ESE SOY YO...
Es madrugada... estoy inclinando mi cabeza y mi cuerpo en actitud de oración... Estoy dando gracias al Señor por tanta bondad, por tanta misericordia y protección sobre mi vida. Me siento arrobado por su Grandeza. No encuentro palabras para darle "gracias". Alguien cantó alguna vez que no hay palabras para agradecerle al Dios de Bondad por tanto amor derramado. Se termina el vocabulario y no hay más que decir: solo "gracias..." Pero, ¿cómo es que una palabra tan pequeña dice tanto? ¿Cómo es que una expresión de siete letras puede expresar tanto? ¿o puede significar la lìnea entre el ser agradecido y el ingrato? Sin embargo, si usted que me lee tiene esos momentos íntimos ante la Majestad del Cielo y le dedica algunos minutos en privado, a solas en su cuarto de guerra o de oración y se ha encontrado con ese dilema de cómo agradecerle al Dios Misericordioso por todo lo que ha hecho en usted, usted sabe de lo que estoy hablando... Y es cuando el Amable Amigo, e...