CARDOS Y ESPINOS
Génesis 3:18 “Espinos y cardos te producirá…” Cómo quisiera que los jóvenes leyeran esto. Sería un triunfo si realmente ellos comprendieran el celo y el amor con que el Señor nos pone a los adultos o viejos como quieran llamarnos, nos pone -decía-, en su camino para hacerles una seria advertencia sobre su futuro. Salomón, por ejemplo, se lamenta en su vejez cuando se dio cuenta que nunca tomó en serio al Señor que su padre David le había enseñado a honrar. Cuando se vio en una bancarrota moral, espiritual y familiar, supo la verdad amarga y dolorosa: Nunca se acordó de su Creador. Pensó, como muchos jóvenes cristianos de hoy, que la juventud es eterna y que los años pasan por gusto. Es triste ver a señoritas que un día estuvieron en las salas cunas de alguna iglesia evangélica, recibiendo cuidados cariñosos de sus maestros o encargados del área de niños entregándoles la Palabra de Dios en figuras, dibujos y cánticos para llevarlos al conocimiento de que hay un D...