EL DICHOSO PERFUME
Mateo 26:6-8 “Y hallándose Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, se le acercó una mujer con un frasco de alabastro de perfume muy costoso, y lo derramó sobre su cabeza cuando estaba sentado a la mesa. Pero al ver esto, los discípulos se indignaron, y decían: ¿Para qué este desperdicio?…Porque este perfume podía haberse vendido a gran precio, y el dinero habérselo dado a los pobres” Egoísmo puro. Envidia. Materialismo. Afán de control. Complejos de superioridad. Síndrome del hombre bueno. Muchas cosas como estas prevalecían entre los discípulos de Jesús. Algo que sigue existiendo en nuestros días. Porque ese problema no era un problema de alma del primer siglo. El hombre per se, sigue siendo el mismo desde que el pecado entró al mundo en Génesis. Hombres y mujeres hemos caído en ese estadio conductual que solamente Jesucristo puede cambiar. Si es que lo dejamos, claro. Porque cínicamente le llamamos “Señor” y no hacemos lo que él dice. Hace unos años presencié una...