¿EN DONDE SE PERDIERON?
Proverbios 6:20 “Hijo mío, guarda el mandamiento de tu padre, y no abandones la enseñanza de tu madre…” Estamos en el año del Señor 1960. Nos levantaban a las cinco de la mañana. Después de hacer nuestras camas y barrer la acera frente a la casa, otro de mis hermanos se ocupaba de barrer y trapear la casa. Las mujercitas a poner la mesa y ayudar en la cocina para preparar el desayuno. Los hombres hacíamos un poco de ejercicio corporal dirigidos por nuestro papá. Luego al baño de tres minutos cada uno. Sacábamos las toallas al lazo que siempre mi mamá tenía en el patio para secarse al sol. Después, 30 minutos de repaso de las lecciones que íbamos a estudiar ese día en la escuela. Las tablas de multiplicar, en voz alta para que se nos quedaran de memoria. Luego, bajo la exigente mirada de nuestro padre, cambiábamos de materia. Lenguaje, historia, geografía y al desayuno. Al terminar, cada quien recogía su plato, lo llevaba a la pila, mientras otro limpiaba la mesa ...