ROSTROS

Hoy en la mañana mi esposa me compartió algo que le hizo pensar en este escrito... Viendo la pantalla de su computadora se dio cuenta de un producto de belleza que se anuncia para su venta. Se trata de una crema facial... Pero lo que le llamó la atención es el rostro que aparece en ese anuncio: El rostro de una estrella de cine muy famosa...

Los publicistas y los dueños de esas marcas no escatiman dinero ni recursos para hacer que las damas que vean el rostro de la artista el cual se supone que está en perfectas condiciones se debe a que utiliza las cremas que anuncian en su espacio publicitario. Eso, por supuesto, induce el fenómeno espejo. Todas las damas que vean el rostro de la mujer en cuestión querrán tener uno parecido o igual al que ven en la foto... ¿Què deben hacer para lograrlo? Comprar el producto que se anuncia como el causante de tanta belleza... Se trata de vender. Y lo logran. Millones de mujeres comprarán las cremas que producen el efecto tan hermoso anunciado... Dólares más y más y más para las arcas de la empresa que produce tal efecto...

Aunque la artista en mención ni siquiera sepa que existe tal producto. Se trata de impresionar a las mujeres. Se trata de que ellas imiten ese rostro. Se trata de levantar el ego femenino y alimentar el deseo de ser hermosas y radiantes a pesar de la edad...

Bueno, ¿y què tiene que ver eso con nosotros los cristianos? Allí está el asunto... Se supone que Jesus busca no estrellas de cine ni artistas bien cotizados para mostrar su Rostro a los demás. Busca personas comunes y corrientes pero sabedores que somos el reflejo de Dios para otros. Se supone que nosotros somos los embajadores de su Reino y que el mundo debe ver al Señor no solo en nuestros rostros sino también en nuestras vidas...

"Que todo vuestro ser: alma, cuerpo y espíritu..." dijo Pablo. Todo nuestro ser. El mundo necesita ver, no rostros bellos como efecto de usar cremas, sino rostros que muestren la Luz del Señor en sus ojos, en sus sonrisas, en el trato afable y cariñoso hacia los demás. El mundo necesita conocer el efecto que produce en nosotros el haber encontrado a Jesus y hacerlo Señor de nuestras vidas. El mundo necesita saber que hay un método diferente al que usan los publicistas para transformar un rostro amargado en uno dulce y empàtico. La sociedad necesita conocer que hay un Dios que transforma la tristeza en gozo, el dolor en alegría, la soledad en alegría, el odio y rencor en amor...

Los publicistas han descubierto el "efecto espejo" para utilizarlo para sus fines financieros, pero el Señor lo inventò para utilizarlo como mensajero de esperanza para un mundo que cada dìa se pierde más y más por falta de "espejos" en donde ver que hay una clase de personas que no dependen de las circunstancias para sonreír. Sonríen porque en su corazón hay sonrisas. Son felices porque en su interior bulle la felicidad. Son amables porque sus almas han encontrado la paz. Tienen ternura en sus miradas porque la ternura brota del amor de Jesus que Èl ha implantado en su interior...

No olvidemos entonces: La gente observa. La gente busca rostros que muestren el resultado de lo que han encontrado para imitarlos. Para "comprar" el producto que les ha cambiado el lamento en baile... Esa es la mejor manera de mostrar a Jesus a los que necesitan ser rejuvenecidos y transformados por dentro y por fuera... Porque las cremas cambian por fuera. Jesus empieza por dentro...

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