AGENDAS

¡Sorpresa...!

Ese es el grito de derrota para muchos que manejamos agenda para nuestras actividades... Es mas, casi todos tenemos una agenda diaria de actividades. Aunque no sea electrónica ni de papel, en mente tenemos un programa de actividades para el día o para la noche... ¿Le suena familiar?

¿Recuerda cuando usted quería dormir toda la noche y su bebe empezó a llorar inesperadamente? ¿Recuerda cuando tenía planeado ponerse al día con su trabajo en la cocina y de pronto le llegaron visitas que le arruinaron su agenda? ¿Recuerda cuando tratò de aprovechar el sábado para descansar un rato y se recordó que tenía que hacerle ruedo a su falda para usarla el domingo? Cuando su hija la vio hacer eso, también le sacó su ropa para aprovechar su hilo y su aguja... Todo se desarmò...

Relájense, amigos. A Jesus también le ocurrió lo mismo... Este escrito le puede ayudar a asimilar ese misterio... Jesus sabe cómo se siente.

Piense en esto y ùselo la próxima vez que su mundo pase de la calma al caos.  Su pulso esta acelerado.  Sus ojos están cansados.  Su corazón le pesa.  Ha tenido que saltar de la cama con la garganta adolorida.  La mantuvieron despierta toda la noche. No pudo dormir y ahora tiene que levantarse temprano para empezar su día.. Jesus sabe como se siente usted...

Es posible que le cueste creer esto.  Seguramente piensa que Jesus sabe lo que significa soportar grandes tragedias.  Sin duda esta convencido que Jesus está familiarizado con la tristeza y ha luchado con el temor.  Muchos aceptan eso. ¿Pero puede Dios estar al tanto de las luchas y dolores de mi vida? ¿O de la suya? ¿Sabe Dios lo que molesta que le arruinen a uno su agenda diaria? Soy predicador. No es que sea famoso pero tengo la bendición que me inviten a muchas congregaciones a dar la Palabra de Restauraciòn que el Señor me ha encargado. Trato siempre de llegar temprano a mis compromisos para familiarizarme con la gente, el lugar, el templo y sobre todo, llegar sin estrés a mis compromisos... Pero, de pronto, mi agenda se detiene. Un atasco en el Bulevar del Ejército. Un camión atravesado en el camino. Una marcha de inadaptados. Policías desviando el tráfico y no conozco bien la zona. Unos maratonistas usando la calle precisamente que yo tenía agendado usar...

¿Sabe Dios lo que yo siento en esos momentos? ¿Sabe Èl lo que usted siente cuando hace la fila para pagar el recibo que se vence ese preciso día y al llegar a la ventanilla se da cuenta que lo olvidó?  Por alguna razón, esto es difícil de creer. Nos cuesta creer que Dios no se interesa por esos pequeños detalles. Creemos que está más interesado en evitar que gente vaya al infierno que de nuestros "pequeños" problemas... Pero no es así, amigos lectores. Èl sabe como nos sentimos... Pregùntenle a la madre del joven que iban a enterrar. Era viuda. Su hijo ha muerto. No tiene quien la sustente. Su agenda se detuvo. Las hojas se soltaron y de pronto se encontró sola... Jesus sabía como se sentía... Por eso detuvo el cortejo. Le habló al joven. Lo resucita, se lo entrega a su madre... y Jesus sigue su camino... Èl sabía como se sentía esa mujer. Eso me consuela. Y debe consolarla a usted también.

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