LA BÚSQUEDA
Lucas 15:9 "Alegraos conmigo porque he hallado la moneda que había perdido.” ¿Se imagina usted a una señora barriendo toda una casa, levantando muebles, moviendo sillas y pasando la escoba por todos los rincones de su casa hasta encontrar algo que había perdido? Sin duda le ha sucedido algo parecido. Cuando usted pierde algo de gran valor y de pronto se da cuenta que no lo tiene a la vista, empieza con cierta ansiedad a buscarlo. Remueve cajones, bolsos, levanta las esquinas de su guardarropa, busca entre las bolsas de su ropa, se tira al suelo y no descansa hasta encontrarlo. Hasta entonces se siente tranquilo porque lo ha hallado. Esto le puede tomar horas o días lograrlo. Ahora sí, lo pone en un lugar seguro para no correr el riesgo de volverlo a perder. Esto me vino a la mente ayer que salí de mi casa para ir a predicar a una congregación en San Marcos. En medio del tráfico de la hora, iba imaginando al Señor Jesus barriendo todas las calles, callejones, avenidas, ...