ARMONÌA

Tener armonía es la dimensión de unión con otros...

Cuando uno ayuda al prójimo puede suceder que no se sienta vinculado a èl, sino que ayude por cumplimiento de la Palabra.  No se debe ayudar simplemente por obediencia a la Biblia, porque, de ser así esa ayuda proviene del temor. Del temor a ser castigado si no lo hace. Eso no es obediencia.

Se debe ayudar al otro para incorporarle a mi vida, que la otra persona se una a mi proyecto de vida.  Cuando ayudamos al pròjimo debemos vincularnos a èl. Tratar de sentir lo que èl siente. Llorar con el que llora y reír con el que ríe.  Eso dijo Jesus.  No ayudamos para, después escapar de la situación...

No puedo ayudar por mi cargo de conciencia.  Mi ayuda aparece por el estado de necesidad de los otros, y se debe sostener por un gesto de amor y misericordia...

Tengo que pensar en cómo construir un puente permanente con ese vínculo que hemos logrado cuando damos a alguien en necesidad.  No podemos solidarizarnos con otros seres humanos solamente cuando aparece el estado de necesidad.  El fundamento de la armonía es una energía que logra crear y construir, a partir de un momento de necesidad.

Es por eso que cuando usted ve en la televisión que otros sufren por alguna tragedia que la vida les presenta, usted siente en su interior algo como dolor o ansiedad y deseo de ayudar, porque usted fue hecho para sentir los dolores y angustias de otras personas que están en el mundo... Usted fue hecho por Dios para solidarizarse, y, aunque usted no pueda hacer nada por ellos, usted siente lo mismo... Usted no tiene que saber sus nombres, es solo eso... Amor por el que sufre...

Cuando dos personas se unen a raíz de un estado de necesidad, esa unión debe perdurar en el tiempo: Los verdaderos amigos o hijo de Dios, las verdaderas relaciones se construyen a partir de un momento, pero perduran en la unión de los objetivos de las partes: Es decir, usted que tiene que dar y el otro que necesita que le den.

Por ese motivo, dar misericordia, es estar en armonía con el prójimo y puede realizar que otros vivan a plenitud para que cuando usted pase por algún valle de sombra de muerte haya alguien que también sienta empatía por usted y le tienda una mano...

¿De què se trata entonces la armonía? Es como los colores del espectro: Si no tuviéramos los colores la vida sería sin sentido. No habría armonía en la naturaleza. No existiría el bienestar visual, ese que nos hace vivir expectantes de què aroma y color tendrá esa rosa que tanto nos llama la atención. Lo mismo sucede con los humanos. Cuando no estamos en armonía, nuestros "colores espirituales" no están colaborando en nada para que la Paleta del Señor pinte el cuadro de la vida que El quiere que representemos... En suma, cada uno de nosotros somos un color que le damos vida y armonía a la vida de otros y otros para nosotros... Eso somos: colores vivientes en la Mano del Maestro...

¿Ha visto alguna vez un arco iris con los colores separados? Nunca. Así nosotros, cuando nos separamos del espectro del color ya no formamos parte del caleidoscopio que Dios quiere que seamos. Arruinamos su Arco Iris pues... Y dejamos sin sentido la vida de los que nos rodean.

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