MANOS

¿Se ha preguntado alguna vez que haría usted sin sus manos? ¿Qué podría hacer si hubiera nacido sin dedos? Solo imagine...

No podría doblar un periódico. No podría rascarse. No podría leer cómodamente este blog porque sus dedos son necesarios para buscar la página... Sus dedos son muy importantes... ¿Se imagina a alguien preguntándole donde queda tal o cual dirección? ¿Como le daría las indicaciones si no tiene el dedo índice? ¿Cómo podría decirle a su hijo que lo que hizo estuvo perfecto, si no tiene su dedo pulgar?

Los dedos son importantes... Pero aún más importantes son nuestras manos...

Si usted hubiera nacido sin manos, solo con dos muñones, ¿Cómo haría para saludar a alguien? Parece una burla, pero la otra persona pensaría que usted le estaría haciendo una broma al presentarle sus muñones como pezuñas de caballo.  Si saludara a alguien de lejos, pensarán que es alguna clase de burla o insulto. Ni pensar en agarrar un lápiz o marcar un número telefónico...

Necesitamos nuestras manos completas. Con todo y dedos y uñas...

Necesitamos tener dedos extendidos, fuertes y tensos. ¿Por qué? Porque hay rosas que cortar.  Jardines que limpiar y labios que tocar. Frentes que ungir y pechos a los que hay que aplicar Vick Vaporub cuando el cuerpo de su hijo tiene fiebre o un triciclo que sostener. La mano de un vecino que apretar. Poner los dedos en la frente de su hija para bendecirla cuando va al colegio... Es decir, uno tiene muchas cosas que hacer con las manos...

Esto mismo puede decirse de Dios.  Los bebes necesitan abrazos.  Los niños necesitan ser acurrucados en sus cunas con un beso de las buenas noches. Su pareja necesita una palmada en la espalda para darle aliento cuando desmaya. Los huérfanos de la calle necesitan una moneda. Los ejecutivos cansados y agotados necesitan esperanza. Sus vecinos necesitan alguien que les levante el animo con un saludo matinal. Su pastor necesita saber que usted está allí...

Dios tiene trabajo que hacer y para hacerlo Èl usa nuestras manos...

La mano es al guante lo que el Espíritu Santo al cristiano. "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo". Ap. 3:20.  Dios entra a nosotros. A veces lo hace de forma imperceptible y otras irrumpe sin previo aviso.  Dios mete sus dedos en nuestra vida, centímetro a centímetro, para reclamar el territorio que le pertenece por derecho propio... Su lengua: Èl la quiere para dar su mensaje. Sus pies: Los necesita para su propósito. Su mente: Para llenarla de su Gloria. ¿Sus ojos, su cara y sus manos? Por medio de ellos llorará, sonreirá y tocará. Sostendrá las mejillas de la persona que le enamora. Acariciará su cabeza.

Dios nos dio manos no para que golpeemos a los otros. No para dar cachetadas. No para golpear mejillas. No para dañar a nuestros hermanos. Nos dio manos para bendecir. Para abrazar. Para alimentar. Para muchas otras cosas que no cabrían si las menciono en este escrito...

Nuestras manos son importantes. Para Dios y para nosotros... No las escondamos...

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