SUSPIROS

"...y levantando los ojos al cielo, suspiró profundamente..." Mr. 7:34

Nunca había pensado que Dios suspira. Siempre he creído que los suspiros son para nosotros. Suspiramos por un deseo. Suspiramos cuando nos enamoramos. Suspiramos por un ser querido, por un recuerdo, por un amor olvidado, por un recuerdo de la juventud... Suspiramos por un regalo, por un beso, por un abrazo, por un invierno y por un muerto...

¿Pero Dios? ¿Dios suspirando? Eso no me hizo click en mi mente racional... Pero eso dice el pasaje de Marcos. Jesus suspiró cuando estaba a punto de hacer un milagro en el hombre de la historia...

Sin duda alguna usted también ha tenido su cuota de suspiros. Cuando un hijo se enferma. Cuando su esposo no la entiende. Cuando cuenta las monedas que le quedan y no hay más para el mes, cuando abre su refri y ve que no queda más que un tomate y una cebolla... Usted suspira. Ese suspiro dice muchas cosas. Cosas que solo usted sabe...

Si usted tiene hija adolescente, seguramente ha suspirado. Si ha tratado de resistir la tentación, es seguro que ha suspirado. Si alguien ha puesto en duda su reputación, le han brotado suspiros... Cuando usted ha tratado de dar una demostración de amor y le han rechazado, estoy seguro que ha tenido que tomar una buena bocanada de aire y dejar escapar un doloroso suspiro...

Eso es lo que tenemos los cristianos: suspiramos por nuestra patria verdadera. El cielo es nuestro hogar. Por eso suspiramos de impotencia cuando las cosas no salen bien pero sabemos que llegarà el tiempo en que estaremos al lado de nuestro Salvador y Redentor. Mientras tanto suspiramos. Porque la esperanza también nos hace suspirar. La esperanza que el esposo cambie. La esperanza de que las finanzas van a mejorar. Que los hijos van a crecer sanos. La esperanza de una vida mejor nos hace suspirar.

Jesus suspirò cuando vio lo que Satanàs había hecho en la vida de este hombre. Lo tenía mudo. Sordo. No articulaba palabras. Jesus suspiró de tristeza, de dolor y de enojo contra el enemigo que había cambiado la Imagen del Padre en el hombre y lo había convertido en un paria. En un mudo y sordo. Este hombre nunca habla escuchado un "te amo". Nunca había podido decir lo mismo. El Diablo le había robado ese privilegio. El hombre no fue creado para vivir en un eterno silencio. Necesita escuchar palabras de aliento. Necesita una lengua para hablarlas. Necesita escuchar la Voz de su Señor. Necesita escuchar la sonrisa de un niño, el llanto de una madre, el regaño de un padre.

Eso hizo suspirar a Jesus. Suspirò porque el hombre había pasado mucho tiempo en un mundo de silencio y su criatura no fue hecha para eso... El suspiro de Jesus parece decir: "esto nunca tuvo que pasar. Tus oídos no fueron hechos para no escuchar, tu lengua no fue hecha para no expresar palabras". Eso lo hizo suspirar...

He aprendido que Jesus suspira con nosotros. Y por nosotros. Cuando nos ve tirados en la depresión. Cuando nos ve llorando de impotencia. Cuando nos ve palidecer cuando llega el día de pago y no alcanza el cheque, cuando nos ve en la sala de un hospital. Es cuando Jesus también dice: "Esto no debió suceder..." Así que suspira y viene en nuestra ayuda. Nos trae consuelo. Nos trae solución. Nos trae su Amor... Así que si este escrito le hace suspirar, sepa que también Jesus suspira con usted...

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