SI...
Hablar con Dios es a veces una cuestiòn de cuesta arriba... La colina se hace tan empinada que uno no sabe realmente como expresarse ante la Majestad. Puede sentir que le está faltando el respeto al Señor cuando se trata de abrir el corazón. Porque el corazón humano no sabe de reglas. Lo único que desea es paz. Lo único que necesita es sentir que Dios esta escuchando sus lamentos y quejidos... Es como un niño que necesita la leche de su madre. Clama, llora, gime, se mueve... hasta que siente que le han puesto atención y le dan lo que sacia su hambre o su sed... Bajo ese parangón, todos somos como niños. Solamente aquellos que nunca han sentido la necesidad de suplir algo que está fuera de su alcance y acude al Señor en busca de ayuda sabe lo que estoy hablando... De lo que angustia. De las fechas que se acercan y hay pagos que cumplir. Cuando el cielo se cierra y no hay respuestas de parte del Señor que ha prometido responder... Cuando el cáncer agobia la fe. Cuando la metás...