ELÍAS, EL PROFETA ORQUESTA
1 Reyes, 19:5 “Y acostándose bajo el enebro, se durmió; y he aquí, un ángel lo tocó y le dijo: Levántate, come” La mayoría de las veces vemos hombres de Dios (como les gusta llamarse), trabajando duro en la obra que se les ha encomendado. Son líderes que se quiebran -como se dice-, el lomo con tal de que las cosas salgan bien. Hace poco fui a predicar a una congregación en donde el pastor muy finamente me estaba atendiendo en su oficina. Tomábamos café y estábamos platicando de las cosas del ministerio cuando de pronto, empezó a levantarse una, dos y hasta tres veces dejándome solo en su oficina. Cuando le pregunté porqué salía tanto, me explicó que era porque “tenía” que supervisar que todo estuviera arreglado para el culto de esa hora. Es decir, delegaba funciones en su personal pero no les quitaba el ojo de encima. A pesar de tener la ayuda de buenas personas con anhelo de servir al Señor, él no los dejaba tranquilos o él no estaba tranquilo sin v...