OBSERVANDO
1 Reyes, 10:5 “…asimismo la comida de su mesa, las habitaciones de sus oficiales, el estado y los vestidos de los que le servían…”
¿Que vio la reina de Saba cuando fue a visitar a Salomón? Bueno, vio muchas cosas. Dice la Biblia que se maravilló de su sabiduría, de su casa, de todo el oropel que abundaba en esos ambientes. Quedó deslumbrada ante aquella majestuosidad que se le presentaba ante sus ojos.
Y estamos hablando de una reina, no de una plebeya. Era una mujer acostumbrada al lujo, a las cosas buenas de la vida. Una monarca que no era fácil de impresionar ante las riquezas que los demás pudieran mostrar. Ella era abundantemente rica como para dejarla con la boca abierta frente a otras personas.
Pero sucedió.
Lo que vio esta señora dueña de un imperio, fue algo que sí la dejó con la boca abierta. Y, como buena mujer que era, puso sus ojos y su atención en algo que para cualquier otra persona no hubiera sido importante. Un hombre hubiera puesto sus ojos en las armas, los escudos y los planes de conquista. Pero no ella. La mujer vio algo más íntimo. Vio la comida que sus siervos disfrutaban. Eso me dice que los ojos de las mujeres son diferentes a los de los hombres. Vio también como eran las habitaciones de los oficiales. Imaginemos a esta reina observando la ropa de cama, las cortinas, el orden en las habitaciones, las almohadas y sobre todo el olor que despedían esos cuartos. Pero también vio como vestían los servidores del Rey Salomón. Cómo era la ropa que usaban, en qué estado estaban, si rotos o enteros, bien planchados con la línea al centro, si combinaban con el cincho, los calcetines y los zapatos. Vio sus cortes de cabello si eran varoniles o imitaban a otros.
Esta mujer pasó revista a todo eso en silencio. Solo se dedicó a observar lo que una buena mujer observa. Y se quedó impresionada. Y alabó a Salomón. Y lo felicitó por la disciplina en el comer, el vivir y el vestir de sus siervos.
Qué casualidad que la palabra “sociedad” sea de género femenino… ¿nos les parece, muchachos y muchachas? Eso quiere decir que nos están observando como servidores de un Rey mucho más grande que Salomón. Piénselo y demuestren a quien están sirviendo.
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