ORACIÒN

Señor:
Ya no tengo fuerzas...

Soy como el pàbilo que humea y amenaza con apagarse. Si tú no vienes en mi ayuda no sé què voy a hacer. Te he buscado con lágrimas cada mañana que como sacrificio vivo me presento ante tu Presencia e invoco tu Nombre... Recuerdo cada promesa, cada Palabra que Tù dijiste cuando estuviste en la tierra para fortalecer mi débil fe y levanto mis manos ante ti para clamar por el milagro que estoy esperando...

Pero no recibo respuesta, Señor...

¿Acaso mis pecados son tan grandes que la Sangre de tu hijo no pueda limpiar? ¿Acaso soy tan miserable que ya no cuento con tu favor? ¿Serà que te has olvidado de mi, Señor...?

¿Por què estas callado y no respondes como antes? Tù dijiste en una ocasión que "no puedes enviarnos vacíos a casa porque desfalleceríamos en el camino..." Y, te confieso, me siento vacío. Siento que ya no estás a mi lado, siento que tus oídos ya no están atentos a mi oración...

¿Es necesario pasar por todo este valle de sombra de muerte? ¿Es necesario que te olvides de mí, ahora que estoy angustiado y afligido? ¿Què van a decir los demás cuando me vean tenderle la mano a un hombre? ¡Por favor, Señor! Apiádate de mi necesidad. Estoy a punto de llegar a mi límite de fe y mi corazón está cascado, seco de tanto esperar, sin la savia de tu Presencia no tengo vida y Tù dijiste que no quebrarías la caña cascada... Creo que estoy a punto de quebrarme Rey de mi vida...

Te confieso que estoy en el punto de quiebre de mi tolerancia. Te confieso que creo que ya no podré soportar más tiempo de espera. Siempre has sido fiel. Es más, tu Nombre es Fiel y Verdadero. Pero tengo que ser sincero contigo: En estos momentos no veo tu fidelidad en mi vida. Es cierto, tengo el pan de cada dìa. Estoy vivo. Estoy sano. Mis sentidos están intactos... Pero Tù mismo dijiste que no solo de pan vivirá el hombre. No puedo vivir plenamente solo con lo que tengo si me hace falta mi milagro...

Hay una canción que dice que "no tienes que hacer un milagro para creer en ti..." Y también la he cantado, pero en estos momentos de sombras de oscuridad, en donde la Luz de tu presencia no llega para darme claridad sí creo que tienes que hacer un milagro para creer en ti, ¡oh, Dios de mi alma...!

Tù sabes que cada dìa trato de aferrarme a ese hierro candente que es mi fe en ti. Sabes que te amo así como soy, imperfecto, miserable, cuitado y necesitado. Sabes que mi vida te pertenece. Que mi corazón, aunque pecador es tuyo. Que mis ojos aunque a veces te traicionan son para ti. Sabes que mi vida toda es tuya porque he sido comprado con precio de Sangre, lo sabes y yo lo sé también... Por eso tengo temor de que mi poca fe, como la llama del pàbilo humeante se extinga...

A menos, Amado de mi alma, vengas en mi auxilio pronto... pronto Señor, por favor...

Amèn.


Comentarios

Entradas populares de este blog

LA NIÑERA Y SUS "BUENAS" INTENCIONES... (Parte 1)

DESATADLO Y DEJADLO IR. (Jn. 11:44)

PASAS Y MANZANAS