VASTI
¡Un aplauso para Vasti...!
Es la historia menos comprendida por muchos pastores. La han acusado de rebelde. De insujeta. De malcriada y de otras cosas que no se ajustan a su verdad...
Bueno, usted conoce la historia pero le haré una pequeña sinopsis: Asuero está de fiesta desde hace unos días. El vino corre a granel y el rey y sus hombres han estado disfrutando de sus chistes verdes y vulgaridades propias de los borrachos... La música y la lascivia embotan los sentidos y de pronto al rey se le ocurre una idea. Como todos los vulgares, cuando ya están sin los cinco sentidos en su lugar empiezan a querer cosas que no deben tener. No hay nada más vulgar que un hombre necio. Un hombre que se cree dueño de la vida de todos, incluyendo la de su esposa a quien debe honrar y respetar por sobre todo...
Pero Asuero ha perdido el juicio y le envía una orden: "Ven, reina Vasti y muéstranos tu belleza..."
Estas palabras parecen inocentes. Es cierto, la reina Vasti es la mujer más hermosa del palacio. Y además de ser reina es la esposa del Monarca más poderoso del imperio. Pero el hecho de ser reina, mujer y esposa no significa que sea ignorante de las tradiciones de su pueblo. Ella sabe lo que significa "muéstranos tu belleza"...
Es cuando esa mujer se levanta como una de las gigantes de la Biblia. Dice "no". "No estoy dispuesta a desvestirme y que todos vean mis partes íntimas, algo que solo tù, esposo mío, tienes derecho". Eso es lo que significa ese "no". Asuero pretendía que su reina se mostrara en toda su desnudez y belleza ante todos los idiotas borrachos que lo acompañaban en su fiesta. "Lo lamento rey. Eres el hombre más poderoso de la tierra pero no tienes ningún derecho a que todos me vean en público lo que solo debo mostrarte en privado".
Ayer fui a una graduación a la Universidad Nacional. Fui invitado por un miembro de mi congregación que recibió su título universitario. El asunto es que además del acto de graduación había un desfile impresionante de señoritas que se estaban graduando también, pero que además de sus títulos que recibían, mostraban sus espaldas desnudas, cuerpos a medio vestir, escotes que asustaban al más santo del santoral, muslos a toda exposición y otras cosas que ustedes, lectores deben imaginarse...
Como pastor, hombre de fe, de principios y que lucho para mantener mis estándares fue un momento sumamente difícil. No había lugar en todo el recinto a donde viera que no me encontrara con un montón de carne dispuesta al espectáculo público... Me pregunto: ¿Como serán esas profesionales intelectuales como esposas? ¿Como madres? ¿Què clase de matrimonio tendrán cuando se enamoren y tengan que cuidar su moral, su ejemplo a sus hijas o a sus nietas?
No soy mojigato. Soy cristiano solamente. Defiendo la moral de los seres humanos. Especialmente de los hijos de Dios. Pero tampoco vivo en una burbuja y me doy cuenta de cuantas mujeres han cedido, al contrario de la reina Vasti ante las presiones sociales que les exigen que salgan y se muestren tal como Dios las hizo y que dejen muy poco a la imaginación... Hoy no se necesita estar borracho como el rey Asuero para pedirle a una muchacha que nos muestre su desnudez. Ellas lo hacen por el puro gusto de despertar la lujuria y la lascivia entre sus amigos universitarios...
¿Què pensará Dios de sus hijas? ¿Què pensará de las mujeres que Èl hizo para que ayudaran al hombre a cuidar su santidad cuando son ellas mismas quienes los empujan a pervertirse...? Piensen, hermanas, piensen en esto...
Es la historia menos comprendida por muchos pastores. La han acusado de rebelde. De insujeta. De malcriada y de otras cosas que no se ajustan a su verdad...
Bueno, usted conoce la historia pero le haré una pequeña sinopsis: Asuero está de fiesta desde hace unos días. El vino corre a granel y el rey y sus hombres han estado disfrutando de sus chistes verdes y vulgaridades propias de los borrachos... La música y la lascivia embotan los sentidos y de pronto al rey se le ocurre una idea. Como todos los vulgares, cuando ya están sin los cinco sentidos en su lugar empiezan a querer cosas que no deben tener. No hay nada más vulgar que un hombre necio. Un hombre que se cree dueño de la vida de todos, incluyendo la de su esposa a quien debe honrar y respetar por sobre todo...
Pero Asuero ha perdido el juicio y le envía una orden: "Ven, reina Vasti y muéstranos tu belleza..."
Estas palabras parecen inocentes. Es cierto, la reina Vasti es la mujer más hermosa del palacio. Y además de ser reina es la esposa del Monarca más poderoso del imperio. Pero el hecho de ser reina, mujer y esposa no significa que sea ignorante de las tradiciones de su pueblo. Ella sabe lo que significa "muéstranos tu belleza"...
Es cuando esa mujer se levanta como una de las gigantes de la Biblia. Dice "no". "No estoy dispuesta a desvestirme y que todos vean mis partes íntimas, algo que solo tù, esposo mío, tienes derecho". Eso es lo que significa ese "no". Asuero pretendía que su reina se mostrara en toda su desnudez y belleza ante todos los idiotas borrachos que lo acompañaban en su fiesta. "Lo lamento rey. Eres el hombre más poderoso de la tierra pero no tienes ningún derecho a que todos me vean en público lo que solo debo mostrarte en privado".
Ayer fui a una graduación a la Universidad Nacional. Fui invitado por un miembro de mi congregación que recibió su título universitario. El asunto es que además del acto de graduación había un desfile impresionante de señoritas que se estaban graduando también, pero que además de sus títulos que recibían, mostraban sus espaldas desnudas, cuerpos a medio vestir, escotes que asustaban al más santo del santoral, muslos a toda exposición y otras cosas que ustedes, lectores deben imaginarse...
Como pastor, hombre de fe, de principios y que lucho para mantener mis estándares fue un momento sumamente difícil. No había lugar en todo el recinto a donde viera que no me encontrara con un montón de carne dispuesta al espectáculo público... Me pregunto: ¿Como serán esas profesionales intelectuales como esposas? ¿Como madres? ¿Què clase de matrimonio tendrán cuando se enamoren y tengan que cuidar su moral, su ejemplo a sus hijas o a sus nietas?
No soy mojigato. Soy cristiano solamente. Defiendo la moral de los seres humanos. Especialmente de los hijos de Dios. Pero tampoco vivo en una burbuja y me doy cuenta de cuantas mujeres han cedido, al contrario de la reina Vasti ante las presiones sociales que les exigen que salgan y se muestren tal como Dios las hizo y que dejen muy poco a la imaginación... Hoy no se necesita estar borracho como el rey Asuero para pedirle a una muchacha que nos muestre su desnudez. Ellas lo hacen por el puro gusto de despertar la lujuria y la lascivia entre sus amigos universitarios...
¿Què pensará Dios de sus hijas? ¿Què pensará de las mujeres que Èl hizo para que ayudaran al hombre a cuidar su santidad cuando son ellas mismas quienes los empujan a pervertirse...? Piensen, hermanas, piensen en esto...
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