EL REINO
Todos buscamos tener un reino. Todos queremos un reino. Y pocos anhelan El Reino...
Me explicaré: El esposo tirano, pegador y abusivo quiere tener el dominio de su reino. Se cree rey aunque sin corona. Pero él se siente rey de ese reino. Y para mantenerlo vivo necesita gritar, pegar e insultar... Mientras más abajo tenga a los demás, más arriba se siente él. Pobrecito. Se está engañando y esta viviendo en constante miedo a que le arrebaten su reinado de naipes...
O que tal la madre que tiene su reino en sus hijos. Los mantiene bajo sus faldas. No les permite conocer a nadie más especialmente mujeres u hombres porque los quiere solo para ella. Son Sus hijos y le pertenecen. Ellos son sus súbditos y ella es la reina. Les roba su libertad. No les permite amigos ni amigas. Nada de eso. Si quieren saber algo, pregùntenle a su madre que para eso lo soy...
No hay libre albedrío. No piensen, solo obedezcan. Quiero saber donde están las veinticuatro horas del día. Sin mi nada pueden hacer... Pobrecita, tiene miedo que se casen porque la van a dejar sola. Sin reino.
O que tal el jefe... Tiene su reinado en su empresa. Nadie opina. Nadie piensa. Les pago para que obedezcan no para que piensen. Es el rey del lugar. Aquí mando yo, es su frase favorita. Y se hace lo que yo digo. Todos los demás le pertenecen porque para eso les paga. Les compra su libertad, su silencio y su pensamiento... En su casa él es un esclavo de su mujer y la obedece ciegamente. Ella no es su esposa, es su dueña. Ella lo tiene bajo su reinado pero hay que desquitarse con sus empleados. Por eso en su empresa o en su iglesia él grita. Aquí no está mi mujer que me cierre la boca. Aquí sí puedo gritar. Esto aplica para ambos. El jefe y el pastor... Pobrecitos. Tienen miedo a quedarse sin nada...
Por eso Jesus dijo algo diferente: Busca primero el Reino de Dios y todo lo demás será añadido... Pero buscar ese reino es ponerse bajo el reinado de Un Rey. Y ese Rey sí que es diferente. Èl te deja pensar. Te deja vivir. Te deja equivocarte. Te permite reír y disfrutar la vida. Ese Rey no tiene miedo a que lo desbanquen cualquier día. Su Reino es eterno. Y Èl está seguro de quien es Èl. En ese reino te puedes enamorar. Puedes amar. Puedes llorar. Puedes abrazar y ser abrazado. Puedes ser tú... Solo te pide una cosa: Reconocer que Èl es el Rey, no tú... Eso es todo. Por lo demás, pide lo que quieras que su Padre te lo dará... Èl es tan rico que no tiene miedo a que tú también lo seas...
Pero... busca primeramente el reino de las riquezas y te vas a preocupar por cada centavo. Busca primero el reino de la salud y te vas a preocupar por cada zancudo que te pique. Busca primero el reino de la popularidad y vas a sufrir cuando no te aplaudan. Busca primero el reino de la seguridad y vas a dar un brinco a cada ruido en la noche. Busca primero el reino del sexo y cuando seas viejo tendrás que tomar pastillas azules... Pero busca primero el Reino de Dios y lo vas a disfrutar. Podemos depender de ese Reino y nunca preocuparnos por nada. Nuestro Rey nos suplirá todo lo que necesitemos para cada día. Sin duda que lo hará. Yo lo encontré hace treinticuatro años y hasta hoy no me ha hecho falta nada. Especialmente su Amor y cuidado. ¡Nos conviene estar en Su Reino...! ¿Lo está buscando usted...?
Me explicaré: El esposo tirano, pegador y abusivo quiere tener el dominio de su reino. Se cree rey aunque sin corona. Pero él se siente rey de ese reino. Y para mantenerlo vivo necesita gritar, pegar e insultar... Mientras más abajo tenga a los demás, más arriba se siente él. Pobrecito. Se está engañando y esta viviendo en constante miedo a que le arrebaten su reinado de naipes...
O que tal la madre que tiene su reino en sus hijos. Los mantiene bajo sus faldas. No les permite conocer a nadie más especialmente mujeres u hombres porque los quiere solo para ella. Son Sus hijos y le pertenecen. Ellos son sus súbditos y ella es la reina. Les roba su libertad. No les permite amigos ni amigas. Nada de eso. Si quieren saber algo, pregùntenle a su madre que para eso lo soy...
No hay libre albedrío. No piensen, solo obedezcan. Quiero saber donde están las veinticuatro horas del día. Sin mi nada pueden hacer... Pobrecita, tiene miedo que se casen porque la van a dejar sola. Sin reino.
O que tal el jefe... Tiene su reinado en su empresa. Nadie opina. Nadie piensa. Les pago para que obedezcan no para que piensen. Es el rey del lugar. Aquí mando yo, es su frase favorita. Y se hace lo que yo digo. Todos los demás le pertenecen porque para eso les paga. Les compra su libertad, su silencio y su pensamiento... En su casa él es un esclavo de su mujer y la obedece ciegamente. Ella no es su esposa, es su dueña. Ella lo tiene bajo su reinado pero hay que desquitarse con sus empleados. Por eso en su empresa o en su iglesia él grita. Aquí no está mi mujer que me cierre la boca. Aquí sí puedo gritar. Esto aplica para ambos. El jefe y el pastor... Pobrecitos. Tienen miedo a quedarse sin nada...
Por eso Jesus dijo algo diferente: Busca primero el Reino de Dios y todo lo demás será añadido... Pero buscar ese reino es ponerse bajo el reinado de Un Rey. Y ese Rey sí que es diferente. Èl te deja pensar. Te deja vivir. Te deja equivocarte. Te permite reír y disfrutar la vida. Ese Rey no tiene miedo a que lo desbanquen cualquier día. Su Reino es eterno. Y Èl está seguro de quien es Èl. En ese reino te puedes enamorar. Puedes amar. Puedes llorar. Puedes abrazar y ser abrazado. Puedes ser tú... Solo te pide una cosa: Reconocer que Èl es el Rey, no tú... Eso es todo. Por lo demás, pide lo que quieras que su Padre te lo dará... Èl es tan rico que no tiene miedo a que tú también lo seas...
Pero... busca primeramente el reino de las riquezas y te vas a preocupar por cada centavo. Busca primero el reino de la salud y te vas a preocupar por cada zancudo que te pique. Busca primero el reino de la popularidad y vas a sufrir cuando no te aplaudan. Busca primero el reino de la seguridad y vas a dar un brinco a cada ruido en la noche. Busca primero el reino del sexo y cuando seas viejo tendrás que tomar pastillas azules... Pero busca primero el Reino de Dios y lo vas a disfrutar. Podemos depender de ese Reino y nunca preocuparnos por nada. Nuestro Rey nos suplirá todo lo que necesitemos para cada día. Sin duda que lo hará. Yo lo encontré hace treinticuatro años y hasta hoy no me ha hecho falta nada. Especialmente su Amor y cuidado. ¡Nos conviene estar en Su Reino...! ¿Lo está buscando usted...?
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