para hacerlos realidad algún día... Por supuesto, muchos de esos sueños no se hicieron realidad. Nunca fuimos al Amazonas. Nunca pilotamos un avión. Nunca surcamos los mares ni nos pusimos de pie sobre una nube...
La dura realidad de la vida nos puso con los pies en la tierra. "No sueñes" fue la palabra que nos arrancó de cuajo de esos momentos de fantasía y nos llevó a la dura verdad que la vida no se vive en las nubes, se vive en la tierra, con todo su dolor, sus miserias y pesadumbres...
Hoy, con canas en las sienes me remonto a aquellos instantes en que mis sueños eran todo lo que importaba.. ¿Regaños por no estudiar las tablas? No importa. Soñando se podía vivir. ¿Coscorrones por no entregar la lección? El dolor pasa y el gusto queda... ¡Juventud, divino tesoro, ya te vas para no volver...! escribió el bardo. Pero hay que luchar para no perder los sueños... Hoy ya no se sueña con nubes, ni con elefantes ni selvas llenas de misterio. Hoy los sueños son otros... Se puede soñar con el amor. No con la pasión de antes, pero sí con el amor sincero de un amigo, con un buen café en compañía de alguien agradable, sin tener que hablar, solo por estar acompañado... Sentir el calor de un fuerte apretón de manos, oler el perfume que una dama deja al pasar, desayunar en silencio muchas veces con mi esposa que aùn sin decirnos nada lo entendemos todo...
¿Ha sabido usted, querido lector o lectora lo que es alimentar una ilusión, verla nacer, crecer y desarrollarse con nosotros y luego, verla convertida en humo, llevándose la paz del corazón? Porque no soñar es no vivir... No recordar es no volver a vivir. Lo que hace latir el corazón muchas veces es el recuerdo dulce y agradable de aquellos tiempos en que vivíamos sin preocupaciones por el futuro... Solo valía el presente. Lo demás no importaba...
Me estoy acercando a los mil artículos en este blog... Cierta nostalgia me llega al corazón por todo lo que ha pasado por mis dedos cuando me he sentado ante el teclado y permitir que las palabras fluyan de mi interior hacia la pantalla para llevar el mensaje una veces romántico, otras veces trágico, y otras aún espiritual para todos aquellos que no se escandalizan por mis escritos... Ustedes son muy importantes para seguir inspirando mi corazón para continuar drenando mi alma a través de estas páginas... Si al declinar de alguna tarde, ustedes llegan al final de estas hojas que suelto al viento, al lugar aquel en que tanto crecen las violetas, conságrenme un recuerdo... ¡Cuando vean una flor naciendo al borde de un acera, una sensitiva a la sombra de un roble anciano, una rosa cerca de un terrón de lodo... Acuérdense de mí...!
El anhelo de que las cosas estén mejor a nuestra manera y no a la manera de Dios... El no reconocerlo nos frustra .
ResponderEliminarPorque mis pensamientos no son vuestros pensamientos....