LOS PÁMPANOS
Juan 15:4-5 “Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer” En un escrito anterior presenté la definición de “sígueme” que los alumnos judíos esperaban de los grandes maestros que observaban su examen sobre las Escrituras. Cuando un estudiante alcanzaba las notas más altas, era escogido por uno de esos grandes rabinos y le decían la famosa frase que tanto anhelaban escuchar los jóvenes, porque era un alto honor estudiar a los pies de uno de esos famosos maestros de la Ley. La familia, por supuesto, corría con los gastos que su hijo necesitara para cancelar su estadía en la academia de dicho maestro. Ese era el orgullo académico de Saulo de Tarso. Nos lo cuenta en Hechos 22:3. Haber sido escogido por el gran rabino Gamaliel, nieto de uno ...