EL VERDADERO JUICIO


Génesis 3:14 “Y el SEÑOR Dios dijo a la serpiente…y polvo comerás todos los días de tu vida”

Génesis 3:16 A la mujer dijo: En gran manera multiplicaré tu dolor en el parto,

con dolor darás a luz los hijos”


Génesis 3:17-19 “Entonces dijo a Adán:  Con el sudor de tu rostro…comerás el pan”


Si usted cree que puede vivir sin contar con la opinión y Sabiduría de Dios, está totalmente equivocado.  Si usted cree que con venir a la iglesia, cantar unos cuantos cantos y levantar sus manos cuando el pastor se lo dice, y que todo está hecho, usted vive en un mundo paralelo al verdadero.


Si usted cree que todo lo que ha logrado ha sido porque usted se lo merece, o porque usted es muy listo o estudiado o inteligente, usted vive en un mundo ficticio.  ¿Sabe por qué? porque ninguno de nosotros somos independientes per se. No somos independientes de Dios. O dependemos de Dios o dependemos del Diablo que es lo mismo que depender de nosotros.


Es decir, pongamos la base de todo el existencialismo humano: Fuimos creados para depender y para servir al Dios que nos ha creado. Fuimos hechos par su Gloria, no para gloria de nadie más, mucho menos de nosotros mismos. Todo lo que tenemos para vivir, todo, viene de la bondadosa mano de nuestro Dios.


Dicho esto, ¿cual fue el verdadero juicio que Dios dictó en contra de las tres criaturas que ofendieron su Santidad en el huerto del Edén? ¿Cual fue la verdadera razón para que Dios dictara tan duros juicios en contra de los tres seres que nos servirán para nuestra enseñanza?


Veamos: Para empezar, el juicio fue primero para la serpiente. Fue para el tentador. Tengamos mucho cuidado, como dice Pablo, de no poner tropiezo en nadie que pueda ser afectado por nuestros actos, afectado por nuestras conductas porque seremos los primeros en sufrir la consecuencias. Porque eso atenta contra el segundo mandamiento más importante de la Ley. Amar al prójimo. Por amor al prójimo yo debo tener mucho cuidado de como me conduzco en la vida. 


Bueno, el primer juicio fue para la serpiente. ¿Su condena? Comer del polvo de la tierra todos los días de su vida. Hasta aquí no hay mayor información, pero nos toca a nosotros averiguar que significa ese juicio. Lo veremos más adelante.


La segunda persona en sufrir las consecuencias de su mala acción fue la mujer. De ese momento en adelante, la mujer iba a sufrir mucho dolor cuando diera a luz. Iba a gemir y a desear no haber quedado embarazada a causa del desgarro de su propio cuerpo.


Y el último, pero no menos importante, Dios llamó al hombre y le cayó con todo su peso la justicia Divina. Con el sudor de tu frente comerás tu pan. Ya no te será fácil que la tierra te produzca sus frutos. Tendrás que sudar y sudar para lograrlo.


Ahora veamos el Dabar: Cuando Dios sentenció a la mujer a sufrir dolores al momento de alumbrar sus hijos, Dios sabía que en ese momento iba a clamar por ayuda, iba a gemir de dolor e iba a derramar su alma por la angustia de tener que pasar por ese proceso tan doloroso, pero en ese momento, Dios iba a estar con ella. No la iba a dejar sola. En ese dolor tan intenso que ella sufriría, Él va a acompañarla y le dará la fuerza necesaria para tener a su bebé minutos después con gozo y alegría. Yo estaré contigo en la angustia, prometió.

El hombre: tiene que sudar, tiene que trabajar, tiene que arrancar con sus propias uñas el pan de la tierra. Tiene que esforzarse mucho y sudar a mares para llegar al final de mes con lo que su trabajo le brinde, pero no hay problema, Adán, yo estaré contigo en esa lucha. Sé que clamarás a mi y yo te escucharé. No te dejaré ni te abandonaré. Siempre estaré a tu lado y tendrás tu lluvia a su tiempo y tu campo no será estéril. Yo te lo prometo.


La serpiente: Como lo que más abunda en la tierra es el polvo y te alimentarás de él, no tendrás necesidad de clamar por ayuda. Tú no necesitarás de mi apoyo, serpiente. Tú eres suficiente para buscar tu alimento. No tendrás por qué pedir mi socorro porque tus fuerzas serán suficientes para proveerte a ti misma lo que necesites para vivir. No me preocuparé por brindarte mi socorro porque nunca lo necesitarás. Te bastarás tú sola para sobrevivir. Hay suficiente polvo en la tierra para que te alimentes sin mi ayuda. Dale, serpiente, vas sola.


Hubo un rey que un dia salió a su balcón y dijo: ¿No es esta la gran Babilonia que yo he construido para mi gloria? En ese mismo instante, vino una voz del Cielo que le dijo: A ti se te dice, oh, rey, que a partir de este momento te convertirás en bestia, comerás del pasto de la tierra y vivirás a la intemperie de los tiempos, hasta que vuelvas en ti y reconozcas que quien reina es el Dios del cielo y no tú. Se trata de Nabucodonosor.


¿Que juicio prefiere usted después de haber conocido esto? Se lo dejo para que medite bien.


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