HOMBRE

¿Què es un hombre?

Pero por el momento no es la pregunta bíblica. Es una pregunta biológica. ¿Què es un hombre? ¿Un ente sexual solamente? ¿Un tirano que se adueña de la voluntad de una mujer para pararse sobre ella y exhibirla como trofeo de guerra? ¿Un ser que se siente el rey de su casa y por lo tanto hay que servirlo de rodillas a su menor señal? ¿Una persona de baja estofa que puede dirigirse a su esposa e hijos con lenguaje vulgar y profano cuando quiere y donde quiere?

¡No! Eso no es un hombre...

Eso es una caricatura de hombre. Ahora sí vamos a la Biblia...

Un hombre es incapaz de dejar sueltas sus pasiones. Es incapaz de levantarle la voz a la mujer que dice que ama. Es incapaz de golpear el corazón, el alma  y el cuerpo de su amada... Es incapaz de mirar por sobre sus hombros a los demás, minimizándolos en su dignidad y valor.

Porque si un hombre es incapaz de controlar con rigor sus pensamientos, sus acciones y su carácter, no es un verdadero hombre... Muchos menos un hombre cristiano...

La vida exige disciplina de cuerpo y mente y muy en particular del corazón. A muchos que se dicen hombres les falta el conocimiento de lo que Dios creó antes del pecado en el Huerto. Les falta la conciencia de saber que no son superiores a nada ni nadie, que son hechos del mismo polvo que los demás... Que lo que tiene o ha logrado sea lo que sea, a sido gracias a la bondad de Dios...

Aprender todo esto cuesta lágrimas, dolor y sufrimiento. Debemos pasar momentos de vergüenza y humillación.  Esto es justo porque el hombre no puede comprender estas reglas que la vida exige para poder tener un verdadero carácter varonil.  Ya lo dijo Pablo: Compòrtate varonilmente... Pero el hombre necio no puede comprender a Dios cuando es libertino, y asì se siente feliz e ignorante.  Este hombre solo puede conocer a Dios por medio del dolor propio y del de los demás que ha dejado heridos en su camino.  Ningún hombre ha sido diseñado para ser esclavo de sus pasiones, sino para ser digno. Esa clase de hombre odia la esclavitud de la carne con toda su alma y corazón...

Hombres: Cuiden de su vida con amor.  No digan: "Mi esposa me pertenece y me servirá".  Dile mejor a tu corazón: "Esta es mi esposa querida. ¿Què puedo hacer yo para que sea la más feliz de las mujeres a fin de que diga que se ha casado con el más noble de los hombres? Porque hay que recordar que no hay separación entre la carne y el espíritu, porque el espíritu se manifiesta por medio de la carne... La nobleza, mis amigos, se lleva en la sangre. No es mental, es espiritual. Cuando un hombre sabe a quien le pertenece, honra a su poseedor. Cuando un hombre sabe que su vida le pertenece al Señor, honra a ese Señor. Es cuestión de linaje. Es asunto de nobleza. Nobleza de corazón y de mente.

¿De què estoy hablando?  No hablo solo del bien y del mal. Hablo simplemente del temperamento...

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