AÑORANZA

Cada día que pasa y espero que la inspiración venga a mi corazón para poder impregnar estas páginas con el aroma de mi pasión por la escritura, encuentro que estos días fríos que enfrían el alma y nos obligan a encerrarnos para evitar que los huesos sufran también de la frialdad del tiempo invernal que estamos viviendo, mis dedos se han negado a posarse sobre el teclado para escribir lo que hay en mi corazón...

Y he revisado al azar lo escrito anteriormente para poder encontrar en ellos un atisbo de inspiración y poder enviar mis hojas al viento para aquellos que esperan encontrar un vaso de agua que refresque sus corazones necesitados de una palabra de aliento como lo han sido estas páginas que acunan lágrimas, sonrisas y tristezas de quienes han posado sus ojos en ellas...

He releído con un gran amor, después de tantos años de escrito mis hojas anteriores, que ahora que estoy entrando en mi tercera etapa y la juventud empieza a decirme adiós, he besado con pasión esta flor nacida en los jardines ya remotos de mi juventud, y, ya próximo a entrar a otro episodio de mi vida, he puesto sobre mi corazón esta rosa, nacida bajo el sol esplendente de la mañana de mi vida, apasionada, trágica, y enamorada de la vida, y la envío a saturar con su perfume el alma de aquellos que me leen, ávidos de ensueño, de belleza y de amor...

Añorar el antaño no siempre es bueno. La Biblia nos lo dice: "Nunca digas que los tiempos pasados fueron mejores". ¿Por qué? Porque los mejores tiempos que estamos viviendo son los de hoy. Hoy es el mejor de los días. Hoy habrá algo que nos sorprenda. Hoy sucederá algo que impactará nuestros corazones al encontrar a un viejo amigo, una mano amistosa que nos brinde un poco de calor, unos ojos en donde podamos mirar el cielo profundo de la ternura, los labios prístinos que nos revelarán una sonrisa de sol... Un dulce contacto con otra piel, con otros dedos, con otros labios...

Pero no podemos negar que la añoranza llega a tocar las puertas de nuestras almas... Especialmente si tenemos un alma sensitiva a la ternura, sensible y tierna a la caricia de la mano tierna y dulce de un niño, a un tibio rayo de sol que cubre nuestros rostros en la mañana... La añoranza nos transporta al pasado como una nube que se abre paso en el firmamento para llevar su humedad a otros continentes.

Hoy es el mejor día que habremos de vivir. Hoy es el mejor momento que Dios nos regala para poder expresar con silencios las palabras que no puedan salir de nuestros labios. Hoy es el día que podemos enviar con una mirada el mensaje de amor y ternura como lo hace Èl a través de los trinos de los pájaros, de los silencios de la naturaleza y de la sonrisa del firmamento que nos observa en un silencio que lo dice todo...

Hoy. Hoy es lo más importante. Hoy el Señor nos ha regalado un nuevo día. Vivámoslo con energía, con todo el ánimo que tengamos en nuestros corazones y no veamos lo que amarga la vida... Veamos lo que la endulza. Hoy es el regalo de Dios para todos los que le amamos...

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