FE
Estoy en una celda sucia... En el piso de tierra hay agujeros por donde entran las ratas por la noche para mordisquear al prisionero que está en ella. Èl está sujeto a las paredes con cadenas y a un soldado romano que lo cuida durante veinticuatro horas. Luego se irá y vendrá otro parecido a él... Cada uno de los soldados, cuando entrega al prisionero y se retira a descansar, lleva en su corazón la imagen de un prisionero diferente a los demás. Este no grita, no insulta ni esgrime inocencia. Este es diferente. Les habla de Su Señor. Cuando le preguntan por qué está preso les enseña por qué: Por hablar la Verdad. Por hablar del Reino de Dios. Por eso. Y los soldados, cada uno, se retira transformado. Se van creyendo en Aquel que ha sostenido al prisionero Pablo con una sonrisa en los labios y una paz en su rostro que sobrepasa todo entendimiento... Me siento a su lado y platico con él... ¿Tienes amigos, Pablo? Sì, pero algunos de ellos me han abandonado. ¿Tienes galardones? No en la...