DAVID
La pasión, he ahí la gran fuerza motriz de esa locomotora llamada hombre. La razón es su directora. Si las pasiones van bien dirigidas, son fuerzas salvadoras, si no, he ahí el descarrilamiento, la explosión, la catástrofe... Sabido es que hay pasiones nobles y pasiones bastardas. Si se me permite la expresión, diré que la prolongación de una pasión, el desenfreno de la pasión produce una bastarda. Produce una tragedia... Prolongue usted el valor y darà la temeridad. Extienda la economía y darà la avaricia. La justa emulación y darà la envidia, la natural estimación de sí mismo y darà la vanidad. La exageración de un principio llega a falsearlo. Las pasiones nobles engendran los hechos sublimes, las bastardas, los hechos monstruosos. Las pasiones dan alas o dan vértebras. Fuerzan al hombre a volar o a arrastrarse. Es águila o gusano. Astro o polvo. Héroe o criminal, hasta allí llegará el hombre por la pasión... La cima o el abismo, he ahí el fin de la pasión. La cont...