PUERTAS CERRADAS
Apocalipsis 3:7 B “… y cierra y nadie abre…” Bueno, ayer hablamos sobre puertas abiertas y puertas cerradas. Ahora quiero exponerles lo siguiente: ¿Qué padre amoroso y cuidadoso de su familia, antes de irse a la cama no se cuida de dejar bien cerradas las puertas de la casa para proteger a su los suyos? Sería una insensatez que las puertas se quedaran abiertas para que los ladrones entren y hagan daño a quienes están dentro. O ¿que persona responsable, si tiene un vehículo y lo deja aparcado en la calle no se asegura de dejar cerradas las puertas y puesta la alarma antirrobos? Todo eso nos parece lógico. Pero no es así cuando el Señor que es todo amor, que nos cuida y nos protege de todo mal, nos cierra ciertas puertas para que nada nos dañe ni nos destruya. Todo porque Él es un Padre perfecto y sabe muy bien lo que no debe entrar a nuestros corazones o a nuestro destino. Una visa que fue negada cuando hemos orado y ahorrado para pagarla y el cónsul...